entre suecos y suizos
La expresión “hacerse el sueco” significa hacerse el desentendido, fingir ignorancia, no darse por enterado o, derechamente “hacerse el tonto”. En el último párrafo de un artículo de La Tercera, titulado “DC evita comprometer participación en primarias presidenciales”, figura una declaración atribuida al vicepresidente de la DC, Sergio Espejo, que dice: “(...) Requiere también de un gobierno que entienda que no puede hacerse el suizo en algo tan relevante (...)”. El lector Patricio Donoso R. pregunta: “¿Qué quiso decir? ¿Debió utilizar...hacerse el sueco?”
El dicho popular, sin variaciones nacionales, es “hacerse el sueco”. Algunos lingüistas sostienen que proviene de marineros suecos que arribaban a las costas españolas, con los que era difícil entenderse. O, que si bien entendían, fingían no saber de qué se hablaba para obtener alguna ventaja. Sin embargo, José María Iribarren, académico español de la lengua y autor de “El porqué de los dichos. Sentido, origen y anécdota de los dichos, modismos y frases proverbiales de España con otras muchas curiosidades” (1955), indica que esta expresión no proviene de sueco o de Suecia, sino de la palabra latina “soccus”, un tipo de pantufla que usaban las mujeres y los comediantes. De “soccus” deriva zueco (un zapato de madera) y zoquete (un tarugo de madera corto y grueso). Zoquete se aplica también al hombre torpe y obtuso. En Colombia se emplea zoquete como sinónimo de tonto. Iribarren afirma que de ahí viene que “hacerse el sueco” sea equivalente a “hacerse el que no entiende lo que se dice”.
En Chile se asocia a “hacerse el de las chacras”. El profesor Campusano, autor de la “Ficha POP”, del diario “La Cuarta”, dice que la gente chacarera, que vivía de los productos de su campito, tenía la fama de fingir ser tonta. De esta actitud se aplica “hacerse el de las chacras” cada vez que alguien se “hace el leso para sacar algún provecho”.
Indistintamente de si el político DC introdujo el error al diario o no (que en todo caso debió descubrir alguien en una lectura previa a la impresión), la expresión popular es “hacerse el sueco”, de modo que los suizos quedan liberados de sospecha.
Números romanos
El lector Claudio Lapostól M. señala que en la nota “Diputados acuerdan eliminar el número romano de las regiones”, publicada el 13 de noviembre, se lee: “Fue en 1974, durante el Gobierno Militar, cuando el Ministerio del Interior impulsó la regionalización de Chile, dividiéndolo en 13 regiones y asignándoles un número romano a cada una”. El lector indica que “se trata de un craso error, porque fue durante el gobierno del presidente Eduardo Frei Montalba que ocurrió lo relatado. En 1974, el gobierno militar hizo modificaciones a lo existente, por ejemplo quitándole la provincia de Malleco a la Región del Bío Bío y entregándosela a la Región de La Araucanía”.
Faltó revisar bien las fuentes. Claudio Lapostól conoce bien el tema porque ha liderado por muchos años las demandas de regionalización y descentralización de la región del Bío Bío y del país. El proceso se inició en 1965, basado en polos de desarrollo y con regiones con números romanos. En 1974 comenzó a aplicarse el sistema actual, que conservó los números romanos.
Ricardo Hepp
Representante del Lector
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