El vino del pueblo se viste de etiqueta
<P>Es la variedad criolla por excelencia, pero ha estado relegada al vino en caja, el pipeño y garrafas de poca monta. Gracias a un proyecto público-privado, la cepa País se convertirá en espumante y se exportará a EE.UU. y Europa. </P>
A cepa que está dando de qué hablar ha estado escondida en los paladares chilenos como un gran secreto durante mucho tiempo: en La Piojera, bajo un refrescante terremoto; en El Hoyo, acompañando un pernil; en garrafas dieciocheras, en vinos tetra y mezclado con algunos Cabernet baratos que quisieron vender más cantidad a menor precio. La País, el tipo de uva que los colonizadores trajeron a Chile en el siglo XVI, "ha sido olvidada, y menospreciada durante mucho tiempo y recientemente redescubierta para elaborar vinos de alta calidad", dice Fernando Almeda, director técnico de la viña Miguel Torres.
Como el vino País de Quenehuao que, como cuenta Ricardo Grellet, mejor sommelier de Chile 2008, "el editor de Wine Spectator dijo sobre él que es el único vino chileno que le interesaría poner en las mesas de Nueva York".
Con todo, el avance ha sido lento para una cepa con historia y que tiene la mayor cantidad de zonas plantadas en el país, luego de la Cabernet Sauvignon.
Sus 15 mil hectáreas, concentradas mayormente en el Maule y Biobío, fueron razón suficiente para que la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), del Ministerio de Agricultura, la Universidad de Talca y la viña Miguel Torres se unieran para crear un espumante que comenzará a ser comercializado entre marzo y abril de este año.
Santa Digna Estelado será el nombre de la bebida que con sus burbujas quiere insertarse en el mercado local e internacional, como Japón, EE.UU. y parte de Europa.
Sommeliers y enólogos concuerdan en que la cepa ha sido difícil de trabajar. "Son vinos de corta duración, que de cinco botellas, dos salen buenas, y el resultado no es el que se estaba buscando", afirma Grellet.
Loreto Burgos, ejecutiva de FIA, cuenta que al principio hubo problemas por el tema de la decantación de los vinos. La cepa desarrolla una gran pigmentación y, por lo mismo, había que aclarar los líquidos resultantes. Sin embargo, en este proceso "se producía un inconveniente con la formación de las burbujas en la segunda fermentación", afirma Burgos.
Pero luego de tres años de estudios y pruebas, lograron solucionar los impedimentos y crearon un brebaje que permitió a ocho viñateros que participaron en el proyecto vender su uva a un precio 200% superior al que obtuvieron en la temporada 2008-2009.
Según cuenta Burgos, la idea de hacer esta bebida fue "una apuesta de realizar un producto de mejor calidad y arrastrar la cadena de valor hasta llegar a buen precio".
La cepa está en manos de agricultores que no tienen más posibilidades que vender una garrafa de pipeño a mil pesos. Con esto, "los productores podrán obtener mayores y mejores beneficios, en la medida en que el consumidor esté dispuesto a pagar por un producto de calidad", afirma Almeda. De hecho, el espumante tendrá certificación Fair Trade, que asegura estándares de sustentabilidad laboral y medioambiental.
Agustín Eulufi, productor de Cauquenes, dice que lo único que sabe es "trabajar en el campo. Por eso, que el proyecto es positivo, porque es otro destino que se le puede dar a la uva. Ahora pienso en plantar más y trabajarlas bien, porque las viñas crecen cuando uno le pone tinca", dice en buen chileno.
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