Encíclica del Papa sobre ecología desata críticas de sectores conservadores

<P>Grupos escépticos del cambio climático en EE.UU. anunciaron una campaña contra el texto. Entre los detractores se cuenta Jeb Bush.</P>




Después de la polémica generada por la divulgación anticipada de un borrador, el Vaticano finalmente presentó ayer en forma oficial la esperada encíclica del Papa Francisco sobre el medio ambiente, que lleva por título Laudato si, (Alabado seas) sobre el cuidado de la casa común. La primera que escribe en solitario y en donde reclama una "revolución cultural valiente" para salvar el planeta.

"La humanidad está llamada a tomar conciencia de la necesidad de realizar cambios de estilo de vida, de producción y de consumo", escribió el Papa, quien advierte contra el comportamiento "suicida" de un sistema económico mundial que ha convertido el planeta en un "depósito de porquería".

Diversas organizaciones ecologistas celebraron el llamado sin precedentes del Papa a actuar de forma urgente contra el calentamiento global, a menos de seis meses de la Cumbre del Clima de París, que busca cerrar un acuerdo mundial que sustituya al Protocolo de Kioto. Así, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) señaló que la encíclica supone una "llamada a la acción" para "todos, en todas partes", mientras que Greenpeace calificó de "valiosa" la "intervención" del Pontífice.

En su calidad de secretario general de la ONU, Ban Ki-moon afirmó que la primera encíclica del Papa "enfatiza que el cambio climático es uno de los mayores retos que afronta la humanidad y que es un asunto moral que requiere de un diálogo respetuoso con todas las partes de la sociedad".

Como anfitrión de la Cumbre del Clima de diciembre próximo, el Presidente francés François Hollande dijo que espera que la "voz particular" del Papa sea "escuchada en todos los continentes, más allá del ámbito de los creyentes".

"Admiro profundamente la decisión del Papa de llamar a la acción sobre el cambio climático de manera clara, fuerte, y con toda la autoridad moral que su posición le confiere", subrayó, por su parte, el Presidente norteamericano Barack Obama.

También en EE.UU. el presidente de la Conferencia Episcopal, el arzobispo Joseph Kurtz, reconoció que el llamado del Papa a un "genuino y verdadero diálogo" sobre el medio ambiente "va a requerir sacrificios para confrontar lo que podemos calificar de desacuerdos de buena fe". En ese sentido, Kurtz dio a conocer que con ese propósito la Iglesia Católica estadounidense iniciará de inmediato este diálogo no sólo entre su feligresía, sino también entre los actores políticos. Como parte de este último acercamiento, los obispos se preveían entrevistarse ayer mismo con miembros del Congreso y harán lo propio hoy con funcionarios de la Casa Blanca.

Quien también anunció una campaña, pero en contra de la encíclica, fue el Instituto Heartland, un grupo conservador escéptico del cambio climático. "El Papa está poniendo su autoridad moral detrás de la radical agenda ambiental de la ONU y lo está haciendo después de que dijera sólo una parte de la historia del clima", dijo Jim Lakely, portavoz del instituto. Heartland contactará a "cientos de miles de católicos" en EE.UU. para contrarrestar el mensaje del Papa y "mostrarles la verdad sobre el cambio climático", agregó Lakely.

Pese a haberse convertido al catolicismo hace 25 años, el ex gobernador de Florida y posible candidato a la presidencia de EE.UU. por el partido Republicano, Jeb Bush, también se alineó con la denominada corriente negacionista del cambio climático. "No dejaré que mis obispos, mis cardenales o mi Papa me dicten la política económica", dijo, en clara referencia a las implicancias económicas que pueden tener medidas contra el cambio climático, como la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.

En Polonia, uno de los países europeos donde el catolicismo tiene más peso, pero que cuenta con el carbón como principal fuente energética para producir electricidad, sectores conservadores cuestionaron ayer la encíclica "ecologista" del Papa Francisco. "No podemos dejar de extraer carbón, cerrar nuestras minas o las plantas de electricidad que usan este mineral", dijo el diputado Andrzej Jaworski, cuyo partido -el nacionalista-conservador Ley y Justicia- se considera adalid de los valores católicos en Polonia.

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