Estudiante que trabajó para Tompkins muere en accidente aéreo

"Este fue un accidente, no diferencia de otros, donde el avión se detuvo y cayó dando un espiral en el suelo, en una curva baja".

De esa forma, el empresario norteamericano Douglas Tompkins relató lo ocurrido la tarde del domingo, cuando el avión piloteado por Rodrigo Leconte (33), acompañado del estudiante de Agronomía Germán Huenchuán (25), se precipitó a tierra en una zona rural en la provincia de Entre Ríos, Argentina, causándoles a ambos la muerte de forma instantánea.

Tompkins asegura tener una relación muy estrecha con la familia del fallecido alumno de la U. Austral de Valdivia: "Chicho (como le apodaban) era como un hijo para mí y mi señora, y sus padres trabajaban con nosotros desde que me vine a vivir a Chile en 1990".

Era la segunda vez que el estudiante realizaba una pasantía en uno de los terrenos de Tompkins en Entre Ríos, pues ya había colaborado con él en 2008.

Huenchuán y Leconte viajaban en un avión Cessna de la empresa Laguna Blanca S.A, perteneciente al magnate norteamericano, quien posee varios terrenos en la provincia de Corrientes y también en la Patagonia.

La noticia fue consignada por el medio electrónico transandino Análisis Digital, el que precisa que el vuelo se inició cerca de las 19.30. Asegura que a los pocos minutos de que ambos empezaran a sobrevolar unas plantaciones de soja el motor se detuvo, haciendo caer la nave. Tanto el piloto como su acompañante fallecieron de inmediato, y sólo cerca de las 22.00 personal de emergencia pudo dar con los cuerpos para derivarlos al Hospital Santa Elena. Según las primeras investigaciones, una falla en uno de los motores habría sido la causa del accidente. Sin embargo, Tompkins cree que el avión pudo haber perdido fuerza, haciendo que se estancara a muy baja altura e impidiéndole recuperar velocidad y una altura adecuada. "No parece que el avión tuviera errores mecánicos, y un testigo que no vio el avión, pero sí lo escuchó, reportó que el motor estaba siendo acelerado antes de precipitar".

En tanto, la familia de Huenchuán esperaba ayer en Santiago un vuelo que los llevaría a Buenos Aires, a eso de las 18.00.