Esculturas perversas de Juan Pablo Langlois reviven en videos de stop motion

<P>Con el cineasta Nicolás Superby, el pionero de la instalación en Chile, creó cuatro filmes animados.</P>




Los cineastas Joaquín Cociña (31) y Nicolás Superby (32) llegaron a Buin decididos a destruir toda la obra de Juan Pablo Langlois (75). En su casa de campo , el artista, con más de 40 años de carrera, guardaba 30 esculturas, con las que en 2006 volvió a sorprender a la escena de arte. Fue a través de la irreverente muestra Papeles ordinarios, realizada en la U. Arcis, y que recibió ese año un Premio Altazor. En ella, Langlois armó escenas protagonizadas por personajes desnudos y marginales, hechos a escala humana, que exponían abiertamente sus deseos sexuales: una mezcla de heterosexuales, homosexuales, pedófilos y zoófilos, construidos todos con papel de diario y cola fría.

Resignado a la idea de que por la precariedad de los materiales sus obras desaparecerían, Langlois decidió deshacerse de ellas. Sin embargo, Cuando Cociña y Superby llegaron al taller, se encontraron con las esculturas cuidadas con devoción, guardadas en cajas individuales, como quien colecciona muñecos avaluados en miles de dólares. "Nos asustamos. Esperábamos encontrar las obras arrumbadas en un rincón. A simple vista, no parecía que Juan Pablo quisiera destruirlas. Le preguntamos si estaba seguro. ¡Hagamos lo que vinimos a hacer!, nos dijo", cuenta Superby.

No se trataba simplemente de destruir las piezas. La idea era que al mismo tiempo que eran rebanadas, pisadas y arrugadas, las figuras protagonizaran nuevas historias frente a una cámara de video. La idea nació cuando Langlois vio el corto en stop motion, Lucía, Luis y el lobo, de Cociña y le propuso hacer algo juntos. El pintor y artista visual no dudó. Llamó a Superby y empezaron a trabajar los fines de semana en Buin. El resultado fue La niña que movía la cabeza, primera pieza que mostraron con éxito, el año pasado, en la Feria Ch.ACO. Allí agarraron vuelo.

Desde el jueves, el video de cinco minutos, más otros tres nuevos se exhibirán en galería AFA, en la muestra Recetario/ Papeles sádicos. Esta vez, los creadores son sólo Superby y Langlois, ya que Cociña se fue con una beca a estudiar a Amsterdam. Aún se declara guía espiritual de la dupla.

En los videos, los artistas recrean el espíritu original con el que Langlois dio vida a sus esculturas: tienen relaciones de pareja escabrosas y muertes turbulentas. "Las películas no son perversas, pero los personajes sí, ese es su origen. Hay escenas fuertes, violentas e intensas, a los personajes les salen objetos por el estómago", cuenta Langlois.

Crear de a dos

Arquitecto de profesión, artista de oficio, Langlois firmó sus primeras obras, ligadas al arte óptico, con su segundo apellido, Vicuña. A fines de los 60 empezó a desarrollar obras más conceptuales con materiales precarios: papeles, cartón y madera. En 1969, realizó su obra Cuerpos blandos: una manga de polietileno de 300 metros de largo rellena de papel que recorría suelos, ventanas y puertas del Museo de Bellas Artes. Fue la primera instalación de arte local.

Tras el golpe militar, el artista se sumió en un silencioso y recluido quehacer y aunque era amigo de algunos miembros de la Escena de Avanzada, Juan Castillo, Eugenio Dittborn, Carlos Leppe, Langlois no participaba de sus acciones artísticas. "Ellos estaban en una línea política que a mí no me interesaba. Me gustaba trabajar en lo mío, en obras íntimas, con objetos pequeños: mis carnés, libros en los que dibujaba y objetos personales", cuenta.

Esta es la primera vez que el artista trabaja en equipo y no ha sido fácil. "Al principio cuesta ceder en ideas, pero luego uno se acostumbra. Somos ambos autores, 50 y 50", dice aludiendo a su compañero Nicolás Superby.

"El proceso de trabajo es alucinante, es simple, pero muy duro. Para hacer stop motion, sólo necesitamos una cámara, un trípode y dos personas . Claro que tomamos más de 16 mil fotos. Nos rayamos un poco", cuenta Superby.

En la muestra se exhibirán tres cortos en stop motion, y un video tradicional. "Es una relación sexual, entre un hombre y una mujer, que representa la muerte. Los dejamos cerca del mar para que las olas los destruyan. Es el más largo, y romántico. En el actúa la fuerza de la naturaleza", dice Langlois, quien para 2012, prepara junto al curador Gonzalo Pedraza, una retrospectiva en Matucana 100. "Gran parte será registro, dibujos y sólo algunas piezas. Ya casi no me queda nada, la mayoría de mis obras las he destruido. Es lo que siento que tiene que ser, las ideas pasan y las obras también".

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