El emperador de Japón, Akihito, cumple 80 años

<P>El monarca se ha esforzado por acercarse a su pueblo. Recientemente se anunció que, cuando muera, su cuerpo será incinerado, como cualquier otro japonés.</P>




ncarna la continuidad y la fiabilidad, le da esperanza a su pueblo y una sensación de protección. Desde que el emperador de Japón, Akihito, subió al trono el 7 de enero de 1989, el jefe de la monarquía hereditaria más antigua del mundo se ha dedicado incansablemente a defender el bienestar de sus súbditos, consuela a las víctimas de catástrofes naturales, visita hogares de ancianos y centros para discapacitados y también se presenta en sus viajes al exterior como un valioso símbolo de su país.

El monarca y su esposa, la emperatriz Michiko, de 79 años, acaban de viajar a India con ocasión del 60° aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas, a pesar de que la salud de Akihito, que cumple 80 años hoy, es frágil. Sin embargo, tanto el emperador como su esposa procuran que esto no se note. Muchos japoneses ni siquiera se preguntan si al monarca que trabaja incansablemente no le conviene abdicar. Sin embargo, no pocos creen que el emperador de la sonrisa, que goza de una enorme popularidad en el pueblo, debería cuidarse más.

Ya en 2008, Akihito sufrió problemas de salud causados por el estrés, entre ellos hemorragias estomacales. El emperador, quien fue operado en 2003 de un cáncer de la próstata, también tuvo que someterse a una cirugía de bypass en 2012.

Su hijo mayor, el príncipe heredero Naruhito, de 53 años, algún día podría suceder a su padre en el trono. Sin embargo, a Naruhito los medios llevan algún tiempo reprochándole que, independientemente del estado de salud de su padre, aún esté lejos de ocuparse de su futuro papel como monarca. Para demostrar esta apreciación, los críticos alegan que Naruhito habla más de su esposa, la princesa Masako, que se está recuperando de una prolongada depresión, y de su hija, la princesa Aiko, de 12 años, que de los intereses de la nación.

El emperador Akihito, cuyo reinado lleva el nombre de Heisei (crear la paz) es el primer Tenno que no asumió su cargo como dios. Su padre Hirohito, fallecido en 1989, había emitido el 1 de enero de 1946 una denominada declaración de humanidad en la que renunció a la divinidad del emperador. Fue en nombre del emperador Hirohito que Japón entró en la Segunda Guerra Mundial. En virtud de la Constitución de la posguerra, su hijo y futuro sucesor, quien había sido proclamado oficialmente como 125 Tenno el 12 de noviembre de 1990, tiene que limitarse a cumplir un papel de mero símbolo de la unidad de la nación. El emperador fue despojado de todas las competencias como gobernante.

Detrás de los muros de su sencillo palacio en el corazón de Tokio, blindado por una corte ultraconservadora, el Tenno sigue llevando una vida marcada por ceremonias ancestrales. Pero el actual emperador, a diferencia de su padre, siempre busca una mayor cercanía a su pueblo y, junto con la emperatriz Michiko, viaja generalmente en un automóvil con la ventana abierta desde la cual saluda a la gente.

Muchos japoneses no pudieron reprimir las lágrimas cuando, a raíz de la catástrofe del tsunami del 11 de marzo de 2011, vieron a la pareja imperial viajando una y otra vez a la zona del desastre, consolando a los supervivientes, escuchando tranquilamente sus preocupaciones y necesidades y dando ánimo a la gente.

Poco antes del 80 cumpleaños del emperador, la corte informó que el monarca y su esposa, a petición expresa de Akihito, serán incinerados tras su muerte, tal como suele ser la práctica en el pueblo común y corriente. Todas estas medidas han sido interpretadas como una muestra más de su humildad y cercanía al pueblo.

El hecho de que la pareja imperial hable abiertamente sobre el destino de sus restos mortales demuestra también que está pensando en el futuro, señalan los analistas. La revista japonesa Shukan Gendai habló de un "mensaje velado" del monarca al príncipe heredero Naruhito y la princesa Masako. Según la publicación, Akihito pretendía decir con ese mensaje: "Se acerca la hora para ustedes. Por favor, tomen más conciencia de esta realidad".

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