El oro brilla amarillo

<P>La colombiana Mariana Pajón revalida su título olímpico y se convierte en una leyenda sudamericana.</P>




No es raro ver las tribunas de los recintos olímpicos teñidos de amarillo. Sin embargo, lo que se vive en el Olympic BMX Centre, en el X Park de los Juegos de Río, en Deodoro, es diferente; esa masa amarilla habla español y tiene una fiesta propia, esperando el oro de Mariana Pajón, su deportista más popular en Río 2016.

Así, con esa confianza estaban los asistentes, la prensa cafetera, los dirigentes. Pajón era la gran favorita para quedarse con el oro olímpico y todo el estadio lo sabía. Y lo celebró como si fuera una sorpresa. Un tiempo de 34"93 la dejó primera, con la estadounidense Alise Post segunda, a 0"342, bastante para un recorrido de solo 400 metros.

La oriunda de Medellín es bicampeona olímpica, en una historia que sabe de apenas tres oros cafeteros en todos los Juegos. Por eso es ídola en casa, "como James y Nairo", asegura un periodista colombiano.

La propia pedalera explica a La Tercera: "El nivel de fanatismo por mí en Colombia es porque se vivió algo muy grande en Londres 2012, porque me vieron luchar para ir a Beijing 2008 y no se pudo. Trato de dar un mensaje, que sepan que se puede creer que se va a ganar y lograrlo, darles energía positiva".

Cuando intentó llegar a China, a las primeras competencias de bicicross en JJ OO, tenia menos de 16 años.

¿Podrá aprender algo Chile de sus logros? Ella responde: "Más que enseñar algo, he aprendido yo de todos los atletas latinoamericanos, de muchos, de saber que somos potencias, que somos hábiles, que hablamos español, que somos una raza que lucha por tener esos sueños grandes. Qué más puedo decir lo hermoso que es estar aquí, el mensaje es disfrutar lo que haces y decir que viviste un sueño".

Hija de deportistas, un automovilista y una equitadora, Pajón, de 24 años, comenzó a tener logros incomprendidos en un principio en su país. "Explicaba que era campeona del mundo de BMX y me preguntaban qué era eso", contó ayer y luego dijo que su deporte unió a Colombia. "No sólo es una medalla, quiero dejar un legado. En Colombia podemos unirnos sin importar de qué región somos. Si nos podemos unir por un solo fin, debemos sentirnos orgullosos de ser colombianos, de que entreno en mi país y de ahí salgo a competir afuera".

Mariana Pajón no le dice no a nadie. A los fans, a los periodistas; notas, selfies y saludos. Y cierra: "Estoy hecha de sueños, de decisiones, de trabajo duro y de cara feliz, siempre cara feliz, como me dice mi mamá cada mañana".

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