El primer cable enviado a EE.UU.




"Se impuso el toque de queda. Las detenciones comenzaron". Bajo ese encabezado, la embajada de Estados Unidos en Santiago envió la madrugada del 8 de septiembre de 1986 un mensaje confidencial a la Secretaría de Estado en Washington, detallando la situación en Chile tras el fallido atentado contra el general Augusto Pinochet, ocurrido pocas horas antes en el Cajón del Maipo. El mensaje, transmitido con copia a las embajadas estadounidenses en Buenos Aires, La Paz y Lima y a los comandantes en jefe del Comando Sur y del Comando Atlántico de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, es el primero que se envió desde Santiago tras el ataque y está firmado por el entonces encargado de negocios de la representación norteamericana en Santiago, George F. Jones.

"Tras el fallido intento de asesinato del Presidente Pinochet el 7 de septiembre, el GOC (gobierno de Chile, N. de la R.) anunció inmediatamente el estado de sitio en todo el país. El estado de sitio suspende los derechos de hábeas corpus y de revisión judicial de muchas de las acciones del GOC y permite al gobierno imponer censura y arrestar y relegar a personas indefinidamente", detalla el sumario del documento, que forma parte de los más de 23 mil mensajes hechos públicos por Estados Unidos como parte del proyecto de desclasificación de información entre 1968 y 1991 impulsado por el gobierno del Presidente Bill Clinton, tras el fin del régimen militar chileno. En sus seis páginas, el cable hace un detallado análisis de las medidas adoptadas tras el atentado y sus eventuales consecuencias, advirtiendo sobre el endurecimiento de las acciones del régimen.

Jones fue durante las horas y días posteriores al atentado el responsable de mantener informado al gobierno de Ronald Reagan sobre los pasos que tomaba Pinochet, en momentos en que las relaciones entre Estados Unidos y Chile no pasaban por el mejor momento. Tras la llegada del embajador Harry Barnes en noviembre de 1985 y en especial tras la muerte de Rodrigo Rojas Denegri, el joven fotógrafo chileno muerto en julio de 1986, pocos días después de regresar desde Estados Unidos, por las quemaduras causadas por una patrulla militar, los vínculos entre ambos países comenzaron a enfriarse. Por ello, existía preocupación sobre lo que podía suceder tras el atentado. "Es probable que el GOC utilice el estado de sitio para restringir la libertad de reunión y de prensa y vuelva a recurrir al uso del exilio interno (destierro)", señala el informe de Jones. "Estamos conscientes de que el Presidente ha querido desde hace mucho silenciar a las revistas opositoras más virulentas y nos sorprendería si (la revista) Análisis y probablemente otras no son suspendidas... habrá que ver si el GOC también intenta imponer censura a los principales diarios, como sucedió durante el último estado de sitio", agrega el cable.

Al revisar el documento, resulta evidente que mientras Jones escribía el mensaje los hechos se sucedían aceleradamente. "Los primeros informes sobre arrestos incluyen al presidente del Partido Socialista (Briones), al líder Ricardo Lagos, al presidente de MDP, Germán Correa, y a José Carrasco, editor internacional de la revista Análisis", escribe poco antes de agregar: "Mientras esto es tipiado hemos sido informados que el GOC emitió su primer decreto". Este "amplía el toque de queda a todas las personas entre las 2 y las 5 de la madrugada; el toque de queda anterior cubría sólo al tráfico vehicular". Jones concluye asegurando que "una vez más la reacción de línea dura de Pinochet ayudará preferentemente a sus más duros enemigos, los comunistas, frustrando los esfuerzos de los partidos centristas para conducir a las FF.AA. hacia un diálogo constructivo".

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