El grupo Gildemeister delinea sus próximos hitos: llegar a Colombia y abrirse a la Bolsa

<P>El holding que preside Ricardo Lessmann colocó bonos por US$ 300 millones en enero, estrenará nuevo edificio corporativo y facturará casi US$2 mil millones este año. A ello podría sumar negocio en Colombia. Y hacia 2016, la idea es convertirse en el primer grupo automotor local en debutar en Bolsa.</P>




Un poco más de un mes lleva Ricardo Lessmann (61 años), presidente y CEO del grupo Gildemeister, en el piso nueve del nuevo edificio corporativo del holding, ubicado en Avenida Las Condes. En las dependencias, cuya inauguración será uno de los principales hitos del grupo en 2013, estarán las oficinas de Minvest, que agrupa a Automotores Gildemeister, representante de Hyundai en Chile, negocios como Fortaleza (que incluye a la india Mahindra y varias marcas chinas), Maquinarias Gildemeister y Motos Gildemeister.

No será el único hito de Gildemeister este año. En enero concretó una exitosa colocación de bonos en el mercado internacional por US$ 300 millones a 10 años. La operación, cuya demanda superó en 11 veces la oferta, responde a una nueva política de financiamiento que el holding desarrolla desde 2011 -y que es inédita en la industria automotriz-, que busca liberar a la firma de sus deudas bancarias. Para encantar a los inversionistas, Lessmann, junto a JP Morgan, estuvo realizando road show en Los Angeles, Londres, Nueva York y Boston. En bonos, en los últimos tres años ha levantado recursos por US$ 700 millones. "Con esto no quedamos con deudas ni con necesidad de nada y con el suficiente capital y flujo como para desarrollar los planes del grupo de la manera que nosotros queramos", dice Lessmann.

Es que el ejecutivo no quería repetir la experiencia que vivió con la banca en la crisis de 2009. En esa época, asegura, los bancos no los trataron bien. "Incluso algunos fueron bastante humillantes", recuerda. A futuro, sin embargo, "hay espacios para que nos acompañen". Sobre todo considerando el plan de inversiones previsto para el período 2013-2017: US$ 400 millones, recursos que consideran compras de activos.

El tercer emblema de 2013 será la búsqueda de un nuevo mercado para crecer. Hoy presente en Chile, Perú, Brasil, Uruguay (con BMW) y Centroamérica, Gildemeister se propone como destino natural el mercado colombiano. "Colombia es un país que tiene un potencial interesante. Podría ser nuestro próximo destino", concede Lessmann.

Mirando a la Bolsa

El grupo espera facturar este año unos US$ 2.000 millones, y Chile aporta el 65% de los ingresos, según un informe de Moody's. El mercado local seguirá marcando el crecimiento del holding en los próximos tres años y por ello, dice la clasificadora de riesgo, el 57% de los US$ 400 millones a invertir se destinará a Chile. La meta es duplicar las ventas hacia 2016. Y cuando eso ocurra, la empresa estará en capacidad de abrirse a la Bolsa. "La decisión está tomada", sostiene Lessmann con seguridad. "En ese momento, tendremos los proyectos andando bien, y si están todos como yo quiero que funcionen, es decir, a full, significa que el valor bursátil de la compañía es alto", describe.

Para eso, los crecimientos de los negocios fuera de Chile serán vitales. "Perú tiene mucho para crecer. Está nuestra operación en Brasil, que se encuentra recién partiendo y también aportará, y además estamos pensando en algún otro país de la región", resume.

Para llegar a la Bolsa, la empresa deberá reforzar su gobierno corporativo, estándares que las clasificadoras de riesgo consideran que la firma debe reformar. Gildemeister es controlada por tres familias: Lessmann (30%), Baumann (25%) y los hermanos Puntous Gildemeister (45%). El control lo ejerce Ricardo Lessmann y las tres familias están representadas en el directorio. "A una compañía de este nivel y de este tamaño le corresponde tener en el tiempo un gobierno corporativo fuerte, y esa es la segunda razón por la cual sí me voy a abrir a Bolsa", enfatiza Lessmann.

El empresario pretende con la apertura que la empresa trascienda su gestión y les permita a los herederos de los dueños tener liquidez con sus inversiones. "Aquí son tres familias, y cada familia tiene tres hijos", cuenta. Dos de ellos trabajan en Minvest: Manuel Baumann, quien lidera el área de las marcas emergentes, y Cristóbal Lessmann, que vive en China y está a cargo de la oficina regional que el grupo tiene en Shanghai.

Los cambios más profundos al gobierno corporativo se harán más adelante, antes de la apertura. Por ahora están embarcados en un nuevo organigrama. En marzo implementarán una reorganización, donde generarán puntos intermedios entre la presidencia ejecutiva y los gerentes de los distintos países donde operan. "La presidencia no la voy a dejar, obviamente, pero estamos haciendo una reestructuración. Queremos darle una mirada distinta a la organización. Habrá gerentes en Chile, Perú, Brasil, Uruguay, etc. Con esto, me van a sacar muchas cosas del día a día y, a su vez, le dará mayor eficiencia a la organización", explica. Lessmann seguirá al mando: "Hasta que me dé la cabeza", dice riendo.

Es que el empresario es el creador de la empresa fundada en 1986. "Yo hice esta compañía de cero, literalmente de cero, con un patrimonio de US$ 59 mil. Uno quiere lo que hizo y por eso quiere que perdure en el tiempo. Hay que tomar las medidas para que eso se mantenga, y eso es lo que pienso hacer en los años que me quedan", explica.

Por país

Gildemeister sumó su operación en Brasil en 2011, tras comprar el 70% de Bramont, que tiene una planta de la marca india Mahindra. Esa operación aportará un 6% de los ingresos este año, estima Fitch Ratings, pero en tres años Lessmann calcula que aportará US$ 500 millones anuales en ingresos, equiparando incluso el aporte que hoy realiza Perú al holding. El potencial es inmenso: ese mercado automotriz es 10 veces el chileno. La meta que se impuso el grupo Minvest-Gildemeister es llegar a obtener del orden de un 8% a 10% de participación en el mercado de las camionetas de trabajo y jeep, que totaliza 150 mil unidades al año. La capacidad de producción de Bramont es de 15 mil unidades anuales y 100 mil motocicletas. "No puedo producir vehículos de pasajeros, porque está todo regulado", explica Lessmann. Pronto comenzarán a armar y distribuir motos Keeway. "Tenemos los contratos de distribución ya firmados. Estamos por empezar a implementar toda la línea de producción", detalla.

En Perú, en tanto, país donde ocupa el segundo lugar con Hyundai, con una participación de mercado de 14,4% -el primero es Toyota, con 20%-, la meta de 2013 es dar mayor presencia a las marcas emergentes. "Perú es un país tan minero como Chile (...) Acabamos de abrir la división de maquinaria agrícola, de construcción y de movimiento de tierra. Aquí la capacidad de hacer negocios es prácticamente infinita", apunta.

Perú tiene más espacios que Chile para crecer, porque su tasa de motorización es baja: un auto cada 14 habitantes, cifra que en Chile es de 5,1. "Perú crece económicamente mucho más que Chile. En Chile estamos creciendo casi 2% y en Perú, sobre 15%", señala. Lessmann pretende destronar a Toyota en ese país, pero tiene restricciones que también han acotado su crecimiento en Chile: la coreana le suministra menos vehículos de los que podrían comercializar. "No tenemos todos los autos que quisiéramos. En todo el mundo, sin excepción, la demanda por Hyundai es mayor de lo que ellos pueden entregar", justifica.

En Chile, la firma tiene una red de 101 puntos de venta y el 12,7% del mercado automotriz. Posee varios terrenos para nuevos puntos de venta y Lessmann cree que es posible seguir elevando la tasa de motorización. "Acá el nivel de motorización debería ser de tres habitantes por auto. Estamos todavía con un potencial de crecimiento enorme durante esta década", afirma. En el largo plazo, Chile podría equiparar las cifras de EEUU, donde hay poco más de un auto por habitante.

La Región Metropolitana tiene 1,5 millón de autos. Lessmann cree que no existe un colapso vial en Chile. "Peores son los tacos que existen en Tailandia, en El Cairo y en Seúl", compara.

Añade que con un buen transporte público disminuiría el uso del auto durante la semana, y sostiene que se requiere mayor planificación e ingenieros como los que construyeron la Avenida Matta, hace 100 años, pensando en el futuro. "No veo que la compra de autos se pueda regular si uno puede tener suficiente infraestructura vial que lo absorba. El auto es un elemento aspiracional, es parte del sueño y la libertad de cada uno", concluye.

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