Estratega de Bush asume rol decisivo en campaña de Mitt Romney
<P>Karl Rove abandonó en medio de escándalos la administración de George W. Bush en agosto de 2007. </P>
Junto a la ex secretaria de Estado Condoleezza Rice, Karl Rove fue uno de los escasos miembros del gobierno de George W. Bush que asistió a la convención nacional republicana realizada en Tampa, Florida. Pese a que en el comando del candidato presidencial Mitt Romney querían marcar distancia de la administración de uno de los ex presidentes más impopulares entre los estadounidenses, el estratega electoral que llevó a Bush primero a ser gobernador de Texas y luego a inquilino de la Casa Blanca durante dos mandatos se paseó a sus anchas por el Tampa Bay Times Forum. Y tenía sus razones. El influyente asesor político hoy estaría jugando un papel clave en la campaña electoral del ex gobernador de Massachusetts que pretende arrebatarle la Casa Blanca al demócrata Barack Obama el próximo 6 de noviembre.
"El retorno de Karl Rove", escribió a comienzos de agosto la revista Time. Después de un breve paréntesis fuera de las campañas políticas, "el arquitecto", como lo llamó Bush, está de vuelta. A través de sus dos Super PAC (Súper Comités de Acción Política) American Crossroads y Crossroads GPS, Rove, de 61 años, se ha convertido en la "máquina recaudadora de dinero" para Romney entre los grandes contribuyentes del Partido Republicano. En total, según el National Journal, ambos Super PAC planean gastar US$ 300 millones para ayudar a candidatos republicanos al Congreso. "Los ojos de Rove están fijos en algo más que la captura de la Casa Blanca. Quiere mantener la Cámara de Representantes y recuperar el Senado", sostiene Craig Unger, autor del recién lanzado libro sobre el estratega que lleva por título "Boss Rove".
La principal restricción de los Super PAC es que no pueden tener una coordinación directa con los comités de campaña de los candidatos, aunque sí están autorizados a gastar en publicidad política negativa contra sus rivales. "Es la nueva forma de hacer política", reconoció Rove. "Estoy seguro de que está secretamente coordinando esfuerzos con la campaña de Romney, pese a estar restringido por ley", dijo a La Tercera James Moore, co-autor de tres libros sobre Rove: Bush's Brain (2004), Rove Exposed (2005) y The Architect (2007). En esa dirección se enmarca la campaña televisiva de US$ 6,6 millones lanzada esta semana por American Crossroads. Con el título "¿Hacia adelante?", la publicidad asegura que ese no es el camino que el presidente le ha dado al país en los últimos cuatro años. Según The Huffington Post, los dos Super PAC de Rove han gastado más de US$ 90 millones en anuncios de televisión durante este ciclo electoral.
Tras su presunta participación en dos grandes escándalos políticos, como fueron la filtración a la prensa de la identidad de Valerie Plame como agente de la CIA (2003) y la destitución de nueve fiscales no afines a la Casa Blanca (2006), Rove renunció en 2007 a la administración Bush "bajo una nube de sospecha", señala el autor de "Boss Rove" en la revista Vanity Fair. Cuando Bush dejó la presidencia con índices de aprobación históricamente bajos y Obama ganó la Casa Blanca, "el nombre Karl Rove era tóxico. Pero volvió casi de inmediato", agregó.
"Hay muchos republicanos que aún desprecian a Rove por su poder y su aproximación mezquina a la política. Entre los conservadores de extrema derecha, su reputación no necesitó rehabilitación", comentó a este medio Moore. En su opinión, "el hecho de que él ha recaudado tanto dinero para Crossroads debería servir como prueba de su poder. Su anillo tiene que ser besado para poder hacer algo como republicano". De forma similar piensa Unger, quien sostiene que el político de Colorado "ha consolidado las facciones en lucha dentro del partido". "El está al mando... Karl Rove se ha convertido en el último jefe del partido", destaca. Pero 2012 podría ser sólo el comienzo para Rove, sostiene Unger. "Está jugando un juego muy largo", dice el viejo estratega político republicano Roger Stone. "Incluso si Romney pierde, eso es bueno para Karl, porque él todavía estará al mando. Y siempre hay Jeb Bush para 2016", comenta, en alusión a la eventual candidatura del hermano menor de Bush y ex gobernador de Florida.
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