El origen tras los dos mayores festivales rockeros que se realizan en Chile
<P>Maquinaria, que se hace hoy y mañana en el Club Hípico, tuvo en su debut de 2010 a los mismos mentores de Lollapalooza Chile. </P>
En algún momento fueron un solo equipo. Socios y aliados. Pero hoy los separan métodos de trabajo, fichajes y, sobre todo, los dos festivales rockeros más importantes del país. Por un lado, Maquinaria, la cita a cargo de la productora Transistor y que tendrá su segunda edición hoy y mañana en el Club Hípico. Por otro, la versión local de Lollapalooza, en manos de Lotus Producciones y que este 20 de noviembre oficializará el cartel del evento, que también tendrá su segunda entrega, el 31 de marzo y 1 de abril en el Parque O'Higgins.
Pero, para el debut de Maquinaria en octubre de 2010, Transistor y Lotus trabajaron en conjunto. Un año antes, el productor y hoy director general de Transistor, Leonardo Valeria (31), pactó el retorno de Faith No More a Santiago y decidió acompañarlos a girar por Brasil. En el viaje surgió la opción de comprar la licencia de Maquinaria, festival que se realizaba cada temporada en Sao Paulo y que sirvió de espejo para su réplica chilena (aunque hoy funciona independiente).
SegúnValeria, en la misión de importar el evento decidió contactar a Lotus, productora liderada por Sebastián de la Barra y Maximiliano del Río, dos amigos con una histórica relación forjada en el Andreé English School. Para la planificación de la cita, que trajo a Pixies y Queens of the Stone Age, compartieron oficina.
"Invité a Lotus porque era un proyecto muy grande, que se hacía por primera vez en Chile. Fue algo que resultó muy bien, pero después a ellos les surgió la idea de hacer Lollapalooza. En algún momento comentamos la opción de hacerlo en conjunto, pero somos diferentes empresas. A ellos les gustó mucho el proyecto, hay gente que le interesa más las marcas gringas, pero a mí no me pareció interesante, aunque sí una muy buena idea, pero era el momento de separarnos. Con ellos tenemos visiones diferentes de hacer las cosas. Nosotros somos mucho más rockeros", relata Valeria, quien estudió economía en la Universidad Autónoma de Barcelona, y que mientras vivió en Europa se hizo la costumbre de ir a festivales de música. Desde allá produjo su primer show en Chile: en 2007 trajo a La Mala Rodríguez. Un año después, cuando volvió a Santiago, lo hizo con las fiestas Kubix, que luego convirtió en una discoteca. Y siguió trayendo artistas.
Ingenieros y amigos
De la Barra y Del Río -que optaron por no hablar para esta nota- empezaron a trazar la idea de importar Lollapalooza en abril del año pasado, cuando hablaron con el creador del evento, Perry Farrell. Ambos tienen 30 años y egresaron de Ingeniería Comercial: uno es director artístico y el otro director de marketing de la productora Lotus. Desde la época universitaria comenzaron a armar eventos y, ya egresados, se empezaron a introducir en el negocio y a relacionarse con marcas y eventos, como Kid Koala -su primer show, en 2005-, The Wailers y Easy Star All Star. Ahí empezaron a tejer contactos con empresas que luego se convertirían en soporte de Lollapalooza. La amistad entre ambos ha pesado en el trabajo, al punto que el hermano de Sebastián, José Manuel de la Barra, también se desempeñó en Lotus, todo en una suerte de gran clan.
Junto con Transistor son de los productores de mayor ascenso en el mercado local, con una oficina en el sector de Bellavista, la misma donde armaron Maquinaria, y una forma de trabajar que los tiene con conferencias telefónicas diarias con Perry Farrell y C3, la empresa tras Lollapalooza y una de las mayores firmas de representación de artistas del mundo.
La inversión que manejan se acerca a los US$ 10 millones. Mucho más que los US$ 4 que gasta Maquinaria. Los montos redundan en que el cartel de invitados del espectáculo de este fin de semana totalice 36 en tres escenarios, mientras que el de sus ex socios tendrá 60 en seis tarimas.
El gallito por Monkeys
Pese a que el discurso apunta a una suerte de bandera blanca entre ambos, la dinámica del mercado ha dictado lo contrario. La banda inglesa Arctic Monkeys figuraba entre los planes iniciales del actual Maquinaria y su nombre era candidato fijo para esta versión. Sin embargo, tras un puñado de negociaciones, los ingleses decidieron no bajar a Sudamérica este año y privilegiaron su paso por Lollapalooza de Chile y Brasil. Lotus ganó el gallito.
Leonardo Valeria matiza: "Estuvimos muy cerca de tenerlos, pero ellos venían terminando una gira y, por tiempo, no podían. Las bandas van programando su año en distintas partes, y por más que nosotros lo peleamos, no se pudo".
Según personeros de la industria, Valeria, que armó su actual line-up en un año, ha ganado espacio en el circuito internacional de festivales y él mismo se encarga de viajar a distintos países para hablar con las agencias encargadas. Los mecanismos de Lotus son similares, aunque también suman el apoyo de Farrell -quien ha gestionado personalmente muchos de los fichajes, un punto clave para la gestión de traer números importantes-, de empresas norteamericanas como C3 y un estilo que contempla también viajes para negociar directamente números que consideran relevantes.
Si existe otra similitud es que las dos productoras se han instalado en los sitiales de avanzada del circuito chileno de shows y han ido desequilibrando el poderío de las productoras más tradicionales. Un triunfo para tres treinteañeros.
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