Entrevista a Gonzalo Alvarez G.: "Máxima tiene una capacidad increíble para adaptarse"

<P>En esta conversación, el coautor del libro <I>Máxima. Una historia real</I> cuenta detalles de la vida de la futura reina consorte de Holanda.</P>




En el libro Máxima, una historia real, que circulará en numerosos otros países (entre ellos Chile, a partir del 1 de abril), los periodistas Gonzalo Alvarez Guerrero y Soledad Ferrari exploran la vida de esta ciudadana argentina que, habiendo nacido en el seno de una familia de clase media que llegó a las más altas esferas de la alta sociedad porteña, y es hija de un alto funcionario del último régimen militar argentino, conquistó al príncipe heredero de Holanda -con quien se casó en 2002- y a fines de abril se convertirá en la reina consorte del país europeo. En diálogo con La Tercera, Alvarez Guerrero cuenta cómo construyeron esta biografía recogiendo los testimonios de las amigas, ex compañeros y familiares de la argentina que es hoy la persona de la realeza más popular entre los holandeses.

¿Qué diría de Máxima?

Empecé investigando a su padre, Jorge Zorreguieta, para la Revista Noticias. Alto funcionario de la dictadura que había estado tanto en el gobierno de (Jorge) Videla como de (Roberto) Viola. Con un ministerio (Agricultura) que manejaba mucho dinero. Pero al mismo tiempo veía que tenía bajísimo perfil. Además, es un civil. Así, en un momento, me di cuenta de que el libro era ella. Yo soy de Bariloche y tenemos amigos en común. Ella era una típica chica de clase media con aspiraciones de clase alta. Hacían mucho esfuerzo sus padres por pagarle un colegio inglés. Sus hermanas mayores por parte de padre -Máxima es hija en segundas nupcias de Zorreguieta y María Cerruti- fueron a colegio público y eran de clase media total. Al separarse y casarse él con la madre de Máxima, si bien es de clase media, también estaba metida en los círculos de clase alta. Los Zorreguieta no parecen estar por detrás de la plata. A su vez él, como ministro, no tiene antecedentes de corrupción, pero sí muchas aspiraciones sociales.

¿Cómo es ella con sus amigas?

Hay dos compañeras de Máxima que están casadas con nobles holandeses que los conocieron a través de ella. Todas sus grandes amigas son del colegio. Ella debe ser muy, muy buena amiga, porque la quieren y le son leales.

¿Cómo se conocieron Máxima y Guillermo?

Ella vivía hacía dos años en Nueva York, después de trabajar en varias financieras. Trabajaba en el Deutsche Bank, como vicepresidenta para asuntos latinoamericanos, que en ese sistema no era un cargo muy alto. Estaba de novia con un alemán que vivía en Nueva York (Dieter Zimmermann) y su amiga Cynthia Kaufmann, que se manejaba en los ambientes aristocráticos de Nueva York, le dice que tiene un amigo para presentarle. Era el príncipe, al que había conocido en un maratón. A él le mostró fotos de ella. La realeza dice que lo conoció casualmente en una fiesta en Sevilla, que la invitó a bailar, que ella no sabía que era príncipe y que se gustaron espontáneamente. Pero la verdadera historia, y contada por esa amiga, es que ambos sabían quién era uno y quién el otro cuando ella voló a Sevilla para conocerlo en esa fiesta. Lo que sí es cierto es que cuando ella volvió a Nueva York, e inmediatamente dejó al otro novio, Guillermo se le apareció en Nueva York por sorpresa.

¿Qué es lo que más le atrajo de ella?

Que tiene un carisma extraño. La ves y no llama la atención como Paris Hilton u otras mujeres especiales. Pero todos comentan que es encantadora. Es una chica muy divertida, que se sabía divertir muy bien. Le gustaba salir. Hay historias graciosas. Los que trabajaron con ella en el banco HSBC la aman. Siempre recuerdan que llegaba a la oficina y se sacaba los zapatos y andaba descalza por todo el banco. O era la que paseaba a los funcionarios extranjeros del HSBC cuando venían a Argentina, porque era la que conocía la noche porteña.

¿Y toda esa vida la perdió?

No. Dicen que se las arregla bastante bien. Que se armó de amigas latinas, que tiene su grupo en Holanda con el que organiza actividades y que hasta llevó una niñera argentina, una abogada que le cuida las hijas. Dicen que juegan al bridge con sus amigas, que beben y se divierten. Ojo, hablo de exageraciones. De hecho, al príncipe, que le decían "el príncipe cerveza", se lo ve mucho más tranquilo con ella. No sé cómo estarán después del accidente de Juan Frisso, el otro hijo de la reina (en febrero de 2012 un alud lo sepultó cuando esquiaba, dejándolo en coma hasta hoy).

¿Cómo es Máxima con la prensa? Cuando viene a Argentina habla.

Tiene un equipo inmenso de la Casa Real, pero ella tiene un acuerdo con los periodistas, al menos aquí. Les da un día. Sale de compras con sus hijas, con su marido, y se deja sacar fotos. Cuando rompes ese acuerdo, no te hablan más.

¿Máxima es realmente muy popular en Holanda?

Es como Susana Jiménez (conductora de TV argentina) en los círculos más populares. No así entre los intelectuales, por lo que yo supe. Investigamos mucho y vimos que también es muy criticada por lo de su padre todavía, pero también dentro de las críticas que hacen a la monarquía, de para qué sirve y para qué no. Pero en el interior, sí, es muy popular. El va a ser el rey, el que se reúna con el primer ministro y todo eso. Pero el papel de Máxima va a ser fundamental, sobre todo en la imagen pública.

Y en Argentina, ¿cómo la ve?

Depende dónde. La clase media alta la ama. Es el ejemplo de lo que quieren ser. Máxima tiene una capacidad increíble para adaptarse. Aprendió holandés en seis meses. Ella pidió el traslado a Holanda y cuando su noviazgo estaba seguro se internó en un instituto. Sus apariciones públicas sorprendieron a los holandeses. Aquí, los que no la quieren es por la dictadura, porque es imposible que su padre no supiera lo que pasaba. Ella no tiene culpa alguna. Nosotros conseguimos e-mails de las amigas a las que ella pregunta qué pasaba en la dictadura. Ella toma dimensión de lo que pasó cuando saltó el escándalo. Ella empieza ahí a preguntarse realmente lo que había pasado. No sabemos si tuvo charlas o no con el padre al respecto. Imagínate que la madre apoyaba a Videla en democracia. Pero no hay mucho para reprocharle a Máxima.

¿Qué diferencia tiene esta edición del libro con la primera?

El libro original llega hasta 2009 y en este incluimos sus nuevos datos biográficos, como las compras que hizo en el sur. Un campo en Bariloche y otro en San Martín de los Andes. Eso generó mucha polémica en Holanda, porque los compró en momentos de crisis europea. Incluso, compró una casa en Mozambique que la tuvo que vender, porque el Parlamento holandés pidió tratar el tema y hasta hubo una disculpa oficial de la Corona, porque no era el momento apropiado.

En estos años, ¿hay algún otro cambio en la vida de Máxima?

Dos grandes momentos diría. Por un lado, un atentado en el Día de la Reina (y en el que Beatriz estaba en un vehículo descapotable) por el que murieron 13 personas, le cambió mucho la vida a Máxima. Ella andaba con muchas más libertades de movimiento. Andaba en bicicleta por los alrededores del palacio y ahora va con mucha más seguridad. El segundo hecho es el accidente de Juan Frisso, el segundo hijo de la reina, que quedó muy deprimida por eso . El está en coma y, según dicen, Máxima ayudó mucho a su concuñada. Estos son dos capítulos nuevos.

¿Es biografía autorizada?

Ella no lo aprueba ni lo desaprueba. Nos llamó el jefe de Protocolo de la Casa Real para que nos dejáramos de investigar a la princesa, que dejáramos de investigar el círculo íntimo de la princesa y de perseguirlos. Y contestamos que quien quiere hablar, en Argentina, puede hacerlo.

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