El Gran Gatsby, de Scott Fitzgerald, regresa al cine y en nuevas ediciones

<P>La novela llega a la gran pantalla otra vez con Leonardo DiCaprio como Gatsby. </P>




Son los locos años 20 en Estados Unidos. Se escucha jazz por toda Nueva York. La mafia se toma las calles de noche repartiendo alcohol al filo de la ley seca. Mientras Jay Gatsby, el excéntrico millonario de dudosa fortuna, se instala en una mansión en Long Island con el propósito de lograr recuperar a un amor del pasado, Daisy Buchanan. Y lo hace a su manera: organizando pomposas fiestas con champagne, música y muchos invitados. Gatsby es el cortés anfitrión.

El protagonista de El gran Gatsby, la novela de Francis Scott Fitzgerald, publicada en 1925, es para el crítico Harold Bloom una de las "grandes novelas americanas del siglo XX".

Scott Fitzgerald, nacido en 1896 en Saint Paul (Minnesota), escribiría sobre Gatsby hacia el final de su vida a modo de comparación. "Es lo que siempre fui: un joven pobre en una ciudad rica" y agregaría: "Nunca pude perdonarles a los ricos el ser ricos, lo que ha ensombrecido mi vida y todas mis obras".

Este año Jay Gatsby volverá al cine. Esta vez con la dirección del productor y cineasta australiano Baz Luhrmann (Moulin Rouge). La cinta terminó de rodarse este mes en Sydney con Leonardo DiCaprio como Gatsby, Tobey Maguire como Nicak Carraway (el narrador de la historia) y Carey Mulligan interpretando a Daisy. La distribución la hará Warner Bros y el estreno está fechado para diciembre en EEUU. La novela ha sido llevada al cine en cinco ocasiones. En 1974, con los protagónicos de Robert Redford y Mia Farrow, dirigidos por Jack Clayton. Del guión se encargó Francis F. Coppola.

Scott Fitzgerald viviría sus propios años de fiesta, después de publicar su primera novela A este lado del Paraíso, en 1922, y tres años más tarde El gran Gatsby: vendería más de 25 mil copias en su primera edición.

Es la década más exitosa junto a su mujer Zelda Sayre, con quien se casa en 1919. Viajan juntos a París y comparten con la generación perdida, integrada por Ernest Hemingway, Ezra Pound y Gertrude Stein, entre otros. El baile y el alcohol abren y cierran el día.

Al regreso a Estados Unidos, la esquizofrenia detectada a Zelda limita la vida de Scott Fitzgerald. El novelista comienza a escribir breves relatos para compañías comerciales, y después se hará esclavo de Hollywood escribiendo guiones para la Metro Goldwyn-Mayer.

El apogeo de la felicidad de Scott y Zelda, en la capital francesa, está plasmado en las imágenes de Medianoche en París (2011). La película con la que Woody Allen -nominada en tres categorías a los premios Oscar 2012- hace retroceder al protagonista en el tiempo. Al París de los años 20, donde comparte mesa con Hemingway, Salvador Dalí, Man Ray y Picasso. En una escena, sentados en un bar, se ríen, coquetean y disfrutan de un trago Scott y Zelda, la mujer que moriría en 1948 en un incendio.

Originalmente, el gran clásico de Fitzgerald se llamaría Entre el valle de las cenizas y los millonarios, pero su autor cambió su destino dándole otro nombre. En el ensayo El gran Gatsby: un castillo en el aire, el premio Nobel Mario Vargas Llosa afirma que el libro parte como "una ligera crónica de los extravagantes años veinte", y termina a la manera de "una novela existencialista sobre el sinsentido de la vida". El texto, de 1988, introduce la nueva edición de El gran Gatsby publicada este mes por el sello RBA. DeBolsillo también reeditó la novela en formato económico, y editorial Anagrama puso en librerías un nuevo volumen con traducción del escritor y crítico español Justo Navarro.

Gatsby, el excéntrico millonario, otra vez vuelve al cine y al papel.

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