Enrique Krauss: "De haber sido alertados, hubiésemos tomado las medidas"

Desaparecido de la primera línea política y actualmente ejerciendo su profesión de abogado en el estudio de Darío Calderón, Enrique Krauss Rusque es enfático en señalar que durante el gobierno de Patricio Aylwin, ellos no tuvieron antecedentes que hicieran sospechar de que se llevaría a cabo el asesinato de Jaime Guzmán, senador de la Unión Demócrata Independiente (UDI), hecho ocurrido el 1 de abril de 1991.

A sus 81 años, el ministro del Interior de ese entonces comenta que no participó en reuniones con inteligencia policial donde se advirtiera de alguna amenaza para atentar contra la vida del parlamentario.

¿Llegó a sus manos el memorándum donde advertían que Guzmán era un posible blanco del FPMR?

Doy testimonio de mi conducta personal. Yo no recibí jamás ni de la Policía de Investigaciones ni de Carabineros un memorándum u otro documento.

¿Participó de algún encuentro, días antes del crimen del parlamentario, donde se informara que existía ese riesgo?

El hecho es absolutamente falso, desde el punto de vista de que se hayan entregado formal o informalmente antecedentes de ese tipo. Yo estuve fuera de Chile dos semanas y llegué del extranjero un Sábado Santo. Recuerdo que el atentado contra Jaime Guzmán fue el lunes siguiente. Eso comprende más o menos 15 días desde que salí.

¿No fueron alertados?

De haber sido alertados, hubiésemos tomado las medidas que correspondían. En otras oportunidades donde recibimos información, no recuerdo si fue de Carabineros, Investigaciones o de otra fuente, hicimos algo...

¿Recuerda a quiénes protegieron?

Tomamos medidas con Mónica Madariaga, el ministro secretario de la Presidencia Francisco Javier Cuadra. Incluso, con el actual ministro del Interior, en ese entonces diputado, Andrés Chadwick. Esa materia la manejó Belisario (Velasco), también a raíz de que recibimos alguna información.

¿Cuáles fueron las medidas que tomaron?

Lo primero fue informarles, es la medida natural para prevenir a una persona y para que adopte las determinaciones que correspondan en el ámbito personal. Adicionalmente, se les ofrecía la posibilidad de contar con vigilancia y protección policial. Se les daba si estaban de acuerdo. Esos tres casos los recuerdo y era la línea que correspondía adoptar.

¿El asesinato del parlamentario cambió la estrategia para combatir este tipo de delitos?

El asesinato de Guzmán fue un golpe muy grande para todos. Tuvimos muchas críticas, pero tuvimos que crear organismos de seguridad para el análisis de información y de inteligencia para prevenir delitos violentistas. Muchos la denominaron despectivamente "La Oficina", pero fue el germen de la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI). Tuvimos resultados satisfactorios y, al final del gobierno de Patricio Aylwin, uno de los méritos fue controlar el terrorismo.