El niño de ocho años que se convirtió en el nuevo símbolo de la crisis de salud en Venezuela

<P>"Estamos pasando por mucho dolor y conmoción", dijo la madre del menor a La Tercera.</P>




A fines de febrero, médicos, enfermeras y estudiantes de medicina realizaron una manifestación en Caracas para mostrar su rechazo frente a la creciente escasez de medicamentos en Venezuela. Entre la multitud, un niño de ocho años, acompañado por su madre y abuela, llamó la atención por su contextura delgada, por su rostro tapado con una mascarilla y por un cartel que llevaba en sus manos que decía "quiero curarme, paz, salud".

El niño, llamado Oliver Sánchez, padecía linfoma no Hodgkin, un tipo de cáncer que le fue diagnosticado en noviembre pasado.

Durante las manifestaciones, en enero, su madre advirtió de las dificultades que estaba teniendo para conseguir las medicinas necesarias para el tratamiento de su hijo.

"Si no tiene el tratamiento eso puede desembocar en algo más grave", dijo Mitzaida Berroterán, la madre del pequeño, ese 26 de febrero.

Este martes, después de meses de luchar contra su enfermedad y luego de estar 10 días en coma, Oliver falleció en un hospital. "Estamos pasando por mucho dolor y conmoción", aseguró la madre de Oliver a La Tercera desde el estado de Miranda.

La muerte de Oliver no solo impactó a los venezolanos, sino que lo convirtió en un símbolo de la crisis que enfrenta el sector de la salud en Venezuela.

"Su voz, su rostro, su cartel, se ha convertido en un símbolo. Creo que era la misión de mi hijo en vida", dice su madre.

La situación también provocó una ola de reacciones de protesta en las redes sociales y en la Asamblea Nacional (AN), controlada por una mayoría opositora, donde el jueves se exhibieron imágenes del niño para denunciar la crisis.

El Legislativo venezolano declaró en enero una "crisis humanitaria" en el sector de la salud para así lograr el envío de ayuda internacional, pero el gobierno del Presidente Nicolás Maduro no ha reconocido la situación.

Por las mismas redes sociales miles de ciudadanos venezolanos han creado distintos mecanismos para encontrar los medicamentos necesarios, una tarea que parece casi imposible por estos días en el país.

La Federación Farmacéutica Venezolana calcula que la escasez de medicinas alcanza un 85%. Por otro lado, la mortalidad en hospitales aumentó en un 31% en 2015.

"A pesar de que nos costaba muchísimo trabajo obtener los medicamentos, igual lo conseguíamos, pero sólo con las amistades, cadenas y las redes sociales. Fue un calvario", explica Berroterán a este diario.

Falta de alimentos

Oliver no es el único niño que ha muerto por la falta de medicamentos. Según la organización local Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos, se registran cinco casos de niños que han fallecido en la crisis de la salud entre 2015 y lo que va del año.

"Hay muchos ancianos y niños que necesitan asistencia y medicamentos. Me tocó estar al lado de pacientes que estaban pasando lo mismo que mi hijo, no tenían dinero, no podían acceder a la medicina en el extranjero", comentó Berroterán.

En los últimos meses la crisis económica también ha provocado una falta de alimentos básicos. Una encuesta de la Fundación local Bengoa aseguró que los ingresos del 87% de los hogares de Venezuela no alcanzan para comprar los alimentos de la dieta alimenticia básica. Es decir, 9 de cada 10 personas no logran comprar comida con sus recursos económicos. Según la misma investigación, hay 34% de gente que recientemente ha caído en la pobreza.

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