El Lenguaje del Juego, la novela inédita de Daniel Sada que se publicará el 2012
<P>Murió hace una semana en México. Su viuda, Adriana Jiménez, habla del libro y de su vida. </P>
Se encerraba en su cuarto 12 horas diarias a escribir. No transaba su independencia. Octavio Paz le obligó a publicar el libro de poesía El límite en 1997. Preparó su última novela hasta el punto final. Enfermo, sabía que la muerte estaba tras sus pasos.
El escritor mexicano Daniel Sada murió, por una insuficiencia renal, el viernes 18 de noviembre, a los 58 años y horas después de ganar el Premio Nacional de Ciencias y Artes en Lingüística y Literatura.
Adriana Jiménez, su viuda, al teléfono desde la Ciudad de México, cuenta a La Tercera: "Era absolutamente disciplinado. Del desayuno, sólo a veces volvía a comer", dice, "después de escribir lo miraba y sus ojos me decían que estaba en un lugar absolutamente gozoso".
En marzo de este año, la salud de Daniel Sada empeoró por la diabetes. Ante la enfermedad, el escritor se abocó a terminar El lenguaje del juego. En mayo envió a España la novela inédita a Jorge Herralde, editor de Anagrama. Un pueblo árido, llamado San Gregorio, cae en el caos por la violencia del narcotráfico. Es la partida de El lenguaje del juego.
El norte de México era un paisaje al que Sada regresaba en sus libros, escritos con un lenguaje barroco, que lo hizo acreedor del mote del "Lezama Lima del desierto". El autor de nueve novelas, cinco libros de cuentos y tres de poesía aclaraba: "No invento palabras, las oigo o las deformo: soy un explorador del lenguaje". Con Roberto Bolaño se admiraban, pero nunca se conocieron: "De mi generación admiro a Daniel Sada, cuyo proyecto de escritura me parece el más arriesgado", aseguró el escritor chileno. Ambos se iniciaron publicando poesía.
Ganador del Premio Herralde 2008 con su novela Casi nunca, Sada obtuvo un reconocimiento tardío. En octubre se enteró de que el sello Graywolf publicará su novela en inglés. La fecha: el 10 de abril de 2012. "Daniel detestaba las relaciones públicas. Estaba convencido de que la fuerza estética de una obra es la que debe abrirse caminos, y no las relaciones de pasillo", comenta Adriana Jiménez, quien conoció a Sada hace 20 años, en un taller literario. Ella recuerda la invitación que Octavio Paz hizo a su marido: "Le pidió que formara parte del consejo editorial de Letras Libres, revista que Paz dirigía, pero Daniel no quiso desviarse de su quehacer literario y no aceptó".
La entrada económica de Sada venía de talleres de narrativa que hacía en Ciudad de México y sitios aledaños. El resto del tiempo escribía. Hasta el final, como lo hizo con El lenguaje del juego. La novela tendrá unas 200 páginas y se publicará el 2012 por el sello Anagrama. Jiménez cuenta: "Daniel asumió como un hombre de su tiempo el problema del narcotráfico". Y aclara que "el tema entró a la novela por el desborde informativo, ya que él no miraba la prensa. El regresa a su tierra de origen y la proyecta en el siglo presente", adelanta, y confiesa que Sada nunca dejó de crear. Incluso en sus últimos meses, cuando ya había perdido la visión. "Le decía que me dictara porque él solía escribir mucho en la cabeza, sin lápiz, sin teclado", relata la viuda, quien rescatará del computador de Sada un libro de poemas.
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