El plan de CGE para duplicar su tamaño en la próxima década
<P>El gerente general, Pablo Guarda, prevé que en 10 años el grupo tendrá un 40% más de clientes en distribución y que sus ventas -hoy de US$ 4.000 millones anuales- aumentarán al doble. En generación eléctrica tiene en carpeta derechos de agua por 500 MW. El grupo cree que los precios se moderarán , pero no demasiado.</P>
Un 2011 complejo ha tenido el grupo energético CGE, ligado a las familias Marín, Pérez Cruz y Hornauer. Un tiempo en que ha debido hacer frente a diversos episodios que ahora, ya iniciado el segundo semestre, cree estar dejando atrás. Entre ellos, la baja de 83% en sus utilidades a junio, merma que no se repetirá en el segundo semestre, el que será "notablemente superior al primero", adelanta su gerente general, Pablo Guarda.
Otro hito estuvo en uno de sus mayores negocios, el de la distribución. Ahí enfrentó millonarias multas por errores en la facturación de cuentas de luz a algunos de sus clientes. Hoy el holding -que suministra energía a 2,3 millones de clientes en Chile y abastece de gas a más de 500 mil usuarios- cree que se trata de un capítulo superado, entre otras cosas, porque ya logró estabilizar la plataforma informática que originó los problemas.
Entremedio, ocurrió la quiebra de Campanario, generadora donde la firma tiene el 20% a través de Gasco. La eléctrica entró en insolvencia por contratos que firmó a largo plazo con Saesa y CGE Distribución, y que debió cumplir comprando energía en el mercado a un precio mayor.
Más allá de la contingencia, el balance de Guarda es positivo. Dice que el grupo está en un proceso de consolidación después de años de crecimiento sostenido y que, con fichas puestas en los combustibles con Gasco y Metrogas, presencia en Argentina y Colombia, ventas superiores a los US$ 4.000 millones, tiene planes en distintos sectores y está lista para aprovechar las oportunidades que vienen de la mano del desarrollo del país. En ese contexto, proyecta la siguiente década: "Vamos a ser cerca del doble de lo que somos ahora", asegura.
En ese objetivo, agrega, no influirá el reciente término del pacto que unía a los controladores de la empresa. "En la visión estratégica de en qué negocio estamos, en cuál queremos estar, cómo crecer y a qué ritmo, no hemos visto ninguna discrepancia", señala Pablo Guarda.
¿Cuáles son los focos de crecimiento futuro?
Nuestro énfasis estará puesto en todos los segmentos. El consumo eléctrico, que crece a rangos del 7% en el SIC, obliga a duplicarse en 10 años. Eso es mucha inversión, no sólo en generación. También hay que crecer en transmisión, subtransmisión y distribución. Igual en el gas. La minería está creciendo muy fuerte, demanda más generación y más instalaciones de transmisión. Hoy en Chile la distribución necesita, mínimo, US$ 200 millones de inversión todos los años. En transmisión troncal y subtransmisión, cifras parecidas. Nuestra filial Transnet, por ejemplo, hoy tiene 70 clientes, y tenemos que acompañarlos en sus crecimientos.
En distribución, ¿aspiran a convertirse en el princial grupo en ventas? Hoy lo es Chilectra.
Nuestros objetivos no se encaminan por ese lado. Nuestro objetivo es bien preciso: vamos a satisfacer, e idealmente superar, las necesidades de energía y electricidad que tienen nuestros clientes. Lo que haya que hacer. Pero no está en nuestro objetivo compararnos con la competencia.
¿Está dentro de sus objetivos tomar oportunidades y comprar activos? Por ejemplo Saesa.
No lo hemos mirado. Creemos tener un tamaño relativo en distribución eléctrica que es importante, tenemos una cobertura que es una parte significativa del país y esos clientes esperan y demandan de nosotros crecimientos que pueden ser más importantes que una adquisición.
En generación, Castilla y Xstrata están buscando socios. ¿Les interesan esos proyectos?
Siempre miramos los proyectos que hay. A una compañía de este tamaño siempre le llegan propuestas e invitaciones. Con mucha prudencia siempre miramos y estudiamos todas las oportunidades. Hoy no estamos participando en esos procesos, porque este grupo tiene 500 MW en derechos de agua a desarrollar. Pero vamos a observar los proyectos que se realicen, vamos a escuchar las propuestas que nos lleguen, vamos a ver si son mejores a las que tenemos nosotros y vamos a ver si son complementarias.
¿Dentro de 10 años cómo se ven?
Es probable que el número de crecimiento de clientes siga en el rango del 3% anual que tenemos hoy. Por otro lado, el consumo eléctrico residencial y productivo se va a duplicar en 10 años. En electricidad puede que tengamos un 30% o un 40% más de clientes, pero probablemente vamos a estar vendiendo el doble en unidades físicas de energía. En 10 años más vamos a estar cerca de ser el doble de lo que somos ahora, más lo que hayamos hecho en inversiones puntuales.
¿También en ingresos?
Es probable que sí. Los precios de la energía se van a ir moderando, pero no creemos que demasiado.
¿La internacionalización es un objetivo relevante para el grupo?
Vamos a invertir en aquellos países que nos den seguridad, oportunidad de crecimiento y certeza jurídica. Colombia es una excelente oportunidad.
¿Está concentrado el mercado de generación en Chile?
No lo sé. Me limito a la experiencia de este grupo con Ibener, una central de casi 140 MW, que ha sido exitosa y no ha encontrado ninguna barrera de entrada de los otros generadores. Por eso, no podemos decir que los tamaños de los actores nos haya puesto una dificultad.
El ministro Longueira habló de poner un techo de 20% de participación. ¿Está de acuerdo?
El país tiene instituciones que funcionan a cada rato respecto de distintos mercados y si hubiera rasgos de concentración o el tamaño de los actores diera origen a abusos, la institucionalidad funcionaría.
¿Si hubiese más competencia en generación los precios de la energía serían más bajos?
Compartimos la idea de que a más actores, mejor competencia, pero hoy esa no es la razón exclusiva ni la más importante de que los precios de la electricidad estén altos. En Chile el grueso de la electricidad se importa, en la forma de carbón, gas natural y petróleo diésel, que son precios que no fija ningún generador. La única fuente significativa de energía que el país tiene se llama hidroelectricidad, pero cada vez se está haciendo más difícil construir centrales hidroeléctricas. Cuando uno pone dificultades para que la oferta aumente, es evidente que va a haber una tendencia a ajustar la oferta.
¿Cómo se agiliza la aprobación de proyectos hidroeléctricos?
Eso tiene un sólo nombre: se llama certeza jurídica. Eso significa que los procedimientos que nuestra institucionalidad establece que hay que cumplir, se deben cumplir, pero también hay que asegurar que, una vez cumplidos, el inversionista no tendrá ningún día de atraso en la construcción de la central por causas ajenas a la misma.
En el último tiempo, el grupo enfrentó la quiebra de Campanario. ¿Cómo no se previó los riesgos que tomó esa generadora?
Gasco es un accionista pasivo de la compañía, con el 20%. No tenemos influencia en las decisiones comerciales de Campanario.
Pero sí están en el directorio.
Tenemos representación, pero no una posición influyente.
En ese contexto, ¿estuvieron de acuerdo con su estrategia?
Uno puede tener opinión en una compañía en que no tiene el control, pero lo que hace esa compañía lo determina su controlador. Es comprensible que una generadora se incline por contratos regulados y de largo plazo. En la época en que se suscribieron había un plan de obras en ejecución, pero el terremoto produjo atrasos significativos en la entrada de centrales base. Segundo, 2010 está dentro de los tres o cuatro años más secos del registro histórico del SIC. Hubo una conjunción de eventos de muy baja probabilidad, pero de alto impacto.
¿Qué lección les deja este caso?
Dado que en estos contratos es la autoridad (la CNE) quien regula y establece las reglas para adjudicar, la lección es que uno revise si no hay que privilegiar en primer lugar más la seguridad. En segundo lugar, que se asegure que el desempeño financiero de las compañías que están actuando sea monitoreado con mayor frecuencia para tener alertas tempranas y tomar medidas que permitan evitar que los problemas se agraven. Se podrían pedir garantías financieras para asegurar que en épocas difíciles se van a pagar los costos del suministro.
Tras Campanario, ¿el grupo hará cambios en la forma de actuar?
Probablemente revisaremos con mayor atención las participaciones minoritarias que quisiéramos tener o que creamos que es bueno tener en algunos negocios.
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