Estado Islámico decapita a tres jugadores y un DT

Estado Islámico insiste en su guerra contra el fútbol. Una actividad a la que han perseguido con insistencia desde que algunos de sus líderes la declararan como contraria a su ideología. Dicha persecución, ya completamente radicalizada, sumó un nuevo hecho de sangre. Un grupo de yihadistas decapitó a cinco personas, cuatro de ellas pertenecientes al Al Shabab de Raqqa, uno de los equipos más populares del fútbol sirio.

Las imágenes de los hechos fueron difundidas por el grupo disidente "Raqqa is being slaughtered silently" (Están masacrando a Raqqa en silencio) a través de su cuenta en Twitter.

Osama Abu Kuwait, Nihad al Hussein, Ihssan al Shawakh y el hermano de éste, el director técnico del equipo, Ahmed al Shawakh, y otro individuo todavía no identificado fueron asesinados por los extremistas en plena calle, a vista y paciencia de una multitud, en la que se incluían varios ancianos y niños. Los ejecutados eran acusados de practicar un deporte contrario al Islam y también, según publica el periódico británico Daily Mail, de actuar como espías de los kurdos.

El grupo terrorista, que hace dos años controla Raqqa, prohibió cualquier actividad deportiva organizada en la ciudad, incluido el fútbol. Por lo mismo, han actuado con insistencia en contra de cualquier persona que se relacione directa o indirectamente con el deporte.

Así sucedió en mayo pasado, cuando 13 hinchas del Real Madrid murieron en un atentado cerca de Bagdad, en Irak, mientras se jugaba la final de la Champions League, o lo que aconteció en 2015, cuando otros 13 jóvenes fueron asesinados por mirar por televisión un partido entre Irak y Jordania.