El privilegio de ser lindo e inteligente

<P>Recientes estudios demuestran que, además de beneficios románticos, económicos y hasta legales, los más atractivos tienen un coeficiente intelectual superior a los menos agraciados.</P>




ES COMO para botarle de un manotazo la balanza a la Justicia, que supuestamente era ciega, y preguntar qué pasó con eso de que cada quien tiene lo suyo. "El atractivo físico está empírica y significativamente asociado con la inteligencia general", dice el estudio liderado sicólogos sociales del London School of Economics, que demostró que los hombres y las mujeres atractivos tienen un coeficiente intelectual más alto que los no tan sexy.

Un atributo que se suma a una lista de regalías que ya habían develado las ciencias sociales. Los más atractivos captan la atención entre las multitudes, acceden a mejores puestos de trabajo, mejores sueldos, son empleados mejor evaluados y tienen veredictos más favorables en los juicios legales. Para Satoshi Kanazawa, sicólogo evolutivo y autor del estudio de CI, la razón tras la viveza intelectual de los más lindos es un teorema muy sencillo: los hombres más inteligentes son más propensos a tener un estatus alto; los hombres con estatus alto se emparejan con mujeres más bonitas; la inteligencia es hereditaria y la belleza, o los rasgos de ella, también.

La investigación incluyó datos de más de 52 mil personas de Estados Unidos e Inglaterra, que han sido seguidas desde su nacimiento en 1958. En promedio, la distancia intelectual entre una persona "muy poco atractiva" y otra "muy atractiva" es de 13,6 puntos en los hombres y de 11,4 entre las mujeres. Considerando que el coeficiente intelectual es una escala en que la inteligencia normal va de 84 a 113, la sobre el promedio llega a 132 y la superior a 148 puntos, el talento que aporta el atractivo, fácilmente podría hacerlos pasar de un nivel a otro.

Mientras la inteligencia parece avenirse con los números, la belleza es difícil de cuantificar o evaluar. Sin embargo, los científicos han encontrado lo que parece ser una mínima pero decidora diferencia entre las caras promedio y las más adorables. Según explica a La Tercera David Perret, autor del libro En tu cara: la nueva ciencia de la atracción humana (2010), hay características específicas que son particularmente atractivas. Los rasgos de juventud o infantiles, como las pestañas largas, los ojos grandes, la piel lisa, harto pelo, los pómulos altos, los labios carnosos. Las diferencias sexuales, como formas más suaves en las mujeres o las más angulosas y la altura en los hombres. Y la salud, también reflejada en la piel, en los dientes blancos, los labios rojos.

Claro que todo esto no es más que un impulso en el cerebro. En un estudio llamado No puedo sacarte los ojos de encima: Aumento de atención a parejas y rivales, realizado en la U. de Florida, los científicos descubrieron que una persona demora menos de medio segundo en distinguir a otra muy atractiva en una multitud, e inmediatamente, fija su mirada en ella. "Las características de belleza están ligadas a los sistemas de recompensa en el cerebro y nos producen placer. El misterio es por qué", agrega Perret. El, al igual que gran parte de los expertos en atractivo físico, piensa que "las caras atractivas son más fáciles de procesar para el cerebro. Son predecibles y, por lo tanto, existe la paradoja de la belleza: las caras de la gente linda son también más olvidables, precisamente, por que no hay elementos recordatorios", dice Perret refiriéndose a una nariz puntuda, un ojo medio caído o un lunar desafortunado, entre otras cosas de la vida.

Pero ser posiblemente olvidable es una de los pocos infortunios de la belleza. Distintas investigaciones demuestran que los privilegios de los lindos son profundos e irrefrenables, como las ganas de mirarlos.

Una investigación de la U. de Pensilvania probó que hombres y mujeres prefieren contratar a candidatos bien parecidos para cargos más altos y esta decisión es más rápida y entusiasta. Suma y sigue: los empleados con alto atractivo físico gozan de sueldos de hasta 15% más que los de aspecto promedio. La estatura es otra virtud laboral. Los hombres altos tienen mejores evaluaciones de desempeño y más ascensos que sus pares bajos, con similares antecedentes. Tienen también mejores sueldos. Según un estudio de la U. de Florida, 2,5 cm más de altura sobre el promedio, se traducían en $400 mil más al año.

Pero no sólo los jefes se deslumbran con los más bellos, la justicia también. Un estudio de la Universidad Cornell, en EE.UU. demostró que los defendidos más atractivos reciben menos veredictos como culpable en la corte; si son ellos los que acusan, obtienen mejores recompensas y, en casos criminales, las sentencias son más bajas. Es un fenómeno que se ha probado en más de 30 estudios en los últimos 60 años.

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