El duro camino para validar un título
Obedlee St. Aude, uno de los cuatro médicos haitianos que aprobaron el examen, llegó a Chile en 2011 buscando una especialización. Durante el proceso, ha tenido que sortear más de algún obstáculo, como trabajar en un restaurante limpiando baños para lograr subsistir. </P>
Varias horas después de finalizada la entrevista, Obedlee St. Aude, médico haitiano de 34 años titulado en República Dominicana, envía un mensaje explicando que hay una parte difícil de su vida que omitió y que considera necesario que su interlocutora conozca. "Al llegar acá, en septiembre de 2011, tuve que trabajar en un restaurante limpiando baños para poder comer y pagar mi arriendo y fue humillante para mí, fue un momento difícil", relata avergonzado.
Obedlee es uno de los cuatro médicos haitianos que han aprobado el Examen Unico Nacional de Conocimientos de Medicina (Eunacom) que deben rendir los titulados en Chile y el extranjero, para medir competencias básicas de medicina y optar a un contrato en el sector público de salud.
En su última versión, en diciembre de 2015, los resultados arrojaron que un 78% de los profesionales que obtuvieron su título fuera de Chile habían reprobado el test, versus un 6% de reprobación en sus pares con formación en universidades chilenas.
Un logro que no fue fácil ni automático para Obedlee. Según cuenta, le costó mucho dinero ($ 600 mil por examen), desvelos y dejar su trabajo en un consultorio de Quinta Normal para prepararse a tiempo completo con especialistas.
Desde que llegó a Chile buscando una especialización en cirugía pediátrica, confiado del prestigio de la medicina chilena, rindió en cinco oportunidades el test. En cuatro de ellas reprobó.
"Yo no soy tan bruto como para reprobar tantas veces", se dijo tras entender que la única forma de superar la prueba sería con una preparación previa.
Buscó, se informó y llegó a la empresa Glocal Med con quienes preparó la parte teórica. "La prueba tiene muchos trucos y trampas. Dos preguntas muy parecidas tienen respuestas distintas, porque cada una tiene un tips y si no lo reconoces, no vas a saber responder. Eso lo supe después de prepararme", explica.
Catalina, su esposa chilena y médico formada en la Universidad Mayor, lo ayudó para preparar la parte práctica, que consistió en una especie de internado acotado donde se resuelven casos clínicos reales en centros de salud, y profesionales miden su desempeño en cuatro áreas: Medicina, Cirugía, Obstetricia-Ginecología y Pediatría.
"Yo creía que nunca iba a aprobar el test, lo veía como algo imposible. Cuando me llegó el correo y vi mi resultado, lloré, lloré mucho rato, fue una emoción demasiado grande, fue el mejor día de mi vida", intenta explicar mientras se agarra la cabeza.
Esto que puede parecer una hazaña, es sólo un pequeño paso. "Desde que empecé la medicina, mi objetivo es ser cirujano pediátrico. En mi pueblo, Haití, en general no hay muchos médicos, no tenemos consultorios o centros de salud en cada esquina como acá, y no existen los cirujanos pediátricos. Después del terremoto me tocó ver muchos niños malheridos y enfermos que finalmente no recibieron la atención que requerían", señala.
Ese objetivo es el motor para iniciar un nuevo proceso. Sin embargo, según lo que ha averiguado, este puede ser mucho más complejo que el anterior. Los cupos para beca de especialización son escasos y hay, por lo menos, 30 extranjeros interesados en conseguir uno.
Además, debe encontrar un trabajo que le permita tener ingresos y continuar con su formación. Para obtener un puesto de planta en el Hospital de Universidad de Chile, o incluso para postular a una especialización en la misma casa de estudios, el haber aprobado el Eunacom es sólo un trámite.
"Para conseguir un cupo hay que rendir otra prueba, similar al Eunacom, sólo para titulados en el extranjero", dice temeroso de tener que vivir nuevamente la angustiante experiencia.
Catalina alza la voz. "Para los titulados fuera de Chile es más difícil y creo, incluso, que hay un poco de xenofobia. Si se supone que el Eunacom nos valida a todos, y si uno lo aprueba con la dificultad que tiene cada paso, ¿por qué hacerles sólo a ellos otra prueba para optar al cargo?", se cuestiona su mujer.
Pese a todo, Obedlee no duda en que conseguirá su objetivo sorteando todos los "obstáculos" que se presenten, hasta volver a Haití convertido en cirujano pediátrico, formado en Chile. "Antes pensaba que el Eunacom era la etapa más difícil que me había tocado vivir, pero si lo pasé, lo peor no será esto. Lo lograré como sea. No sé cuándo, pero lo haré y ese título será mío", manifiesta convencido el médico haitiano.
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