El verdadero gánster de Quilicura
<P>Hace un año, un grupo de asaltantes se llevó el botín más grande de la historia criminal del país desde el aeropuerto de Pudahuel. Aunque se ha encontrado apenas el 10% de los $ 6.000 millones, seis imputados irán a juicio oral en las próximas semanas, entre ellos Alexis Niñoles, sindicado como uno de los líderes de la banda. La autodenominada "Leyenda" construyó una pequeña fortuna a partir de un estilo que finalmente le costó la traición de sus ex compañeros. </P>
Alexis Niñoles (31) ha estado pensando en Les Lyonnais. En esta película francesa de 2011, basada en hechos reales y lanzada en español como Historia de Pandillas, el protagonista Edmond Vidal, alias "Momon", nace en un campamento gitano y se cría en la pobreza. Junto a su amigo Serge Suttel, se involucran en el hampa de Lyon hasta alcanzar la cima. Como la mayoría de las leyendas criminales, la historia incluye un arresto, un juicio y una temporada en la cárcel. A su salida, "Momon" trata de llevar una vida ordinaria, pero Suttel vuelve para arrastrarlo de regreso.
En su perfil de Facebook, donde muestra gustos tan heterogéneos como el videojuego Grand Theft Auto IV y La Biblia, Niñoles escribió una reflexión sobre el filme: "Una historia real y verídica que enseña el ejemplo de la lealtad y ser víctima de la traición, o sea, que nada te sorprenda, ese es el ejemplo: los verdaderos gánsteres estamos en una real extinción".
Desde su módulo de máxima seguridad en el penal de Santiago Uno, Niñoles revela que ve algo de sí mismo en "Momon" y en su historia. También cree que su vida podría ser una película o, al menos, un libro. Pero la autodenominada "Verdadera Leyenda de Quilicura" ve una diferencia con su alter ego de la pantalla grande, pues todavía tiene fe en que será absuelto cuando su caso llegue a juicio oral en las próximas semanas. Según una persona que ha estado en contacto con él, lo resume en una frase: "Si en contra mía tienen una carta bajo la manga, yo tengo el naipe completo".
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Cumpliendo con el horario, Carlos Cerda llegó a su trabajo a las 2.30 am ese 12 de agosto de 2014. Se puso su uniforme azul de vigilante privado, un gorro negro y una parka con líneas reflectantes antes de juntarse con sus dos compañeros, José Luis Moya y Gabriel Marchant, para iniciar la primera labor del día: llenar un camión con dinero. La tarea se extendió durante más de una hora, un proceso lento por el peso de los billetes y la clasificación de los sacos de acuerdo a las cuatro ciudades de destino. Poco antes de las 4.00, el blindado CB-305 salió de la sede de Brinks -en Independencia- hacia el aeropuerto, siempre escoltado por otra camioneta con dos guardias.
Algunos minutos después, el vehículo llegó hasta el puesto de control de acceso número 1 de Pudahuel. El ingreso quedó registrado a las 4.10 por el funcionario Hugo Orrego, quien se quedó con todas las armas y municiones en custodia, tal como obliga la normativa DGAC. El camión enfiló entonces hasta el sector de Lan Cargo para pesar las bolsas. Junto a trabajadores de la empresa Andes, encargada de trasladar el equipaje en la losa del aeropuerto, separaron las remesas y apartaron 300 kilos de billetes en dos pallets, para que fueran enviados a Copiapó en el vuelo 114 de Lan. Ninguno de los operarios presentes sabía todavía que eran $ 6.000 millones.
El cargamento fue enganchado a un carro motorizado y llevado al puerto de embarque 28, lugar desde donde despegaría el avión. Cerda y sus compañeros escoltaron el dinero a bordo de su vehículo, desconociendo un protocolo aeronáutico -el DAP 1703- que les exige a las empresas de transporte de valores "asegurar un control efectivo del cargamento desde la bodega hasta la aeronave". Faltaba todavía más de una hora para que el avión se estacionara en el puente cuando los operarios llegaron con el dinero. Moya y Marchant se devolvieron para despachar el resto de los valores a los tres vuelos restantes, mientras que Cerda se quedó para custodiar. El guardia de Brinks estaba acompañado de José Manuel Manríquez, coordinador de operaciones terrestres de Lan, y el guardia de seguridad del aeropuerto José Antonio Torres, mientras que, a un costado del carro, conversaban dos funcionarios de Andes, Patricio Martínez y Patricio Márquez.
Exactamente a las 6.18, el grupo vio cómo una camioneta Peugeot Boxer blanca se acercaba a toda velocidad desde el puente 27. Una arriesgada maniobra en "U" dejó el vehículo estacionado a un costado del cargamento. Martínez y Márquez se salvaron por poco de ser atropellados. "Este desgraciado casi me aplasta, así que enojado me dirijo a la cabina del conductor, me acerco a su puerta con la intención de pegarle un combo. Lo vi clarito, teníamos buena iluminación (…). No me pareció correcto pegarle, porque vi que usaba lentes ópticos", contó después Martínez, quien se percató de que los demás seis ocupantes de la camioneta usaban pasamontañas. Estos bajaron rápidamente; tres de ellos llevaban armas largas de mira láser en las manos.
-Este hueón me vio la cara- dijo el conductor.
-Ponle un balazo- exclamó uno de los encapuchados.
-No, hueón. Vamos por la plata- ordenó otro.
Mientras eran forzados a tirarse al suelo, Martínez y Márquez pensaron que se trataba de un simulacro, pero con el paso de los segundos se dieron cuenta de que era un asalto real, cuando otros dos encapuchados comenzaron a cargar las 19 o 20 bolsas blancas dentro del furgón. Unos metros más lejos, Cerda, Manríquez y Torres también eran intimidados por las metralletas junto con otro blindado de Prosegur que se acercaba. Como nunca, Cerda sintió el vacío en la cartuchera amarrada a la pierna derecha.
En poco más de un minuto y medio, todo había acabado. Las cámaras de seguridad registraron cómo la Boxer se perdía por los puentes 26 y 25 a las 6.24. La cinematográfica huida incluyó la intrusión en la pista 17, donde venía aterrizando desde Bogotá el vuelo Avianca 098. Así quedó consignado en la grabación del radar terrestre:
-6.23'30'': Por Charlie hacia Alfa se aprecia traza de vehículo no identificado que se desplaza a gran velocidad.
-6.23'43'': Traza se pierde cuando el vehículo ingresa en la bahía entre Charlie y Bravo.
-6.24'03'': Traza de vehículo no identificado reaparece saliendo de la bahía y cruza al este.
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La infancia de Alexis Niñoles Rivas en el sector norte de Santiago estuvo marcada por la temprana muerte de Antonio Niñoles Moreno, su padre, soldador metalúrgico y comerciante ambulante. El 24 de agosto de 1996, a las 8.30 am, su cuerpo fue encontrado en una vereda de Renca. Tenía 38 años. Después de casi dos décadas, el certificado de defunción todavía indica que la causa de muerte es "indeterminada en estudio", pero dentro de la familia hay diferentes teorías. "Estaba botado en la calle. En el papel médico decía que se asfixió con una miga de pan, porque venía curado, pero alcohólico no era", comentó Cristián Niñoles, hermano mayor de Alexis, en un examen psicológico que le practicó el Servicio Médico Legal en junio de este año.
De acuerdo a otro cercano a la familia, los restos de Antonio Niñoles evidenciaban una golpiza que, piensan, podría haber estado conectada con la mala relación que éste tenía con los carabineros de su sector por ser vendedor callejero. Aunque la justicia nunca encontró pruebas para respaldar esta tesis, la suposición condicionó un prematuro rechazo a la policía.
Con apenas 12 años, y siendo el menor de cuatro hermanos, Alexis Niñoles fue el más afectado con el deceso. Su madre, Nelly Rivas, trabajaba como asesora del hogar y tuvo que redoblar esfuerzos para mantener a la familia a flote. Durante esos años, ella se aferró a una ferviente devoción cristiana que inevitablemente terminó traspasando a sus hijos.
En 1998, Niñoles abandonó sus estudios cuando cursaba primero medio, tal como había hecho su hermano Cristián unos años antes, cuando cursaba sexto básico. Por influencia de su papá, se interesó en hacer negocios, a través de la compraventa de diferentes artículos. El roce callejero lo fue acercando progresivamente al mundo del hampa. Su primera detención fue por un robo frustrado en Quilicura durante el año 2002, cuando tenía 18 años, pero no fue sino hasta unos años después cuando recibió su primera condena.
El 6 de octubre de 2004, un equipo de carabineros allanó su casa en La Granja y encontró todo tipo de especies, como neumáticos, raquetas de tenis, relojes, chequeras, lentes de sol y dos pistolas Bersa de 9 milímetros. También se halló dinero en efectivo de distintos países, desde $ 3,8 millones de pesos chilenos, hasta guaraníes paraguayos y rupias indias. Finalmente, se descubrieron dos autos y cinco motos con encargo por robo. Niñoles, quien estaba acompañado de su pareja, Marianela Díaz, alegó desconocer el origen de los bienes, haber encontrado abandonado uno de los autos -un Mini Cooper- en la Panamericana Norte y haber comprado las pistolas para su defensa personal en una población de Conchalí. Según consta en la sentencia judicial del 34° Juzgado del Crimen de Santiago, el dinero lo justificó diciendo que era parte de una herencia recibida tras la muerte de su madre. Lo cierto es que Nelly Rivas sigue viva, pero hay familiares que argumentan que en 2004 se recibió una "herencia" correspondiente a las antiguas cotizaciones previsionales de su padre. El tribunal no escuchó ninguna explicación: Niñoles recibió 541 días de presidio menor en su grado medio. A esas alturas, su mamá había comenzado a resentir el camino elegido por el menor de sus hijos.
"Tengo que decir que mi relación con Alexis nunca ha sido muy cercana, principalmente debido a que mi hijo desde pequeño ha tenido problemas con la ley y ha cometido delitos con los que nunca he estado de acuerdo y de los que no me puedo sentir orgullosa", confidenció Nelly Rivas a Carabineros en febrero de este año.
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A minutos del espectacular escape de los ladrones, la prensa ya había desempolvado del archivo el títular de "robo del siglo". No dejaba de ser cierto: el botín de $ 6.000 millones es el más valioso de la historia criminal chilena y su paradero sigue siendo un misterio, pues sólo se ha identificado el destino de cerca de $ 600 millones, un 10% del total. El golpe fue tan fuerte, que dolió hasta en La Moneda. Al día siguiente, el general director de Carabineros, Gustavo González Jure, se reunió con el subsecretario de Interior, Mahmud Aleuy. En la cita se decidió armar un equipo multidisciplinario de investigación e instruir un sumario en la DGAC que les costaría el puesto a dos altas autoridades y sanciones administrativas leves a otras tres.
Con el delito dentro de la jurisdicción de la Fiscalía Metropolitana Occidente, las pesquisas recayeron en Emiliano Arias, fiscal jefe de Pudahuel, y Eduardo Baeza, quien ya había investigado el robo en el aeropuerto de 2006. Ambos comenzaron a trabajar con el OS-9 de Carabineros en las horas posteriores al robo. A poco andar determinaron que el Peugeot Boxer ingresó por el sector sur del aeropuerto, donde están ubicadas las bodegas de transferencia de animales del SAG, a las 6.13 am. El furgón superó dos rejas, descerrajando sus candados, y realizó dos cambios de luces para alertar a un segundo vehículo, un Hyundai Elantra encargado de abrir la vía de escape por las dependencias del MOP-DAP que dan hacia el Camino a Lampa. Según un peritaje de Carabineros realizado en junio pasado, las señales luminosas emitidas desde el SAG son visibles en el MOP-DAP a esa hora.
Posteriormente, el furgón fue abandonado en Camino a Lampa con Lo Echevers y sus tripulantes habrían abordado distintos automóviles, como una Mitsubishi Montero blanca que atravesó un sitio eriazo perteneciente a la empresa Sun Oil hasta llegar al asentamiento Colo Colo, un camino que conecta con Quilicura. La elección de rutas desconocidas llevó a los investigadores a deducir que los asaltantes eran de la zona norte. También entendieron que debían enfocarse en los antecedentes de los dos ve-hículos usados en la huida y otros dos que lanzaron "miguelitos" y aceite en los alrededores para facilitar el escape.
"Era evidente que se necesitaba mucha gente para este delito y acceso a muchos vehículos, pero con un grado de sofisticación mayor, porque no sólo eran autos robados, sino clonados con todos sus documentos. Ahí es donde aparece la Toyota Hiace asociada a la mamá de Alexis Niñoles y vemos su currículum: es un experto en camuflar vehículos", comenta el fiscal Arias.
Las cámaras de la empresa Ceresita habían grabado a la Toyota Hiace patente DDPC87 de Nelly Rivas lanzando "miguelitos" a las 6.27 en la intersección de Lo Echevers con Las Garzas, una vía adyacente a la ruta de escape de la Boxer. Posteriores indagaciones develaron que la camioneta había pasado por cuatro pórticos de la autopista Vespucio Norte aledaños al aeropuerto antes y después de la hora del robo, y que si bien el vehículo estaba inscrito a nombre de su madre, había sido comprado por Niñoles en la casa de remates Hernández & Hernández. Este procedimiento había sido aplicado con al menos tres automóviles en el pasado. "Alexis me ha pedido como favor poner vehículos a mi nombre, creo que lo hacía para que no se los incautaran", contó su madre.
La indagatoria se iba acotando. En paralelo, los uniformados habían descubierto que el Peugeot Boxer utilizado en el ingreso a la losa de Pudahuel era propiedad de Marcelo Moya, quien había denunciado su robo el 21 de julio en Lampa. Algunas contradicciones entre las versiones de Moya y otros testigos del robo sembraron sospechas en carabineros. Un peritaje a las cámaras de seguridad mostró que los ladrones habían huido con el furgón a la absurda velocidad de 36 kilómetros por hora. Posteriormente, Moya reconocería haberse coludido con su amigo Francisco Morales -conocido como el "guatón Ariel"- a cambio de una tajada del botín. El OS-9 reparó en que Morales había sido compañero de escuela de Niñoles en Quilicura.
"El 13 de agosto, un día después del robo, Ariel me visitó junto a su señora, Jenny, apuntó al televisor y dijo: 'En eso ocupé la Boxer'. Yo miré la tele y estaban pasando la noticia del aeropuerto. Me contó que era mucha plata y una repartija entre hartos. Dos semanas después volvió solo, me pasó una bolsa y dijo que era por gratitud. Eran unos cinco millones. Le devolví una parte y me quedé con dos", declaró Moya el 2 de abril de este año. Once días después, se acogió a un juicio abreviado y fue condenado a tres años y un día de libertad vigilada.
Hasta el momento, Moya es el único que ha cooperado con la fiscalía. En el proceso investigativo, los persecutores tuvieron que alimentarse de informantes anónimos levantados por el OS-9, como un reo de la cárcel de Acha en Arica, de iniciales A.H.S., quien buscaba una rebaja en su condena por tráfico de drogas. En su testimonio, A.H.S. incluyó a Niñoles en el grupo que concretó el "robo del siglo", aseguró que la operación se venía planeando hace más de un año y que, originalmente, fueron dos ex socios de Niñoles, Juan Esteban Velásquez y Camilo Villalobos, quienes lo invitaron a participar, pero finalmente se quedaron fuera del "trabajo". Contactado por el OS-9, Velásquez habría refrendado los dichos de A.H.S. y contó que junto a Villalobos contactaron a Niñoles para asaltar al aeropuerto después de que la banda de "Los Carniceros", quienes habían ideado el plan original, fue desmantelada.
"Este es un caso en el cual si uno mira los elementos por separado, se ven débiles, pero si se mira el conjunto, se llega a la conclusión de que hubo participación de los imputados. La prueba indiciaria está en su máxima expresión", explica el fiscal Baeza.
Todos estos indicios fueron suficientes para Gonzalo Figueroa, magistrado del Primer Juzgado de Garantía de Santiago. El 30 de diciembre del año pasado emitió una orden de detención en contra de Niñoles y su hermano Cristián -quien presuntamente habría sido el encargado de arrojar los "miguelitos" de la Hiace-, junto con Marcelo Moya y Roque Quintanilla, ligado a la Mitsubishi Montero del escape. Niñoles sería cazado por culpa de un ex compañero.
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El prontuario de Niñoles se fue engrosando progresivamente durante los años 2000, lo que significó ir ganando respeto en el mundo del hampa. Según ha comentado a algunas personas, el OS-9 tiene una fijación con él y lo involucró en el robo del aeropuerto por todos los problemas que les ha dado a lo largo de estos años. "Se puede apreciar el aumento de nivel en Niñoles: empieza con hurtos, robos de especies, de vehículos, robos con intimidación y viene a coronar su carrera con el aeropuerto. Es un personaje atípico, muy meticuloso e inteligente, pero que genera anticuerpos entre otros delincuentes por su egocentrismo y por cómo reparte las ganancias", señala el jefe del OS-9, coronel Daniel Tapia.
Entre 2001 y 2010, Niñoles inscribió 11 autos a su nombre y dos motocicletas, su gran pasión. Todo lo hizo aparentemente en regla, pero sin siquiera haber realizado iniciación de actividades en el SII o haber recibido alguna remuneración formal. De hecho, hasta el día de hoy se mantiene en el tramo B de Fonasa, es decir, en el rango de ingresos mensuales bajo los $ 225.000.
Los crímenes imputados al joven de Quilicura aumentarían en gravedad al asociarse con una pandilla del sector sur conocida como "Los Quillayes", integrada, entre otros, por Juan Esteban Velásquez y Camilo Villalobos: acusado de robo con intimidación en 2007 a una Copec de Buin; imputado por receptación y asociación ilícita en 2009 e inculpado por robo en lugar no habitado junto a integrantes de "Los Faranduleros" en Puente Alto durante 2010. En ese período, Niñoles era seguido de cerca por el OS-9 y la Sección de Encargo y Búsqueda de Vehículos (SEBV), pero se las ingeniaba para salir absuelto. Nunca pasó más de un par de meses en la cárcel, ni siquiera en 2008, cuando fue condenado a reclusión nocturna por robar un cajero automático en la Universidad de La Serena. "Es que él no tiene un perfil violento, él es estudioso, no es de los delincuentes tontos", comenta un efectivo que lo ha seguido durante años.
A esas alturas de su carrera, a comienzos de la década de 2010, Niñoles podía generar más de $ 30 millones en un mes, de acuerdo a informes del OS-9. Empezó a invertir en propiedades, nuevos vehículos y a trabajar su cuerpo obsesivamente en el gimnasio. Se daba un estilo de vida con lujos, que también le permitía mantener bien a sus tres hijos, todos de madres diferentes. Un policía que lo siguió cuenta que acostumbraba viajar a Reñaca y cerrar los VIP de las discotecas. Fue allí donde una vez se le vio rasgarse la polera y gritar sobre la tarima: "Soy la verdadera leyenda de Quilicura", el apodo con el cual todavía se presenta.
De acuerdo a las versiones policiales, Niñoles escuchó el proyecto aeropuerto por primera vez en 2013 de boca de sus amigos Velásquez y Villalobos. Pero también habría tenido otro contacto entre "Los Carniceros": su amigo Morales. Como clonador de ve- hículos, éste solía abandonar autos en el aeropuerto y así se habría dado cuenta de la cantidad de camiones de valores que llegaban hasta el lugar y de las débiles medidas de seguridad. Después de meses de vigilar el lugar con binoculares y haber incluso recabado información desde la losa misma del aeropuerto, conocían los flancos a explotar. Pese a que se investigó un posible apoyo desde el interior de la terminal, nunca se hallaron suficientes antecedentes.
Después de, supuestamente, pasar por distintos refugios en el lago Rapel y Los Angeles, donde se presentaba con el nombre de Jorge Chahuán, a modo de burla contra la fiscalía, la "leyenda" sólo evadió su orden de captura por ocho días. El 7 de enero de 2015 fue encontrado en el Mall Plaza Vespucio, desde donde intentó escapar en un BMW registrado a nombre de su mamá. Huyó por Vicuña Mackenna, pero el tráfico entre Ñuble y Avenida Matta permitió que le dieran alcance. En el auto se encontraron $ 60 millones que él dijo haber robado de la discoteca Bar 89. Mientras era esposado se mostró tranquilo y sólo reaccionó cuando le preguntaron por las velocidades que alcanzaba en su moto. Habló de Dios y mostró los santitos que traía en su billetera. "Yo no creo que haya sido de los que usaron pistola dentro del aeropuerto, pero estuvo ahí dentro. Cayó por apuntar muy alto", opina uno de los oficiales presentes en su arresto.
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Aunque desde su entorno creen que se trata de una estrategia policial, la captura de Francisco Morales en abril de este año habría sumado una nueva decepción para Niñoles, pues éste habría declarado extraoficialmente en su contra, molesto por el reparto del botín del aeropuerto. De acuerdo al testimonio del teniente Nicolás Valenzuela, "le preguntamos por Niñoles y dijo que lo conocía hace años, señaló que salvaba solo, que era cagado y lo sabía porque ya habían trabajado juntos". Sería el segundo "amigo" que lo sindica como uno de los líderes de la operación.
La preparación del juicio oral está fijada para el 17 de agosto, justo cinco días después del primer aniversario del robo. El abogado Raúl Castillo, quien reemplazó a Giorgio Marino en la defensa, luego de no haber llegado a acuerdo por los honorarios, está a la espera de la admisibilidad de una recusación para posponer la audiencia y tener más tiempo para analizar los antecedentes.
Del grupo de nueve imputados, Niñoles irá a juicio junto a seis de sus supuestos compañeros: Cristián Niñoles, Roque Quintanilla, Fabián Olguín, Miguel Espinoza, Mario Vásquez -el supuesto chofer- y Francisco Morales. En tanto, Marcelo Moya ya fue condenado y otros dos individuos siguen prófugos en el extranjero: Alfredo Alvarez y Kevin Olguín.
A la espera de presentarse ante la justicia una vez más, donde arriesga 20 años de presidio mayor en su grado máximo por robo con intimidación y receptación de dos motos, Niñoles mata el tiempo leyendo y estudiando su carpeta. También ha leído fragmentos de La Quinta Montaña, de Paulo Coelho, que le dan ánimo cuando se siente abatido. "Hay momentos en que las tribulaciones se presentan en nuestras vidas y no podemos evitarlas. Sólo cuando ya las hemos superado entendemos por qué estaban allí", escribe el brasileño.
Niñoles, el gánster en extinción de Quilicura, le responde: "Yo, como Alexis Niñoles, la verdadera leyenda, lo confirmo: todo principio tiene su fin y el motivo por el cual se presenta tanta adversidad es para ver qué tan grande es la fe y qué clase de luchador eres, sobre todo cuando eres el escogido del rey. Amén".
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