El temor por la deuda de los países ricos estimula el boom del oro
<P>La demanda del metal precioso está alimentada por su naturaleza de depósito de valor cuando el papel moneda se devalúa y ha provocado un alza del precio de 50% en los últimos 12 meses, a más de US$ 1.100 la onza. En el mercado se prevé que a mediano plazo la cotización podría subir hasta los máximos alcanzados en 1980, sobre US$ 2.000 la onza.</P>
La compañía canadiense Barrick Gold decidió el miércoles, por primera vez en varios años, eliminar todas sus protecciones contra una baja del precio del oro; nada menos que la minera de oro más grande del mundo piensa que el precio del metal precioso, al menos por ahora, no puede bajar.
Para los inversionistas con caja en todo el planeta, eso es música en sus oídos. Los personajes del mercado más admirados y que más dinero han ganado en este período están previendo que la cotización del oro podría incluso volver a los niveles que observó durante el boom de los años 70 -unos US$ 2.400 por onza, que serían el equivalente, ajustado por inflación, al valor peak, registrado en 1980-.
El precio del oro ha subido un 51% en los últimos 12 meses, al pasar de US$ 770 la onza, a US$ 1.161,8 al cierre del viernes.
Debilidad del dólar
Mientras las minas de diamantes de Botswana han cerrado y el mercado del lujo se ha achicado, producto de la crisis financiera y la recesión en la mayor parte del globo, el precio del oro no ha estado estimulado por las mismas fuerzas que el resto de los commodities metálicos -como cobre y plata-, que también anotan sendas alzas.
Buena parte de la apreciación del cobre responde a la demanda real desde China. Pero en el caso del oro, es su naturaleza de depósito de valor lo que ha atraído a los inversionistas.
Los países ricos en general, pero especialmente EEUU, han acumulado grandes déficit y deuda fiscal en los dos últimos años, a fin de paliar el impacto de la crisis. En el caso de EEUU, el rojo presupuestario cerraría este año en cerca de 10%, mientras que el Fondo Monetario Internacional (FMI) calcula que la deuda pública llegará el año próximo a un 94% del PIB.
El mercado teme por lo sustentable que pueda ser esa contabilidad, forzando así a una depreciación del medio tradicional de depósito de valor, el dólar americano. En lo que va del año, su valor ha retrocedido 14% contra un set de divisas relevantes.
El oro se está usando como una cobertura contra la caída del dólar. Sucede que los países endeudados podrían tentarse a monetizar sus déficit, destruyendo aún más el valor del papel moneda, dice Paul Tudor Jones, fundador de The Tudor Group, un conjunto de hedge funds en Connecticut. PTJ, como se le conoce, es famoso por haber predicho el crash bursátil de 1987 -y haber hecho una fortuna, consecuentemente-.
"El oro es la estrella en este momento. La confianza de los inversionistas en el producto sigue positiva, mientras que el flujo de metal a las bolsas de producto sigue incrementándose", dice Suki Cooper, analista de commodities de Barclays, en Londres.
Así, Barrick está acelerando sus planes de cerrar sus contratos de hedge, o cobertura. Estos los usa para protegerse de una reducción del precio, a través de la venta hoy de producciones futuras a un precio fijo. Esta modalidad le impidió a la firma beneficiarse tempranamente del alza del oro. Los hedges de Barrick ascienden a tres millones de onzas de oro, o un 38% de lo que produce en un año.
Los nuevos Warren Buffett
Mientras cientos de instituciones financieras en todo el mundo han quebrado a raíz de la crisis, los hedge funds del gestor John Paulson ganaron US$ 20.000 millones entre 2007 y 2009, convirtiéndose en la nueva leyenda de Wall Street. Cada acción suya recibe ahora amplio despliegue en la prensa especializada.
Así, desde hace unas semanas es bullada su iniciativa de formar un nuevo fondo destinado a invertir exclusivamente en oro. Mientras actualmente el 10% de los US$ 30.000 millones que Paulson administra están invertidos en oro, el nuevo gurú de Wall Street ha dicho que depositará unos US$ 250 millones de su propio bolsillo en el nuevo fondo, que empezaría a operar el 1 de enero.
Tudor Jones está también explicando a sus clientes que el oro "está subvaluado", en al menos 20%, y que su trayectoria se anticipa alcista por dos años.
"Nunca he sido un loco por el oro. Es sólo un activo que, como todo en la vida, tiene su tiempo y lugar. Y ahora es el tiempo", escribió.
El legendario trader de los 80 cree que si bien el metal hoy está lejos de su récord de 1980, sí estima que a mediano plazo el peak en este ciclo se ubicaría entre US$ 1.600 y US$ 2.400 la onza.
Dados los temores por la monetización de déficit soberanos en los países ricos, "la probabilidad de que la demanda financiera por oro sea mayor a la oferta en los próximos años es muy fuerte. Como resultado, la nueva demanda incremental deberá comprar oro a sus tenedores actuales. Dado el ambiente macro, dudo que esta transferencia se haga a los precios actuales", explica Tudor Jones en su misiva.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.