El Golf Sur: el barrio que mezcla poder con estatus
<P>No lo han tocado las inmobiliarias porque en 1995 se prohibió construir en altura. Ahora es uno de los barrios más apetecidos por los que ostentan el poder y no se dejan seducir por la cota mil. </P>
Dicen que porque en el sector de Isidora Goyenechea y Apoquindo estaban las mansiones más grandes de Las Condes, con los terrenos más apetecidos para las inmobiliarias, el sector de El Golf Sur permaneció intacto. Dicen, también, que como Pinochet vivía por ahí cuando fue mandatario -específicamente en Av. Presidente Errázuriz con Asturias- había un decreto que prohibía construir en altura en los alrededores y varias calles más allá. Todo, para resguardar la seguridad del ex presidente. "Si había un edificio, alguien podía subirse al piso 10 y la casa transformarse en un blanco muy fácil. Son cosas propias de la seguridad de las autoridades", explica Miguel Angel Poduje, ex ministro de Vivienda del régimen militar.
Pero llegó la democracia y el mercado fue más fuerte. Las inmobiliarias interesadas compraron grandes terrenos y comenzaron a derribar los caserones del que era el barrio alto por definición. Por Apoquindo y El Golf Norte emergieron altos edificios. El "otro Golf" quedó inalterado, inmerso dentro de una "isla" con casas bajas.
Para el alcalde de Las Condes, Francisco de la Maza, esto obedeció a que en 1995, el municipio modificó el Plan Regulador Comunal y declaró al lugar "zona típica comunal". "Se estableció que la comuna tenía que tener un espacio residencial complementario a Colón y Apoquindo, donde había edificios residenciales y de oficinas", recuerda. Desde entonces, ya no fue posible levantar construcciones que rompieran la escala del barrio.
El decano de la Facultad de Arquitectura de la UDP, Mathias Klotz, está remodelando una casa de 200 m2 en Unamuno por estos días. Hace poco terminó otra por ahí cerca. "Es un barrio en alza", dice de este sector, con terrenos de entre 400 m2 y 600 m2. "Cuando las ciudades alcanzan un determinado nivel de desarrollo, los que pueden, generalmente personas ligadas a la política o con una serie de redes sociales, privilegian la centralidad de antiguos barrios como este", comenta. Dice que sucede algo similar en barrios como Jardín del Este y Pedro de Valdivia Norte.
Gente con poder y estatus, como rectores universitarios, arquitectos y políticos jóvenes, entre los que se cuenta el actual ministro de Educación, Felipe Bulnes, han optado por instalarse en ese lugar, en vez de trasladarse a La Dehesa o a Chicureo. Las casas no son baratas: pueden llegar a costar $ 300 millones, según cuentan algunos de sus nuevos residentes. A esto se debe sumar la refacción -que cuesta $ 50 millones y $ 70 millones-, pues varias están deterioradas o en desuso. "Así y todo, se venden en un día", cuenta el presidente del Consejo Nacional de Televisión, Herman Chadwick, quien vive en Alcántara con Martín de Zamora, en una de las tradicionales casas del sector.
¿Por qué tan cotizadas? Todo está cerca: el comercio, los bancos, dos colegios tradicionales -como el Villa María Academy y el Verbo Divino- el Metro, un parque y una ciclorrecrevía que funciona de manera impecable todos los domingos en la mañana.
El presidente del directorio de TVN, Leonidas Montes, y su esposa, María Teresa Soza, desecharon trasladarse a La Dehesa, donde viven muchos de sus familiares y amigos, y optaron por el barrio de su infancia. "Compramos una casa del año 1951 en Málaga... Lo que pasa es que teníamos una cercanía sentimental con el lugar. Ambos crecimos aquí y ahora está más céntrico que hace 30 años. No ha perdido su encanto", cuenta María Teresa.
Ellos valoran la conexión, la posibilidad de tomar un taxi en la esquina y la cercanía con los vecinos. "Habitualmente nos saludamos con ellos. Una vez al año hacemos un asado en la calle y compartimos con todos los vecinos", dice.
El rector de la Universidad Adolfo Ibáñez, Andrés Benítez, vivió con su familia durante varios años en un departamento de El Golf Norte, esperando la oportunidad de adquirir una casa por acá. Tenía a sus hijas en el Villa María y a sus niños en el Verbo Divino. La ocasión se presentó hace unos tres años, cuando le compró una casa del 50 -estilo Georgian y prácticamente en ruinas- a un matrimonio mayor que, dice, tenía gallinas en el patio. "Lo mejor de aquí es que la gente comenzó a restaurar más que a botar casas, y hoy existe una suerte de presión social para seguir esa tendencia. Aquí sacrificas tamaño: vives en 500 metros de terreno, pudiendo vivir en 2.000 en La Dehesa. Pero tienes un estilo de vida que vale la pena", dice.
Se refiere al entorno arquitectónico, pues en El Golf Sur predominan casas construidas entre los años 40 y 50, en su mayoría de estilo neoclásico, y emplazadas en los primeros loteos de Las Condes.
El arquitecto Cristóbal Fernández Chadwick (35), compró una casa hace dos años en la calle León, casi al llegar a Toledo. El barrio le traía buenos recuerdos de sus tiempos en el Verbo Divino y, además,parte de su familia vivía ahí. Sin embargo, es crítico de los que llegan a vivir al sector. "Hay mucho arquitecto dedicado a la decoración que está más preocupado de darle otra estética a las viviendas que a aportar desde el punto de vista urbano. Dada la centralidad, quieren transformar la zona en una especie de Notting Hill", dice Fernández, refiriéndose a las fachadas claras de estilo victoriano del barrio londinense.
El decorador Francisco Silva vive ahí hace una década y fue testigo de cómo, hace cinco años, las antiguas construcciones del sector empezaron a ser remodeladas por personas con un marcado interés en rescatar la arquitectura original. "Es gente joven, culta, con respeto por el patrimonio, que valora el tema estético por sobre la cantidad de m2 del terreno", dice.
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