¿Es de los que deja lo mejor para el final?

<P>¿O prefiere partir por lo bueno? Antes de responder, sepa que la elección depende de su edad y que mientras más mayor sea, menos tolerancia tendrá a la espera. </P>




PIENSELO BIEN. No se atarante... El corazón de la sandía ¿usted se lo come al principio, le da lo mismo o lo deja para el final?. Tomar lo bueno al principio, desestimarlo o dejarlo para el final. La disyuntiva no es vital, uno puede tomar cualquiera de las tres y no pasa mucho. El tema, entonces, es lo que encierra la elección. O mejor, lo que "dice" de cada quien la elección.

Porque dependiendo de si usted se come inmediatamente el corazón de la sandía, si le da lo mismo o si lo deja en el plato hasta el final, es un espíritu joven o -así es la vida- uno anciano (y no intente despistar a la teoría, porque, en general, coincide que los de espíritu joven son jóvenes y los otros, personas mayores).

Así las cosas, acá va la respuesta: si lo come inmediatamente o no le importa cuando, es una persona mayor; si lo deja para el final, una joven.

Y no es antojadizo. Las prioridades cambian con la edad. Incluso estas. Porque todo depende del horizonte de vida que queda. Así lo confirmó un estudio realizado por Corinna Loeckenhoff, profesora asistente de Desarrollo Humano del Cornell College (Inglaterra), y los alumnos egresados Andrew Reed (PhD) y Skye Maresca.

Para la investigación se basó en la Teoría Socioemocional de Selección, que plantea que las decisiones dependen de la amplitud de los horizontes de la vida que cada persona percibe, es decir que la gente que piensa que aún tiene mucho por vivir (generalmente los jóvenes) tiende a esperar por lo bueno y a centrarse más en el futuro. En el otro extremo, en la medida que los años que quedan por vivir son menos, la gente estaría más orientada al presente y a lo que puede ser experimentado y disfrutado ahora, o al menos no quiere grande sobresaltos, por lo que tiende a mezclar lo bueno y lo malo.

Para llegar a esos resultados los investigadores realizaron dos estudios, cada uno con 90 adultos de diferentes edades, en los que se les pidió que construyeran secuencias con 30 fotos catalogadas como positivas, neutras y negativas.

Así, el equipo de Loeckenhoff confirmó que los más jóvenes mostraron una preferencia por las secuencias que empezaban con las fotos negativas y terminaban con las positivas. Por otro lado, en la medida que se les preguntó a los adultos mayores, la tendencia fue armar secuencias "planas", con fotos buenas y malas intercaladas. "Nuestros resultados sugieren que a medida que las personas envejecen, son más conscientes de que el futuro es limitado. Como resultado de ello, son menos propensos a dejar lo mejor para el final, pero son más proclives a mezclar lo bueno y lo malo a medida que avanzan en edad", señala Corinna Loeckenhoff a Tendencias.

Otro estudio, realizado en 2011, relacionó el hecho de que al envejecer las personas no están dispuestas a esperar frente a elecciones de consumo. Según esta investigación, llamada The Aging Consumer, la gente mayor se sentiría más atraída por los eslogan que hablan sobre un bienestar presente, del tipo "captura esos momentos especiales", versus otros que les sugieren aventurarse en algo o descubrir cosas nuevas. En otras palabras, en públicos mayores las frases que mejor funcionan son las que invitan a disfrutar en el momento. T

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