El taller de fuentes de los Montes
<P>En una parcela de La Pintana, alejada del ruido citadino, trabaja la familia Montes en la restauración de esculturas y obras ornamentales. Allí, están "devolviendo a la vida" la Fuente de Tritones de Tomé, que quedó en ruinas por el terremoto de 2010. Y allí también reparan, por partes, la Fuente Alemana. </P>
PIEZA a pieza. Capa por capa. Detalle a detalle. La restauración de la Fuente de Tritones de Tomé ha sido un proceso pausado y minucioso, que se cocina "a fuego lento", tal como su propia elaboración en los hornos de la fundición francesa Val D'Osne, hace más de 120 años.
Tal vez pocos la conocen, pero esta obra ornamental fue una de las víctimas anónimas del tsunami de 2010 y así llegó al taller de los Montes -padre e hijo llamados Luis-, quienes encabezan la recuperación de la estructura en La Pintana, desde marzo de este año.
Esta "fontana" -como la llaman los tomecinos- es una de las 34 estructuras públicas destruidas por el terremoto que, actualmente, son restauradas por el Consejo de la Cultura y las Artes.
"Con el movimiento del terremoto, la fuente comenzó a oscilar y se destruyó desde la base y otras partes que estaban completamente dañadas. Quedó destruida por completo. En Tomé nos entregaron las piezas y acá las trabajamos parte por parte, primero quitando el óxido, luego reproduciendo las piezas que faltaban y restaurando partes la obra completa", cuenta Luis Montes hijo, quien, con su padre, comanda las labores en una parcela alejada del ruido de la ciudad, rodeada de álamos, como un oasis campestre a pocas cuadras de la Av. Santa Rosa.
La escultura, que se ubicaba en la Plaza Arturo Prat, es uno de los símbolos históricos de Tomé. Según explica el alcalde de esa comuna, Eduardo Aguilera, la "fontana" da cuenta de la época de esplendor y bonanza que vivía la localidad a fines del siglo XIX.
"Esta fuente data de cuando Tomé era un puerto mercante, antes de Talcahuano. Por aquí se embarcaban el trigo, el vino, la madera. En esta zona hubo consulados, diarios, bancos, y el privilegio de tener una fuente es parte de ese auge, que nos quedó heredado hasta hoy. Por eso, no podría entenderse Tomé sin su fuente, porque es parte de nuestra identidad", señala el edil.
"En la madrugada del 27 de febrero, cuando vimos los efectos del terremoto y el tsunami, nos dio mucha pena verla destruida en el suelo y ahí decidimos que era prioritario devolverla a los tomecinos", explica.
Conscientes del peso histórico del monumento, la familia Montes inició un proceso detallado, primero con un estudio histórico de la pieza -de tres metros y medio de altura- y que continuó con un trabajo manual de sus componentes por separado.
"Cuando quitamos la pintura y la pátina con un trabajo de hidroarenado -agua con arena lanzadas a presión- pudimos ver que había soldaduras y reparaciones anteriores que habían dañado más las piezas originales, así que tuvimos que trabajarla por partes", señala Luis Montes padre.
El trabajo le fue encomendado al taller Montes Becker por el municipio de Tomé, debido a la amplia trayectoria de los restauradores. Ambos han trabajado por más de 20 años en La Pintana en obras de escultores insignes de la historia del arte nacional, como Rebecca Matte y Virgilio Arias. También han intervenido las esculturas del edificio del ex Congreso Nacional y trabajan con piezas de la Fuente Alemana del Parque Forestal, otras dos más de Talca, el Monumento a Montt Varas de la Plaza de Tribunales y entre 20 y 30 trabajos particulares que mensualmente pasan por sus manos expertas y del grupo de 10 personas que trabaja con ellos.
Según cuentan, esa experiencia los ha llevado a ser los únicos restauradores que combinan la industria de la recuperación y el arte de la reproducción en un solo recinto. Por esta experiencia, el taller se adjudicó un proyecto por cerca de $ 32 millones del Consejo de la Cultura.
"Muy pronto los vecinos de Tomé podrán volver a tener en pie la Fontana de Tritones, una pieza de gran valor histórico, que ha sobrevivido y acompañado a tantas de sus generaciones y que es un verdadero ícono urbano de la identidad de los tomecinos. La segunda versión de este programa financiará, a partir de 2012, proyectos de importancia patrimonial, no sólo aquellas más duramente afectados por el último terremoto, sino que se ampliará a todas nuestras regiones", afirma el ministro de Cultura, Luciano Cruz-Coke.
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