El lado "B" de la chelista del nuevo pop chileno
<P><span style="text-transform:uppercase">[REINVENCION] </span>Hace tres años que Felicia Morales instaló Salón Felicia, una peluquería en su propia casa. </P>
Todo partió en el balcón de su departamento, en Francisco Bilbao con Antonio Varas, hace tres años. Ahí, mirando al Parque Inés de Suárez, cortaba el pelo a sus amigos y familiares. Luego llegó el invierno, pero la gente no dejó de llegar. Los clientes aumentaban. Necesitó espacio y usó una pieza que le sobraba. Así nació Salón Felicia, el lugar donde Felicia Morales deja de lado el violonchelo para cortar el pelo, aplicar color, hacer peinados y alisado.
"Ese nombre, en un principio, era una broma, porque si miras mi casa soy yo nomás", dice la chelista de Gepe, Javiera Mena, Dënver, Caravana y Fakuta. Antes de Salón Felicia, hizo un curso de estética integral y luego se perfeccionó en color, que era una de sus debilidades.
Aunque esté muy identificada con la nueva escena musical, Morales no se toma la peluquería como un pasatiempo: "Tengo una pieza especial, estoy invirtiendo en implementos y seguiré estudiando. Lamentablemente, no puedo vivir sólo de la música, necesito hacer más cosas". Además, agrega que, a diferencia de la música, acá tiene más libertad. "Por ahora, la peluquería me acomoda porque puedo ver yo mis horarios", cuenta.
La sala de espera de Salón Felicia es la propia casa de Morales. Los clientes esperan su turno en un lugar más bien íntimo, decorado de manera moderna y alternativa. Ahí se ven sus instrumentos, sus bordados colgados en la pared, una colección de muñecas gigantes de plástico y señores Cara de Papa, mapas y figuras de la cultura popular.
Los clientes de Salón Felicia son principalmente jóvenes, pero también gente de otras edades. "Vienen papás con sus hijos, mamás y abuelas. A algunas incluso he tenido que ir a cortarles el pelo a sus casas". Muchos también vienen porque la admiran y han seguido su carrera. Desde sus colaboraciones hasta el reciente Felicia EP (2012, Quemasucabeza), su primer trabajo en solitario. "Cuando se enteraron de que también cortaba el pelo, no dejaron de venir", cuenta.
Una de sus clientes habituales es la cantante Fakuta, quien luego de conocer a Morales decidió probar. "Antes siempre me arruinaba el cabello y ahora lo tengo muy sano. Además, es ir a ver a una amiga a la casa y hablar de todo mientras te cortan el pelo", relata.
Por Salón Felicia han pasado Gepe, Ignacio Franzani, Fabrizio Copano, Fernando Milagros y Pedropiedra, pero también abogados o dentistas. El boca a boca hizo lo suyo, y cada vez que Morales abre semanas con horas, se reservan todos los espacios. Esta misma semana le quedan muy pocos cupos. "Reviso mis horarios musicales, ensayos y presentaciones, y generalmente me organizo por semanas".
Le entusiasma que siempre estén llegando clientes. "Viene mucha gente y me piden harto color, que es lo último que aprendí", dice, sonriendo, mientras mueve la tijera con la misma elegancia con que movería el arco del violonchelo.
Los costos de los cortes son de $ 7.000 para hombres y $ 12.000 para mujeres. En cuanto a color, alisado y peinados, el precio depende del largo del pelo y la cantidad de productos que se necesiten, pero puede llegar a los $ 20.000 aproximadamente. Las horas de Salón Felicia se pueden reservar en www.salonfelicia.com, y los horarios son de martes a sábado, de 10.00 a 20.00 h. Se recomienda pedir hora.
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