El Nueva York de El Padrino
Si le gustan las películas de gángsters, "esta es una oferta que no podrá rechazar". A 40 años del estreno de la famosa saga mafiosa de El Padrino, Nueva York cuenta con una flamante guía turítica inspirada en sus locaciones.
LOS GANGSTERS se ganaron su respeto en la calle. Por eso, para hacer una buena película de gángsters, no queda más que salir a la calle. Y así lo entendió Francis Ford Coppola quien, para llevar a la pantalla grande el best seller de Mario Puzo, no se conformó con las comodidades que entregaban los enormes estudios cinematográficos de Hollywood, sino que -para darle más realismo a la historia- decidió filmar en locaciones verdaderas de los principales barrios de inmigrantes de Nueva York... y ya sabemos cuál fue el resultado.
La trilogía de El Padrino se transformó en una muestra del "mapa del crimen organizado" del Nueva York de los 20 y los 40, donde no había lugar para los débiles y sobrevivía quien disparaba primero.
Y ahora, cuando se cumplen 40 años del estreno de la película de mafiosos más aplaudida de la historia del cine, la editorial española Lunwerg lanzó la guía El Nueva York del Padrino y otras películas de la Mafia, de María Adell y Pau Llavador, que recorre los principales escenarios reales de la Gran Manzana en los que se filmaron escenas de la trilogía de Coppola y otros grandes filmes de gángsters, como Cottonm Club, Erase una vez en América y la exitosa serie de televisión Los Soprano.
A continuación, presentamos algunas de las locaciones más representativas y llamativas de El Padrino, que permiten revisitar la ciudad de Nueva York no tanto con ojos de turista, sino que sintiéndonos como si fueramos parte de "la familia" y los "negocios" del gran Vito Corleone.
Little Italy, el imperdible
No podía ser de otra forma. En el barrio donde se congregó la mayoría de los inmigrantes italianos que cruzaron el Atlántico hasta la Costa Este de Estados Unidos, es donde más referencias a la película podemos encontrar.
En el número 128 de Mott Street se ubica un edificio muy representativo: el Mietz Building, donde en el filme funcionó la Genco Olive Oil ¿Se acuerda?.. Sí, la empresa "fachada" de Vito Corleone, en la cual realizaba sus reuniones y encubría sus negocios ilícitos. Fue en las afueras de este edificio donde el "Don" fue abatido a balazos y casi pierde la vida por orden de otro capo de la mafia: Virgil Sollozo, por negarse a participar en el tráfico de heroína. Además de la fotografía de rigor, en las calles colindantes -como Canal St.- encontrará varias tiendas, restaurantes y cafés orientados al turista.
Saliéndose un poco de Little Italy y llegando al corazón de Soho, nos encontramos con la iglesia San Antonio de Padua, la que fue fundada en 1896 para absorber los fervores de la oleada de inmigrantes italianos que se establecieron en el vecino barrio. Dado su simbolismo, frente a ella se filmó una de las escenas más memorables de El Padrino II: cuando en plena celebración al santo patrono, un joven Vito -interpretado por Robert De Niro- confabula con sus amigos en contra del mafioso Fanucci, quien tenía la intención de cobrarle un abusivo porcentaje de sus ganancias. Aquí, con una de las frases de oro del cine ("le haré una oferta que no podrá rechazar"), comienza a fraguarse la leyenda del "Don".
También, vale la pena darse una vuelta por Elizabeth Street, una típica calle de Little Italy, repleta de boutiques y restaurantes de moda. Además de eso, entre las calles Prince y Houston Avenue se rodó la espectacular secuencia de El Padrino III en la que Vincent Mancini (Andy García), montado a caballo y disfrazado de policía, aniquila al ambicioso Joey Zasa, justo en el número 255 de esa calle.
Antes de salir del barrio italiano, es recomendable dirigirse al Italian American Museum, en la esquina de Mulberry con Kenmare, edificio que de 1882 hasta 1932 fue un centro financiero y de consulta de los inmigrantes recién llegados. La entrada tiene un valor de US$ 5 y el museo presenta la historia y el modo de vida de los primeros italianos en Estados Unidos. Como dato anecdótico, esa esquina (Mulberry y Kenmare) era conocida durante la prohibición como Curb Exchange, y en ella realizaban trueques de alcohol de contrabando.
Siguiendo a los Corleone
¿Le gustaría conocer la mansión del Padrino? Pues, esta de verdad existe. Se ubica en el número 110 de Longefellow Road, en Staten Island. Bueno, la verdad es que los interiores se grabaron en unos estudios en Manhattan, pero el jardín, la fachada y la entrada principal de inmediato le traerán a la mente la imagen inicial de la saga, esa del matrimonio de la hija de Vito, Connie Corleone, en la que la secuencia nupcial se alterna con las audiencias privadas del "Don" en su despacho. Además, en la isla podrá acceder a un agradable paseo en ferry (que es gratuito), edificios históricos, pizzerías de clase mundial y -cómo no- una excelente vista de la Estatua de la Libertad.
En el Midtown de Manhattan nos encontramos con otra locación célebre de El Padrino III: el Waldorf Astoria (301 Park Avenue). Este es el lugar donde se llevan a cabo las reuniones entre el poco confiable arzobispo Gilday y los Corleone, dando cuenta de la relación de la mafia con la Iglesia Católica. Este es un hotel de decoración clásica, que simbolizó la fusión de dos familias de la aristocracia neoyorkina: los Waldorf y los Astor. El precio del alojamiento es razonable para sus lujos (unos US$ 400), pero si no tiene presupuesto para quedarse, hay tours que revelan las intimidades del hotel y de los famosos que se alojaron en él. Además, ha sido escenario de otras películas, como A Weekend in Waldorf y la comedia Maid in Manhattan , protagonizada por Jennifer López y Ralph Fiennes.
Siguiendo los pasos del Padrino, también encontrará lugares míticos de la ciudad donde además podrá disfrutar de un buen rato. Tal es el caso del Caffe Reggio (119 MacDougal St., West Village), que fue donde Vito tuvo la conversación cara a cara con el extorsionador Fanucci (El Padrino II) antes de asesinarlo en la puerta de su departamento. Este café se jacta de ser el lugar del "auténtico capuccino", ya que fue el primer local en importar a Estados Unidos una máquina espresso, en 1927, aparato que puede apreciarse en la mencionada escena de la película. Lo típico es llegar al lugar para pedir un capuccino y un sabroso cannoli, aunque también tienen menús de almuerzo.
Por su parte, en East Village, nos topamos con el mítico Vazac's Horseshoe Bar (108 Avenue B), uno de esos bares de estilo yanqui, con mesas de pool, letreros luminosos, mesas de pinball y gente bebiendo cerveza apilada en su barra principal. Es en esta mismísima barra donde los hermanos Rosato tratan de matar a Frank Pantángeli sin éxito, debido a la aparición de un policía. La escena continúa con un tiroteo gangsteril que se desarrolla en la misma esquina del bar (El Padrino II). El mítico local también ha servido como set de grabación para películas como Cocodrilo Dundee, Algo Pasa en Las Vegas y Serpico.
Para el final, dejamos un lugar significativo no sólo para la película El Padrino, sino también para la Cosa Nostra en general. Se trata del Cementerio Calvary, en Queens, donde podrá encontrar tumbas de gángsters que alguna vez fueron "de carne y hueso", como Thomas "Three-Finger Brown" Lucchese. Es en este recinto donde se grabó el parafernálico entierro de Vito Corleone. Su realización fue tan apoteósica, que en ella se utilizaron 150 extras, 20 limusinas y se gastaron US$ 20.000 en flores. Y, si bien la tumba de Vito no existe, preguntando al personal que ahí trabaja se puede llegar al lugar donde se rodó el funeral. Allí, pisando los mismos pastos por donde pasó el féretro del mafioso más famoso del cine, seguramente recordará la más filosófica de las frases del mundo gangsteril: "Todos en este negocio sabemos dónde vamos a acabar, en prisión o bajo tierra, la cuestión es quién llegará al último".
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