El último viaje de Themo




Señor director:

Themo Lobos no sólo era un eximio ilustrador, sino que era un grafista, un cronista que recreaba con arte prodigioso  la más pura identidad de nuestro país a través del cómic. Sus  aventuras estaban llenas de personajes perfectamente construidos sobre el papel, pero mágicos y esencialmente humanos.

Todos queríamos ser Mampato, tener un amigo incondicional como Ogú y una novia tan inteligente y hermosa como Rena. Así eran  nuestros amigos, que semanalmente nos paseaban por las más entretenidas historias. En una época donde no había internet y la televisión se limitaba a tres señales en blanco y negro, se agradecía contar con una revista tan completa y educativa como Mampato, con su inconfundible portada circular,  tipo ojo de pez, que nos invitaba a mirar el mundo lejano, aislado e inalcanzable de principios de los años 70.

Ahí estaban los magníficos dibujos de Themo, de líneas simples pero cargadas de expresión, contándonos la historia de Chile, viajando a la prehistoria y al futuro, mostrándonos lugares y situaciones que su talentosa destreza plástica, en justa comunión con un guión diseñado para cautivar la atención de los niños, nos hacían soñar. Era una época especial, perturbada por los acontecimientos sociales, donde Temístocles Lobos, su verdadero nombre, tuvo la sutileza de plasmar una que otra crítica a los actores políticos del momento, utilizando sus caricaturas.

Memorable es la historia del árbol gigante, contenedor de una fortaleza inexpugnable, gobernada por un tirano y su insoportable hijo, quienes mantenían esclavizados  y bajo el régimen del terror al resto de los mutantes que vivían en un mundo futuro y  posnuclear.

Mampato le ha prestado su cinto espacio temporal a su padre, para que realice su último gran viaje, dejándonos un gran vacío en tiempos donde los creativos no sobran.

Pablo Laplace
Departamento de Radio y TV
Campus Creativo 
Universidad Andrés Bello

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