Estrenan Acassuso, la obra que parodia los problemas de la educación

<P>Un asesinato que nadie vio pero del que todos hablan y una sala de profesores que funciona como refugio y trinchera son los elementos de la obra dirigida por Francisco Albornoz (<I>Pana</I>).</P>




En la Escuela Municipal A-78, profesoras novatas y veteranas comienzan una nueva jornada, sin grandes expectativas. Hasta que se enteran de la noticia. Ha sido asaltado un banco en Acassuso, barrio acomodado del sector oriente. El robo fue perfecto: ni siquiera hubo disparos.

Es así como comienza el juego de Acassuso, el último estreno de la compañía Matadero Palma Teatro. Con mucho humor, la obra, dirigida por Francisco Albornoz (Pana) y escrita por el argentino Rafael Spregelburd, aborda distintas problemáticas en torno a la educación. Aunque la risa está garantizada, es una "risa dolorosa", acota Albornoz.

La comedia tiene la virtud de permitir la distancia de los problemas y, desde esa perspectiva, reflexionar. Sin embargo, el objetivo del montaje no es plantear una tesis sobre educación. "El trabajo del teatro no es decir la verdad, nuestro trabajo es contar cuentos. Y a partir de eso, que los espectadores encuentren un sentido", afirma el director.

Acassuso se desarrolla en un solo espacio, la clásica sala de profesores. Este es el refugio y trinchera de un grupo de mujeres que se enfrenta diariamente a la impredecible sala de clases. La elección del espacio no es arbitraria. Allí conviven profesoras, secretarias y la directora del establecimiento; ideal para asomarse a ver qué hace este grupo humano cuando cree que nadie está mirando.

"Es el lugar donde se revela cómo son de verdad, qué les pasa, sus sueños, las cosas del día", explica Albornoz. A partir del robo, cada personaje escucha la historia y cuenta otra distinta, una suerte de metáfora alucinada del acto de enseñar.

"Probablemente, hay muchas maneras de entender el problema", explica Albornoz, para quien esta es sólo una visión más, alimentada por la experiencia de cada miembro de la obra. Todos han pasado alguna vez por una sala de clases y, por lo tanto, todos tienen algo que aportar. La obra, entonces, se presta para ser abordada desde distintos ángulos, como pueden serlo la comedia, la tragedia, la política o el dolor. "Creemos que todo el mundo va a encontrar una puerta para entrar", concluye Albornoz.

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