Estrategias para enfrentar a los trolls en internet
<P>Su campo de batalla son portales de noticias y redes sociales, donde llegan a provocar largas y vanas discusiones. Para evitar su acción, la clave es ignorarlos y responder a sus ataques de manera positiva.</P>
Están en todos lados. En las redes sociales y en los foros de discusión. De Twitter a Facebook, del mail al mensaje de texto. Y es que cada día parecen ser más quienes, escudados en el anonimato que brinda internet, se dedican a atacar a quien se les cruce por delante. Como si de un deporte se tratara o, como dicen ellos, por simple diversión. Pero, ¿cómo enfrentar el ataque de esta suerte de "matones virtuales", conocidos como trolls?
Los especialistas que han estudiado el comportamiento de estos provocadores del ciberespacio dicen que el propósito del troll es obtener más credibilidad de la que merece: buscan llevar a la gente a enfrascarse en largas discusiones sin mucho sentido, sacarlas de quicio, hacerles perder tiempo, afectarlas emocionalmente. Por ello la receta es simple. Lo primero es conocer su modus operandi y, una vez, identificado el troll, jamás "alimentarlo". Y aquí son tres las estrategias fundamentales: ignorarlo, jamás responder en mayúsculas o descolocarlo diciéndole que estamos de acuerdo con su postura.
Para no ser sorprendido por un troll hay que conocer cómo operan. El primer aspecto a considerar es que el troll de internet se define por mantener un perfil de orgullo frente a sus ataques. Su forma de trabajar es simple: puede ser desde escribir un mensaje con ideologías distintas en un sitio político o religioso, hasta comentar negativamente un video musical en YouTube. Son básicos y generalmente escriben con pobre ortografía de manera intencional, para causar respuestas instantáneas por parte de los responsables o visitantes del sitio. Como un ejemplo en un foro de discusión sobre Star Trek: "LA NUEVA TEMPORADA ES MALA LA OTRA ERA MEJOR" (sic). El comentario está intencionalmente en mayúsculas y el argumento es nulo. La tentación a responder es grande, y es precisamente lo que el troll espera. Por ello, negarle este placer es la base para evitar sus disturbios.
No alimentes al troll
Kimberly Ríos-Morrison, sicóloga de la Ohio State University, es la coautora de un estudio que explica algunos de los rasgos de la conducta de los trolls y sus ataques. De su estudio se pueden deducir algunas de las formas que ayudan a esquivar sus conductas. "Cuando la gente tiene vistas extremas sobre un tema, tienen el falso sentido de que pertenecen a una mayoría, por lo cual tienen más voluntad de expresarse", señala. El año pasado, la experta estadounidense realizó una encuesta entre alumnos de la Universidad de Stanford para probar su punto. Descubrió que los alumnos que tenían una postura más proalcohol defendían su derecho al consumo de manera más ferviente que aquellos que lo condenaban, creyendo ciegamente que representaban a una mayoría. Cuando se encuestó a aquellos que tenían una postura antialcohol, resultaron ser más que los anteriores. En la red, esto puede reflejarse a través de ataques producidos por comentarios frente a alguna postura política o gustos personales. La necesidad del troll de condenarlo, por considerarlo extraño y fuera de la mayoría de la cual se siente parte, lo obliga a ponerse en una posición de ataque.
Debido a esto, Ríos-Morrison plantea que no se debe intentar "demostrar" al troll que su postura no es correcta, ya que la discusión sólo terminaría en un bucle infinito de discusión sin sentido. Mucha gente cae bajo esta trampa, y cuando se han dado cuenta, ya es demasiado difícil salir de ella. Ese es uno de los puntos por los cuales se considera que ignorar al troll es una de las prácticas más simples y efectivas contra uno de estos ataques a través de algún medio online. Por ello, la experta dice que si un troll de internet lo ataca, lo más simple es no responder. Y aquí, a diferencia de otros entornos presenciales donde se pueden llevar a cabo actos de bullying, ignorar es una acción totalmente válida.
Fue lo que hizo M.J. (23), quien terminó en una discusión por Twitter con otra usuaria por diferencias entre sus comentarios. La conversación se tornó pública en cosa de segundos - por la cantidad de seguidores-, pero ella decidió desistir cuando se dio cuenta de que la discusión no tenía "ni pies ni cabeza". "Uno debe estar por sobre estos debates sin sentido. Lo que pude concluir con mi experiencia es que basta sólo con ignorar por un rato a estos personajes y en pocos minutos todo el problema se desinfla y listo", asegura.
Tenga en cuenta que los trolls alimentan su fuego con el combustible de los debates en línea, esa es su principal motivación para atacar en lugares tan disímiles como puede ser un portal de noticias o redes sociales como Twitter o Facebook. Por ende, sin la atención que requieren, simplemente se aburrirán y desaparecerán. De ahí viene el antiguo consejo de internet "No alimentes al troll".
El sicólogo de la Universidad Mayor, Edmundo Campusano, concuerda. Dice que, en general, el troll es una persona con poca "madurez y control emocional", lo que hace muy difícil entrar en un diálogo con ellos. "Por ello es mejor no caer en la relación de escalada, no dialogar", afirma. Al no reforzar la conducta disruptiva mediante una respuesta, ésta se extingue, agrega.
Responda en positivo
Otra estrategia que funciona es jamás responderles en mayúsculas, el equivalente a gritar en internet. Cuando un usuario contesta de esta manera, el troll asume que ha logrado su objetivo: capturar a la víctima en su trampa de ira. También es importante considerar que al troll le encanta llevar todo a largas discusiones, de forma que otra opción muy útil es darle la razón para evitar esta posibilidad. Algunos ejemplos de respuestas que neutralizan el comentario de un troll podrían ser respuestas positivas del tipo "sí, es verdad, aunque no deberías utilizar todo en mayúsculas" o "te encuentro toda la razón, saludos". Esta respuesta es diametralmente opuesta a lo que el troll espera.
Junto con esto, también se recomienda usar el sentido del humor o responder con algún chiste, restando toda importancia al dilema con el cual el troll nos quiere enfrentar.
Por último, hay que considerar que, al menos en el caso de los trolls, lo que sucede en la red queda en la red y las víctimas de ataques de trolls no suelen ver repercusión de estas peleas virtuales en sus vidas fuera de internet. Tenga muy en claro que el troll funciona de manera oportunista y que casi nunca sus ataques son originados por algún motivo o inspiración real.
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