El efecto mariposa (o por qué pueden volar bajo la lluvia)




ES VERDAD, no es de esas cosas por las que uno ande preocupado todos los días o, especialmente, cuando llueve. Pero si se fija, algo debe haber ahí, porque pensándolo detenidamente no es razonable que a las mariposas les dé lo mismo volar con o sin lluvia. No, no es razonable...

Pero les da lo mismo. Es un hecho.

Y en esa desconcertante particularidad se fijaron los científicos del Instituto Tecnológico de Massachusettss (MIT), Estados Unidos, cuando se pusieron a crear -o más bien a estudiar cómo crear- un material más impermeable que los conocidos.

El secreto -descubrieron- de la indiferencia al agua de estos insectos estaba en sus alas, que tienen características rugosas macroscópicas que logran romper la simetría de las gotas de forma muy rápida, lo que provoca un efecto de permeabilidad.

Y otra cosa. Las alas de las mariposas Morpho (80 especies que se encuentran principalmente en América del Sur) son las que cuentan con estas ranuras que les permiten sobrevivir bajo la lluvia.

En otras palabras, el tiempo de contacto del agua con sus alas es mínimo. Y esa misma característica es la que están consiguiendo los investigadores del MIT, que han descubierto una forma de reducir el tiempo de contacto de las gotas de agua con superficies. De acuerdo a sus estudios, el tiempo de contacto normal es de aproximadamente 12, 4 milisegundos, pero con su experimento lograron reducirlo en 40%, y así optimizar la permeabilidad en las superficies. De esta manera crearon el material más impermeable del mundo, que se podría utilizar en metales, telas y cerámicas.

El razonamiento es así: entre más rápido rebote una gota en una superficie, menos será la posibilidad de que el agua traspase la superficie y la moje. Y reducir el tiempo de impacto, de acuerdo a lo que explica a Tendencias uno de sus creadores, James Bird, de la Universidad de Boston, fue posible al crear una superficie con una textura en dos escalas distintas: además de la estructura microscópica que atrapa el aire y hace que no ocurra la humectación en la superficie, añadieron una estructura con características macroscópicas (con rugosidades) que aumentan el área en la que el líquido entra en contacto con la superficie, y hace que las gotas reboten con mayor rapidez, al separarlas en partes asimétricas.

El descubrimiento, según a James Bird, podría ser sumamente útil para incrementar el funcionamiento de motores de avión y aspas en las turbinas de energía eólica, porque en el experimento, cuando fue probado en temperaturas muy bajas, el agua rebotó antes de que se congelara.

No sólo eso, los especialistas creen que esto podría ser llevado a las telas como, por ejemplo, de abrigos, ropa deportiva y diversas áreas donde se quiere evitar la penetración del agua.

El proyecto es ambicioso. De acuerdo a lo que han dicho los investigadores, la idea de este equipo es disminuir radicalmente el tiempo de contacto de la humedad. De hecho, están proyectando hacerlo en 70% u 80%. Y posibilidades hay, porque en sus experimentos, de acuerdo con un artículo publicado por la BBC, en las primeras pruebas usaron una sola ranura, pero en las alas de mariposas hay varias ranuras que se intersectan, lo que permite que las gotas se dividan en cuatro partes.

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