El tardío despertar de Chris Horner tiene su premio

El próximo 23 de octubre Christopher Horner cumplirá 42 años. "Me siento como un jovencito, tengo la ilusión de un niño", decía hace un par de días el ciclista estadounidense, que llegaba a la última etapa de la Vuelta a España como el virtual ganador.

Y fue esa misma ilusión la que hizo que los pronósticos se cumplieran en el arribo a Madrid. El norteamericano se impuso en la tradicional prueba, por delante del italiano Vicenzo Nibali (Astana) y del hispano Alejandro Valverde (Movistar), convirtiéndose en el primer ciclista de su país en quedarse con el triunfo.

El "Abuelo", como le dicen en el circuito, también se proclamó como el más viejo en conseguir la victoria en esta competencia, superando lo que hizo el suizo Tony Rominger a los 33 años, en 1994; y las coronas de Fiorenzo Magni en el Giro de Italia, con 34 años (1995); y del belga Firmin Lambot, en el Tour de Francia, con 36 años (1922), los otros clásicos del ciclismo mundial.

"Me he enfrentado a grandes rivales y más jóvenes. Para mí es un momento histórico, que quizás no vuelva a repetirse", declaró el flamante ganador.

Una historia peculiar

Horner, nació en una base militar en Okinawa, Japón, y es padre de tres niños. Se hizo profesional a los 24 años.

Según los técnicos de su equipo, el RadioShak, Horner tiene una filosofía de vida muy abierta y es reconocido por su afición a las hamburguesas y pizzas, alimentos a los cuales no son muy asiduos los deportistas.

Claro que no todo ha sido fácil para el de San Diego, pues compitiendo en el Tour de Francia en 2011 sufrió una caída, lo que derivó en una conmoción cerebral y costillas rotas. Días después le detectaron un coágulo en el pulmón. "Puede morir", fue el diagnóstico de los médicos. No obstante, Horner se repuso y ahora bromea: "Quiero durar hasta los 50".

De momento no tiene equipo definido para el próximo año, sin embargo, ya pronostica su vigésima temporada como profesional.