El patriarca que los dejó en 2005




Andrónico Luksic Abaroa, fundador del mayor grupo económico del país, falleció en 2005 a los 76 años. Hijo de padre croata y madre boliviana, egresó de Derecho de la Universidad de Chile y emigró a París a realizar su memoria. En la ciudad europea encontró la veta que le permitiría poco después fundar las bases del conglomerado más grande de Chile.

Excepto por el empujón inicial de su tío Juan Abaroa, el patriarca se forjó prácticamente solo en el mundo de la minería, la industria y las transacciones. Sus primeras "operaciones" fueron ventas de artículos en París y su primer gran negocio lo efectuó cuando tenía 23 años: tras volver de Francia con un ahorro de US$ 30 mil compró el 10% de la concesionaria Ford en su natal Antofagasta. Luego adquirió la mina de cobre Portezuelo a dos franceses aventureros y la revendió a una minera japonesa. En los 50 inició exploraciones en el desierto de Atacama.

Su estilo austero le permitió generar ahorros que -con la ayuda de "golpes de suerte", como decía Luksic Abaroa- y mucho trabajo, adquirió partes de empresas como Celulosa Arauco, Quiñenco y Lucchetti.

En 1979 se hizo de Antofagasta Holding, compañía inglesa que maneja el ferrocarril Antofagasta-Bolivia y también adquirió el Hotel Carrera. Cuatro años después compró 40% de Michilla y la mina El Tesoro. En 1985 se hizo de la mina Los Pelambres, en la IV Región, y al año siguiente, adquirió la compañía de Cervecerías Unidas. En 1987, tras comprar Telefónica del Sur a través de Quiñenco, partió la expansión del brazo industrial. De ahí en adelante el grupo siguió diversificándose, liderado por sus hijos.

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