El Universo le da la razón a Albert Einstein
<P>Un grupo de investigadores confirmó ayer la existencia de las ondas descritas hace 100 años en la Teoría de la Relatividad. Su detección permitirá estudiar el Cosmos desde otra dimensión y no sólo a través de la luz que emiten las estrellas.</P>
La expectación fue tal que la web de la revista científica Physical Review Letters, en la que ayer se publicó el artículo sobre la detección de las ondas gravitacionales, colapsó por la cantidad de visitas.
Todos querían ver los resultados de LIGO (Observatorio de interferometría láser de ondas gravitacionales, en inglés), un instrumento estadounidense que comprobó la existencia de las pequeñas ondas que viajan a la velocidad de la luz a través del Universo tras el movimiento de un objeto en el espacio-tiempo. Al ser tan débiles, sólo era posible detectarlas a partir de un evento astrofísico masivo, como la colisión de dos agujeros negros o dos estrellas de neutrones.
Así lo predijo Albert Einstein hace 100 años en su Teoría de la Relatividad General y, ayer, el grupo de científicos de LIGO lo anunció. Los interferómetros ubicados en Washington y Louisiana (ver página 4) detectaron las ondas provocadas por la colisión de dos agujeros negros, de 36 y 29 masas solares, que dio lugar a un nuevo agujero de 62 masas solares. Según explicó Gabriela González, investigadora la U. de Louisiana y vocera de LIGO, las restantes tres masas solares fueron emitidas en ondas gravitacionales que llegaron a la Tierra y el 14 de septiembre de 2015, a las 9:50:45 de la mañana (6:50:45 en Chile) fueron detectadas por los interferómetros. Se trataba de una colisión ocurrida hace 1.300 millones de años, cuando la vida celular en la Tierra recién comenzaba a aparecer.
La Relatividad General enunciada por Einstein en 1915 afirma que el espacio y tiempo se deforman por la presencia de materia y energía, explica el físico teórico Jorge Zanelli, del Centro de Estudios Científicos (CECs), de Valdivia. "Los cuerpos celestes, como la Tierra o el Sol, curvan el espacio y alteran el paso del tiempo en su vecindad, y la deformación es mayor mientras más pesados sean esos cuerpos", agrega.
Por su presencia, el espacio-tiempo se curva, estira o contrae como un medio elástico sometido a esfuerzos, y si el objeto en cuestión se mueve, pierde energía y genera ondas gravitacionales. Eso nunca se había detectado, aunque en 1974 lo habían hecho de forma indirecta, con un radiolescopio que captó a dos estrellas de neutrones que giraban una alrededor de la otra.
La actual detección plantea una nueva era en la astrofísica. "Es monumental, como Galileo usando el telescopio por primera vez", dijo González durante el anuncio.
LIGO no sólo detectó las ondas, sino que eso permitió observar por primera vez un agujero negro.
"Hasta ahora nuestra forma de comprender el Universo era en base a lo que podíamos ver, a la luz de las estrellas o galaxias, por eso usamos telescopios capaces de captar esa luz. Con esto contamos con un medio distinto que no detecta luz, sino ondas y abre una ventana a un mundo totalmente nuevo para observar el Universo", dice el físico Gonzalo Palma, de la U. de Chile.
De esta forma se podrán apreciar fenómenos que no se ven con señales de luz, como la colisión de agujeros negros. "En ciencia cada vez que surge un medio nuevo para interactuar con la naturaleza empezamos a observar cosas que no esperábamos. Ahí empieza la nueva aventura. Vamos a descubrir cosas que no imaginamos", enfatiza.








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