"Este caso es una demostración del riesgo de captura de los partidos políticos"
<P>David Gallagher, consejero del CEP y presidente de Asset Chile, dice que el caso Penta generó una crisis de pánico en relación al financiamiento de la política y que es difícil legislar en ese ambiente. También sostiene que el empresariado no está matriculado con la derecha y que la UDI requiere una renovación de sus liderazgos.</P>
Presidente del banco de inversiones Asset Chile, consejero del Centro de Estudios Públicos (CEP), columnista, David Gallagher (70 años) se autodefine como un liberal en lo económico y lo valórico, cuyo corazón, en lo político, no tiene dueño. Intelectual multifacético, amigo de Mario Vargas Llosa, con estudios en Inglaterra y experto en literatura y finanzas, Gallagher es un referente para la elite. Votó por Ricardo Lagos, pero no por Michelle Bachelet. En los últimos dos meses ha hablado de la izquierdización del gobierno y del cambio de giro que espera para 2015. Ahora habla de las consecuencias del caso Penta, de la crisis de la UDI y los aportes financieros de los empresarios a la política. Cree que hay una crisis de pánico y pide aprovechar la oportunidad para perfeccionar el sistema político chileno.
¿Usted es partidario de que las empresas financien la política?
Es legítimo que las empresas sean una fuente de financiamiento de la política. Cuando se ideó el sistema de donaciones reservadas, la idea era que también participaran gremios, sindicatos, individuos, no solamente empresas. También tiene que haber un fuerte financiamiento del Estado a la política. Tiene que haber un abanico amplio de financiamiento a la política, que todos los componentes de la sociedad civil puedan contribuir.
¿Y eso debe ser anónimo o transparente?
Hay argumentos para las dos opciones. La idea de las donaciones reservadas era justamente que no hubiera una relación de presión o de chantaje entre político y empresario. Y ha pasado una cosa muy curiosa; el problema que está en los diarios todos los días surge de financiamientos que no tienen nada que ver con las donaciones reservadas, sin embargo, son las donaciones reservadas las que están cuestionadas. Es importante que podamos alzar la mirada para ver el mejor financiamiento de la política para Chile. Estamos en un país donde las encuestas demuestran que los partidos políticos, el Congreso, están tremendamente desprestigiados. Y eso se debe a varias razones. Primero, el sistema binominal favoreció una desmedida incumbencia. Es casi imposible sacar a un senador o un diputado una vez que está instalado por el sistema binominal. Eso debería cambiar con el sistema que salga…
Que se aprobó esta semana…
Bueno, espero que todavía haya campo para modificaciones. Obviamente, queremos un sistema que propenda más a la proporcionalidad, pero que no sea un traje a la medida para alguien en particular. Uno de los problemas del prestigio de la política es el problema de la incumbencia eterna. El otro tema reside en la naturaleza de los partidos políticos chilenos. La crisis de la UDI, si algo desenmascara, es que es un partido que en 35 o 40 años prácticamente no ha tenido cambios de liderazgo. Son las mismas personas que tienen tomado un partido. Y eso pasa con todos los partidos, no es un tema específicamente de la UDI. Aquí también hemos visto cómo un grupo o una serie de personas pueden tener una influencia desmedida en un partido a través del financiamiento, y eso tampoco es un tema solamente de la UDI. Hay un riesgo de captura de partidos. ¿Cómo se reduce o elimina ese riesgo? A través de un financiamiento público, estatal, a los partidos políticos, pero condicionado a que se solucione otro problema que ha contribuido al desprestigio de la política: la oligarquización de los partidos políticos en Chile. Los partidos son feudos con muy poca transparencia interna, mucha barrera de entrada. ¿Por qué se han creado Evópoli o Amplitud? En el fondo, por las barreras de entrada que había en RN y la UDI...
Usted es partidario de las donaciones reservadas, pero pareciera que los políticos saben quiénes hacen esos aportes. ¿Sigue siendo útil?
No tengo tan claro que los políticos sepan. La Presidenta Bachelet en su último debate presidencial dijo que ella no sabía, porque eran reservados, y tengo que creerle a ella (…). A lo mejor, Chile quiere un sistema más transparente. Estoy a favor de todo lo que le dé más confianza a la ciudadanía en la política, porque si no vamos a tener una crisis del concepto mismo de democracia representativa. Hay algunos ideólogos, sobre todo en la izquierda, que les gustaría ir a una, entre comillas, democracia más participativa, y eso es tremendamente peligroso, porque conduce a las dictaduras y al caudillismo.
Al parecer, no hay mucho piso político para mantener las donaciones de las empresas ni la reserva de las donaciones. ¿Qué consecuencias tendrá en la ley el caso Penta?
Hay que ver con qué lo vamos a reemplazar. Por ejemplo, si las personas naturales van a poder contribuir a la política y con qué montos. Porque si hay financiamiento nada más que estatal, también es peligroso porque la sociedad civil es múltiple y el Estado es uno y puede ser capturado. Si el Estado es el único donante, puede terminar en un monopolio político tipo peronismo, PRI, que se vuelve inamovible. La diversidad del financiamiento político desafía más a los incumbentes, quienes tienen una tremenda ventaja competitiva contra un candidato que lo desafíe. Están recorriendo su región todo el tiempo a costo del erario público. Y ojo, que si el financiamiento privado se prohíbe, puede ocurrir que algunos políticos sean financiados por la única gente que no le teme, por definición, a la ilegalidad: las mafias. Eso es un tremendo peligro que se ha visto en otros países. Aquí estamos en una especie de crisis de pánico en el tema del financiamiento de la política, porque el país está sobreexcitado con lo que ha estado pasando y, lo digo con el mayor respeto, los periodistas están bien excitados. Bueno, todos, los lectores también. Y es muy difícil legislar con ese tipo de ambiente.
¿Cree que los empresarios y las empresas seguirán aportando a la política en los mismos montos que lo hacían hasta ahora?
Yo creo que no. Los incentivos desaparecen. Muchos empresarios no van a querer meterse para nada en esto. Las grandes empresas en Chile, en general, han hecho donaciones reservadas en cantidades razonablemente altas sin sesgos políticos muy grandes. Puede haber habido algunos sesgos en algún momento. La Presidenta recibió una cantidad muy grande de donaciones reservadas, lo que prueba que el empresario hoy en Chile no está matriculado con la izquierda o la derecha, cree en el bien del país. Los empresarios van a sentirse muy reacios a dar donaciones, a menos que se produzca un marco legal que dé confianza y que sea consensuado y aceptado por una mayoría de gente.
¿Los empresarios perciben como un pecado verse asociado a la política?
Para un empresario creo que tiene puro costo. Chile es un país donde, honestamente, no se gana la plata recibiendo favores de políticos. Esta es una economía de mercado donde hay que competir para ganarse la vida. Ha habido muchos empresarios chilenos que han tenido una pasión por el tema público y las ideas y eso es muy legítimo. Creo que una nueva generación de empresarios se va a dedicar más a las empresas y no sé si eso es necesariamente bueno o malo. No recuerdo qué político usó, con un empresario, la frase de la defensa de nuestras ideas…
Fue un correo electrónico de Felipe Kast a Carlos Eugenio Lavín...
Y eso ha sido discutido como una cosa escandalosa, pero es perfectamente legítimo compartir ideas. Ni el político ni el empresario viven, o deberían vivir, en una especie de prisión donde no tienen contacto con nadie.
¿Ese intercambio no refleja que existe una mayor conexión entre la derecha y los empresarios?
No creo, honestamente. Muchos empresarios se volvieron muy críticos del gobierno de Piñera. Yo creo que los empresarios estaban extremadamente contentos con el gobierno de Ricardo Lagos, también con el de Frei, también con el de Aylwin. No hay duda que hay algunos empresarios que se identifican mucho con la derecha, pero no es el caso del empresariado en general.
¿No es natural que los empresarios se inclinen más hacia quienes defienden la libre empresa?
Por supuesto, están inclinados a favor de quien defienda la libre empresa, pero esas personas en los últimos 25 años no necesariamente han sido de la Alianza, pueden haber sido de la Concertación. Las diferencias entre izquierda y derecha en Chile, como en muchos otros países, se volvieron más difusas. Además, muchos empresarios dirán que no hay nada mejor que las buenas ideas sean defendidas, elaboradas y ejecutadas por la centroizquierda, porque eso les da más legitimidad, más profundidad.
¿Y usted piensa eso?
Hay momentos históricos en que una persona básicamente liberal en lo económico y lo valórico, como creo ser yo, naturalmente votaría por un candidato de centroizquierda, como fue mi caso con Ricardo Lagos; habría sido mi caso probablemente con Tony Blair si hubiera estado viviendo en Inglaterra, y muchas veces los demócratas en EE.UU. son más sensatos que los republicanos. Para mí, ningún sector político tiene mi corazón comprado. Y creo que eso vale para los empresarios también, en general.
¿Qué consecuencias políticas tendrá el caso Penta?
Me encantaría que pensáramos en forma profunda en el financiamiento de la política y llegáramos a una solución adecuada para que haya una política ultracompetitiva. Tengo la impresión de que la derecha necesita una renovación sustantiva que no se ha dado. Pasa una cosa muy curiosa en Chile: las ideas de la derecha son probablemente compartidas por una mayoría de la sociedad civil hoy en Chile, sobre todo ahora que la centroizquierda se ha izquierdizado. No es la centroizquierda de Lagos la que está en el poder en estos momentos. Pero a pesar de que la sociedad civil es muy moderada en Chile, la derecha no logra venderse, no logra conectarse con la ciudadanía. El gobierno ha tomado medidas que van aparentemente contra el sentido común de una mayoría de chilenos y eso ha sido recogido por movimientos sociales y por los gremios, no por los políticos de la derecha. La gente se fija en los grandes relatos, y eso la derecha no lo tiene. La derecha tiene que sacar un plan para Chile. ¿Cómo ve el futuro de Chile? ¿Lo sabemos? Es una derecha que reacciona contra cada cosa que saca el gobierno: el gobierno tiene el control absoluto de la agenda.
El gobierno de Piñera trató de distanciar públicamente a la derecha y los empresarios. ¿El caso Penta puede retrotraer aquello?
Este episodio lo puede retrotraer si uno insiste de mala fe en creer que un empresario es necesariamente representativo de todos los demás. El empresariado, en general, no está particularmente matriculado con la derecha.
Usted habló de la captura de los partidos. ¿La UDI estaba capturada por Penta?
No, no creo que la UDI esté capturada. Pero este caso sí es una demostración del riesgo de captura de los partidos políticos y por qué es necesario que tengan una fuente pública de financiamiento. Un piso de financiamiento público libera a los partidos de influencia de donantes, que no necesariamente son empresas. Todos los partidos políticos chilenos tienen algún elemento de caudillismo instalado. La UDI está necesitada de una renovación más profunda de su liderazgo…
¿El que Ernesto Silva sea el presidente de la UDI no basta para la renovación?
Yo prefiero no calificar a personas individualmente. Todas las personas que influyen en la UDI coinciden mucho con las personas que influyeron en la UDI hace 10 años y probablemente hace 20 años. Nunca el presidente de un partido en Chile, no estoy hablando solamente de la UDI, sino de la DC, el PS o el PPD, necesariamente está liderando el partido: quienes lideran el partido son un grupo de personas. El presidente es uno más. No creo que sea un problema de Ernesto Silva.
¿Qué debe hacer la UDI?
Falta una apertura de puertas. La UDI es un tremendo partido, con una capacidad extraordinaria de llegar a la sociedad civil, a las bases. Pero siento que ya son dos generaciones que conviven demasiado protegidas por el binominal y que ya no tienen esa mística que había antes. Por otro lado, la incapacidad de cambiar los estatutos del partido en relación al pinochetismo también demuestra una falta de renovación. No puede seguir casado con ese pasado.
¿Qué efectos tendrá en su imagen pública? Los analistas han sido implacables y han hablado de una filial de Penta, de servilismo, de humillación...
Yo no quiero descalificar a la UDI de esa forma. La UDI tiene una gran oportunidad de renovarse y ahora lo tiene que hacer. Esta crisis tiene que ser su oportunidad y no creo que vaya a dejar de existir como partido. Creo que es mejor, cuando se han cometido errores, admitirlos antes que excusarse.
¿Le parece bien la declaración del viernes pasado?
Es un paso correcto.
Independientemente de lo legal, ¿hay espacios para reproches éticos?
Tiendo a creer profundamente que todos los seres humanos somos herederos del pecado original. Creo mucho en los incentivos y cómo se dan para que la gente saque lo mejor de sí. Y dejémonos de cuentos: Chile es un país latino que viene del subdesarro-llo, en que la ley ha tenido una fuerza moral en la mente de la gente menor de lo que lo tiene en un país nórdico hiperdesarrollado. Eso está cambiando en Chile y es bueno que esté cambiando. Pero si juzgamos conductas pasadas con marcos legales y éticos que queremos para el futuro vamos a tener un problema.
¿Cómo daña esto la imagen de los empresarios?
Obviamente la daña. Ha habido muchos episodios que han dañado la imagen de los empresarios y deben trabajar para mejorar esa imagen, pero Chile tiene muy buenos empresarios y muy buenas empresas que han contribuido a que este país crezca y que millones de chilenos salgan de la pobreza. Hay que poner las cosas en perspectiva. La economía de mercado está concebida para paliar los efectos del pecado original que tenemos todos los seres humanos, por eso la idea es que no haya monopolios, que la gente esté obligada a competir. En Chile, tenemos un capitalismo de mercado bastante nuevo y hay dolores de aprendizaje, problemas de crecimiento. Lo que no podemos hacer es comparar el capitalismo real con un ideal de socialismo. Si comparas un sistema donde la gente está mezquinamente maximizando su interés privado con un sistema donde toda la gente se quiere, todo el mundo coopera y nadie compite, porque es cruel la competencia, para la gente joven no hay dónde perderse, pero ese socialismo no ha existido en ninguna parte del mundo. Depende del surgimiento de un hombre nuevo que nunca ha surgido. Es una contradicción a la naturaleza humana.
Usted ha dicho que confía en que la Presidenta cambie el switch y dé un viraje y que lo espera para marzo. ¿Qué ocurre si eso no se produce?
Si se mantiene la misma dirección, el gobierno va a estar a contrapelo de la sociedad civil, pero habrá atenuantes, porque la gente se acostumbra a los cambios y simplemente empieza a subir la tasa de descuento con que toma decisiones. Y ahí van a ayudar algunas influencias externas. El shock de petróleo es un chocolate para todos los chilenos y eso va a atenuar los efectos de ir a contrapelo de la ciudadanía...
Pero el cobre también está cayendo, y fuerte...
Sí, pero la caída del petróleo beneficia más a la economía de lo que perjudica la caída del cobre, y hay muchas ventajas también en cuanto a actividad y la subida del dólar. Creo que va a haber un aumento del desempleo y eso va a hacer doler a la gente mucho el próximo año. En general, si no hay un cambio de switch va a haber una tremenda oportunidad para alguien que no sea de la Nueva Mayoría para ganar las próximas elecciones. ¿Quién es ese alguien? Se ha perjudicado mucho Andrés Velasco, que estaba muy bien posicionado. Puede resurgir, pero en este momento está muy perjudicado. La DC tiene un votante que es mucho más moderado que sus militantes. Probablemente, sus militantes van a hacer un cambio en la mesa, que va a ir más en la dirección de la Nueva Mayoría que la actual, y eso va a constituir una pérdida de oportunidad extraordinaria. La DC, aliada con Velasco o Amplitud, podría tener una tremenda oportunidad de crear una tercera fuerza en la política chilena, sobre todo con el cambio en el sistema electoral. Un sistema más proporcional permite que entre una fuerza de centro y se despolarice la política chilena. Ahí la DC debería estar preparada, pero probablemente va a perder la oportunidad. Y hay un riesgo alto de que la derecha no logre renovarse.
¿La derecha tiene menos probabilidades de volver al poder después del caso Penta?
El caso Penta va a pasar y va a pasar bastante rápido; las memorias son cortas en este país. El MOP-Gate fue un tremendo escándalo y duró su tiempo, pero después nadie se acordó.
Y Lagos dejó el gobierno con una aprobación alta…
Y muy merecida. El caso Penta va a desaparecer, lo que eso no significa que la derecha no tenga que mejorar su desempeño como vendedores de buenas ideas. A la gente le gusta el producto, pero no los vendedores...
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