El estudio de fotos se mueve

<P>Conseguir la fotografía que más los represente. Ese es el eslogan de las parejas hoy día al momento de optar por una sesión de fotos profesional, por eso ahora no solo buscan la ropa que los identifique, sino también el lugar. </P>




NO HABIAN pasado 48 horas desde su fiesta de matrimonio y a Natalia Gracia (25) y Rodrigo Beltrán (32) les seguía dando vuelta el exceso de formalidad. Ella había dejado de lado la idea de usar sus aros de perla negra y él cambió sus Converse negras por zapatos tradicionales. Pero no quedaron contentos. Entonces, tomaron el teléfono, llamaron a sus testigos y repitieron la sesión fotográfica. Esta vez, ella con sus perlas negras, él con sus Converse y en un escenario bastante creativo en vez de un estudio entre cuatro paredes: la azotea del edificio de Natalia, a 25 pisos de altura, donde una vez él la sorprendió con una comida para celebrar su aniversario con Santiago como telón de fondo. Ahora sí, tenían la foto para su pieza tal como la habían imaginado.

Sello propio. Eso es lo que buscaban Natalia y Rodrigo. Y es lo que quieren ahora las parejas cuando deciden ir a tomarse fotos producidas como en un estudio. Pero lo hacen fuera de un estudio (y esa es la gracia): la locación la eligen ellos. También la ropa, los accesorios y el estilo. Los fotógrafos solo registran el momento a cambio de los 100 mil pesos (aproximadamente) que se cobra por este novedoso servicio. Para que se haga una idea, es como la sesión fotográfica que hacen las revistas: iluminación, poses y vestuario que los caractericen. Pero el escenario son lugares que representan historias de vida y que han reemplazado las paredes de fondo blanco y negro.

El fotógrafo Fernando Ramírez (www.fernandoramirezfoto.cl) aterrizó la idea en Chile. Hace un par de años trabajó en Nueva Zelanda y ahí la fotografía-estudio en una locación elegida por las parejas se utiliza mucho como modo de prueba para que los novios ensayen sus fotos de manera más distendida. En un principio, cuenta Ramírez, a los clientes les parecía "loca" la idea, pero prendió por la novedad y se difundió con el boca en boca: las personas están dando más importancia a esos espacios que marcaron su historia en común.

Ramírez empezó hace casi dos años con esta modalidad y, en comparación al año pasado, las solicitudes por foto estudio en locaciones exteriores han aumentado un 20%. "Como tiene estilo, la idea está entusiasmando cada vez más", complementa Erika Cruz, quien lleva más de diez años en el mundo de la fotografía. ¿Cuál es la gracia? Inmortalizar momentos importantes con fotógrafos profesionales y que sea lo más creativo y personalizado posible. Y Groupon lo comprueba: 50 ofertas para sesiones de foto estudio se agotan en un mismo día.

Bien lo saben Ana María y Nelson. Fanáticos de las películas, ellos tenían una rutina los domingos: encerrarse en el cine. Cuentan que alguna vez entraron a tres salas en una sola tarde. Por eso, después de casarse, eligieron el cine para una sesión de fotos. Su fotógrafo trasladó su estudio a una sala, se pusieron sus trajes de novios en los baños y comenzaron a posar. "Teníamos la idea, pero no sabíamos cómo hacerlo. Y el fotógrafo lo hizo súper bien jugando con las sombras y con las sugerencias para hacerlo entretenido. Quedó mucho mejor de lo que esperábamos", cuenta Ana María. Hasta se sacaron fotos comiendo cabritas. Subieron las fotos a Facebook y los comentarios "yo quiero lo mismo" se multiplicaron.

UN MOMENTO, MAS QUE UNA FOTO

Ya se ha visto antes. Sacarle fotos a la panza en pleno embarazo es un ritual instalado en las parejas que van a ser padres. Pero la idea de hacer algo diferente también los invadió a ellos. Y la fotógrafa Carla Goncálvez encontró la manera de darles en el gusto. Movió su estudio fotográfico a las clínicas y se instaló con luces y trípodes en las piezas de las mamás con sus hijos recién nacidos. ¿Qué tal? Y no solo eso, si el doctor lo permite, la sesión se puede realizar también en pleno parto. De esta forma la responsabilidad de sacar buenas fotos queda en manos de un profesional (y no de un papá que de nervioso olvida hacer clik).

La fotógrafa también ha percibido un aumento similar al 20% desde que comenzó en marzo con el negocio. Además, cuenta que esta idea surgió de una anécdota personal. Cuando estuvo embarazada se sacó fotos en un estudio y las encontró fomes. Iguales a todas. Ni siquiera eligió alguna para poner en su pieza. Por eso se le ocurrió trasladar el estudio a las clínicas.

Y a las fotos que saca dentro del estudio les dio un tono particular. Por ejemplo, Christian (34) y Mireya (30) son rockeros y fanáticos del grupo Motörhead. Entonces, pocas semanas antes de que naciera Julián -su primer hijo-, llegaron hasta el estudio de Carla vestidos de riguroso negro para inmortalizar la panza de ella.

Pero hay quienes mezclan dos cosas: una locación especial y un personaje adicional. Antes de casarse, José Ricardo Santibáñez (28) y Karla Elissalde (28) eligieron el fotógrafo, lugar y la vestimenta para realizarse la prueba de fotos junto a Roque… su perro. Resultó mucho mejor de lo que esperaban. Como cada domingo se van de paseo al Parque Bicentenario junto a su perro, el estudio fotográfico se trasladó a ese lugar de Vitacura y los tres quedaron inmortalizados.

La pregunta que sigue es si se puede hacer esto de manera casera y cada vez hay más aplicaciones que pueden arreglar una foto, ¿por qué la gente está retomando el valor por la fotografía de estudio? Para el fotógrafo Marcelo Doren (www.estudio3.cl), aunque las fotografías de estudio son digitales igual que las cámaras que cualquiera de nosotros tiene en su casa, retratarse en un estudio tiene otra connotación. En el estudio hay iluminación y un profesional que busca el mejor perfil. Hay más trabajo y dedicación para inmortalizar un momento. "Cuando una foto tiene elaboración y se trabajó en conjunto con los interesados para lograr algo especial, la gente la muestra después con orgullo, ya que finalmente es una obra", concluye.

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