El proyecto de las Termas de Menetúe para producir vinos en Pucón
<P>Vides de Pinot Noir y Chardonnay ya cubren una hectárea en la precordillera de la Araucanía, en un plan pionero del empresario Eugenio Benavente.</P>
VIÑAS en Pucón. Tal como se han desarrollado en la zona argentina de Neuquén, que está en una latitud similar, pero asociadas a la actividad turística termal. Este es el concepto que empezó a desarrollar en 2011 el dueño de las Termas de Menetúe, Eugenio Benavente, en la precordillera de la región de La Araucanía.
El empresario se declara amante del vino. Ha visitado viñas en Chile y en los países con más historia en la materia y decidió tomar el riesgo. Hoy tiene, a 30 kilómetros de Pucón, poco más de una hectárea de vides plantadas. Pinot noir y chardonnay son las variedades que mejor deberían responder a las condiciones del clima y del suelo en la zona.
Benavente pretende desarrollar un concepto amplio en torno del vino. Que los turistas participen en el proceso de vendimia y en la elaboración y envasado del vino. Que pongan su nombre en una barrica y en las botellas que luego podrán llevar a sus hogares.
"El año 2015 sería la primera cosecha. Queremos dar valor agregado a la visita turística a las termas. La idea es que la gente tenga ese atractivo de participar en la vendimia", explica, destacando que son pioneros en plantar vides en la zona. "Es una apuesta", enfatiza.
Aclara que por ahora este es un proyecto boutique que se podría ampliar dependiendo del resultado. "Veremos cómo evolucionan las parras. Si van bien, podríamos buscar algún tipo de alianza estratégica con una viña grande. Podríamos ser apadrinados por una empresa importante del rubro que venda en el extranjero la experiencia de venir a esta viña boutique", afirma.
Hasta ahora, la primera etapa del plan ha demandado alrededor de $ 70 millones. Esto incluye la tierra, las plantas y el desarrollo de un sistema de control de heladas. El respaldo técnico se lo está dando la división de consultorías vitivinícolas y enológicas de Andes Wines, a través del ingeniero agrónomo y enólogo José Miguel Sotomayor.
Junto a esta consultora también desarrollarán un sistema de riego y manejo de heladas basado en aguas termales. "Está el desafío de elevar el agua desde la parte baja, de donde proviene el agua termal subterránea, a la parte alta donde está el viñedo", dice el agrónomo Maximiliano Morales. En una fase posterior se invertirá en una planta para elaborar los vinos.
El lugar
El escenario, según Benavente, es ideal para una viña. Son las Termas de Menetúe, que él opera desde hace más de 10 años. Según cuenta, tomó el manejo del complejo turístico a comienzos de los 90, cuando la actividad termal estaba en una etapa de desarrollo muy incipiente y se enfocaba principalmente a visitas medicinales. Entonces, reenfocó el concepto hacia una oferta más sofisticada y hacia el turismo de bienestar.
Dice que el negocio iba bien hasta 2000, cuando un incendio consumió parte importante de las instalaciones de Menetúe. Ello marcó un nuevo comienzo para el empresario, que en 2002 adquirió el mismo terreno, que antes administraba, y empezó a desarrollar desde cero el lugar.
Este mes cumple una década operando las nuevas instalaciones: un parque termal de 40 hectáreas, que tiene acceso a 2,5 kilómetros de orilla de una laguna, bosque nativo y tres circuitos de trekking. Además, posee tres piscinas techadas y dos al aire libre, además de 10 cabañas ubicadas entre el bosque y la laguna. En temporada alta reciben hasta 400 personas al día y alojan a unas 45 personas.
Durante los últimos años, el negocio de Benavente ha tomado un fuerte impulso. En 2008 creó Patagonia Andina, un pequeño holding a través del cual opera también otros activos. Al año genera ingresos por unos $ 3.000 millones, que provienen de las termas Menetúe y de las Termas de Malleco y de Coñaripe, que arrienda y administra. El grupo también lo integran la Agencia Patagonia Experience y el hotel boutique Patagonia Pucón, que arrendó, remodeló y reabrió hace dos años, tras siete años cerrado.
Hoy ese establecimiento, ubicado en el centro de Pucón, tiene una ocupación promedio de 37%, por lo que, según el empresario, tiene mucho espacio para crecer.
Benavente, que inició su carrera en grandes hoteles de Santiago, ha dado un sello profesional a su grupo. Hoy tiene una central de reservas, una gerencia de Operaciones y otra de Finanzas, un departamento de Recursos Humanos y un área comercial especialista en el rubro termal. "La idea es seguir creciendo y podría ser a partir de inversiones propias", comenta. A su juicio, con el tamaño actual de Patagonia Andina, es uno de los mayores actores del turismo termal en Chile.
Uno de los focos centrales de las termas que opera es la eficiencia energética. En Coñaripe, por ejemplo, implementó sistemas de geotermia que permitieron eliminar tres calderas que funcionaban para proveer de agua caliente sanitaria y calefacción central. "Se consumían 600 m3 de leña por año y ahora, nada", explica.
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