El niño volador
<P>Tom Schaar tiene 13 años y este 2012 se convirtió en el primer <I>skateboarder</I> que logra el "1080", que son tres giros en el aire pegado a la tabla. Desde Malibú, explica la emoción que sintió al lograrlo y habla de su visita a Chile en noviembre, donde mostrará su talento en Santiago. </P>
Nadie lo había logrado: un "1080". Para la mayoría de las personas, esa cifra podría ser una dirección, el precio de una bebida o el valor en pesos de una libra esterlina, hace algunos años.
Para los skaters, sin embargo, es casi el equivalente al Santo Grial. Y parecía inalcanzable que un ser humano diera tres giros completos en el aire, adherido a su patín y que lograra tomar contacto con la rampa de manera fluida, deslizándose como si nada. Había sido, por ejemplo, una tarea imposible para leyendas del skateboarding, como Tony Hawk o Shaun White (quien luego sería ídolo del snowboarding). De hecho, Hawk (44 años), lo intentó muchas veces y jamás tuvo éxito. Lo mismo White, de 26 años y conocido como el "Tomate Volador" (por ser pelirrojo), quien se cansó luego de probar hasta el hartazgo.
Un niño de seis años, sin embargo, fue testigo directo, en las graderías, de varias de una esas frustradas intentonas, en los X Games de 2006, en Los Angeles, cuando White falló en 21 ocasiones consecutivas. Ese niño hoy tiene 13 años y se llama Tom Schaar, vive en Malibú, una de las zonas costeras exclusivas de Los Angeles. En ese instante, el mítico ten-eighty se volvió su obsesión.
Y lo logró contra todo pronóstico, alcanzando el estatus de figura internacional de los X-Games. Hoy, lo auspician siete empresas y ha comenzado a viajar por el mundo mostrando su extraordinaria habilidad, como, por ejemplo, en los Asian X-Games, realizados en la megalópolis de Shanghai.
El, sin embargo, sigue siendo un niño, casi con el aspecto de la versión más preadolescente de Justin Bieber. Desde su casa en California, su atenta madre, Megan, contesta que "discúlpelo un poco, él es algo tímido", además de preguntar cómo es el clima en Chile durante noviembre, cuando Tom será la gran estrella de los Pro Games, que se realizarán en Santiago desde el 16 hasta el 18 del mes entrante.
Schaar recuerda el momento en que por primera vez logró girar tres veces completas sobre su propio eje y cayó de pie, como un gato: "Fue un momento impresionante para mí. Me sentí impactado, porque yo practico skate desde que tengo cuatro años. Ha sido mi vida". De paso, aclara a La Tercera que "me resultó al quinto intento". Y luego ha seguido perfeccionando esa maniobra única en constantes entrenamientos.
En aquella, ocasión, en marzo pasado en su estado natal, el pequeño Tom fue felicitado a través de Twitter por el propio Hawk, entre otras estrellas de esta disciplina. "Para mí fueron impresionantes sus palabras, porque él es uno de los ídolos que siempre he tenido. Incluso me gustaría seguir una carrera como la de él... Me proyecto hacia allá".
Tanta fama logró desde octubre del año pasado, cuando comenzó a subir sus marcas de manera explosiva, que luego de lograr el "1080" fue invitado al talk show de Ellen Degeneres, uno de los personajes centrales de la televisión y el espectáculo estadounidense. Incluso la cadena en la que labora DeGeneres preparó una impresionante rampa en los estacionamientos de sus estudios. Ahí, Schaar mostró parte de lo que sabe.
Su coach y principal impulsor, Jeff Jewett, destaca que una de las principales ventajas del pequeño californiano es el tamaño, que le permite "flotar" más que lo normal. Lo anterior, además, se ve complementado por la fuerza de sus piernas, consideradas absolutamente normal para su edad y peso.
El, sin embargo, está tranquilo y no perturba. "Soy un niño normal, voy al colegio el séptimo grado y tengo amigos de mi edad, aunque todos somos apasionados por el skate. En mi escuela, en todo caso, me dan facilidades para poder estudiar, porque cuando he tenido competencias y viajes he perdido algunas pruebas, pero los profesores y mis compañeros me ayudan. Siempre agradezco eso".
De Chile sabe algunos detalles mínimos, como que "Santiago es una ciudad grande y el país se parece a California en algunos lugares", y que habla "un poquito español", con una dicción que delata su origen anglosajón.
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