El emotivo compromiso que dejaron en la "caja de las ilusiones"

<P>Antes del partido de hoy, cada jugador depositó las metas personales y grupales que esperan cumplir en el Mundial.</P>




Si algo le sobra al grupo de jugadores de la selección chilena Sub 20 es la idea de sacrificarse en busca de un objetivo grupal, algo que Mario Salas les inculca permanentemente.

Las metas colectivas por sobre las individuales son las que mayormente asoman cuando los jugadores se refieren a lo que quieren conseguir en el Mundial de Turquía, lo que quedó "firmado" en un emotivo compromiso que hicieron antes de jugar hoy el trascendental encuentro ante Croacia.

Y es que el equipo echó mano a una de las ceremonias más simbólicas y respetadas al interior del grupo, pues en una caja con la bandera chilena depositaron, en forma secreta, un papel donde anotaron la meta que esperan conseguir. Por ellos, el grupo y sus familiares.

La "caja de las ilusiones" recibió distintos compromisos, del mismo modo en que lo había hecho en el Sudamericano clasificatorio de Mendoza, disputado en enero. "El 'profe' (Salas) nos pidió que hiciéramos un compromiso con nosotros mismos y con el grupo, entregando las metas que queríamos cumplir en el Mundial, con la idea de que al final del torneo veamos si fuimos o no capaces de lograrlas", cuentan en el equipo nacional. Una ceremonia que en Mendoza caló hondo y comprometió al grupo en momentos decisivos.

De hecho, el capitán del equipo, Igor Lichnovsky, fue el encargado de llevar la caja a cada entrenamiento de esta semana, antes del partido de hoy ante Croacia, a fin de recordar permanentemente al grupo por qué están preparando y jugando cada partido.

"Es un compromiso colectivo, es algo que debemos saber llevar con responsabilidad, porque ahí está nuestra íntima motivación interna", añaden en el equipo.

Los compromisos

Justamente, en el grupo, por ejemplo, la meta de Nicolás Castillo es "anotar más goles que en el Sudamericano para llevar al equipo a la ronda final", como dice parte del papel que introdujo en la caja.

Otros, como Cristián Cuevas y Darío Melo, escribieron, coincidentemente, el querer llegar a la final y ser los mejores del mundo, "por la familia (como se denomina el grupo de jugadores), que se lo merece, por ser la más unida del mundo", como reza parte de sus escritos.

Más personal, y apuntando a historias familiares, fue el compromiso de Oscar Hernández, quien juega y quiere "ganarlo todo por mi hermana menor", como anotó. "Algunos conversamos, y las metas iban desde ganar el Mundial hasta ser el mejor jugador del torneo, pero lo principal es que los compromisos que se entregaron eran metas que buscaban el bien colectivo y el orgullo de nuestras familias", confiesan en el equipo.

"Me gustó que al grupo le doliera la derrota ante Irak, pero más me gustó la actitud del equipo de estos últimos días; esa de haber dado vuelta la página rápido, con trabajo y la convicción de que lo que estamos haciendo es lo mejor. El plantel está más enfocado que nunca en lo que queremos hacer y conversamos lo importante que es para todos esta nueva final. La parte anímica y las convicciones son clave", decía ayer el técnico de Chile. Y en la "caja de las ilusiones" están las convicciones de este equipo.

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