Estudio afirma que Tutankamón murió de malaria y mal óseo

<P>El análisis radiológico y genético de los restos del faraón despejó las dudas: su temprana muerte no se debió a un atentado ni a un accidente de caza como se pensaba hasta ahora. El estudio de otras 15 momias permitió reconstruir su árbol genealógico y reveló que las enfermedades a los huesos son un rasgo común entre el rey y sus antepasados.</P>




"Tutankamón puede ser imaginado como un rey joven pero débil, que necesitaba bastones para caminar". Así describe un equipo internacional de investigadores al más famoso de los faraones de Egipto, conocido entre otras cosas, por la supuesta maldición que habría caído sobre los arqueólogos que descubrieron su tumba el año 1922.

El análisis radiológico y genético de su cuerpo momificado disipó varios mitos: no fue un motín palaciego, ni un envenenamiento, ni la caída desde un carro lo que provocó su muerte. Falleció debido a una necrosis ósea avascular, que consiste en la muerte de los huesos debido a la falta de irrigación sanguínea, en combinación con la fiebre de los pantanos, más conocida como malaria.

Deformaciones

Tutankamón fue el último rey de la 18ª dinastía, la casa real más poderosa del antiguo Egipto. A los 10 años asumió el poder, gobernando sin mayor brillo hasta su muerte en 1.324 antes de Cristo, a la edad de 19 años.

Su temprana muerte fue terreno fértil para la elaboración de numerosas teorías para explicar su repentino deceso. Una radiografía practicada en 1968 a su cuerpo momificado reveló la existencia de una lesión en la parte posterior de su cráneo. El dato reforzó la hipótesis de que el soberano falleció tras ser atacado por la espalda.

El estudio publicado hoy en la revista Journal of American Medical Association muestra que Tutankamón padeció una serie de problemas en sus pies, como deformaciones y zonas con mayor y menor densidad ósea, lo que indica que el soberano sufrió una necrosis de los huesos de sus extremidades inferiores. "La evidencia indica que Tutankamón tuvo impedimentos para caminar, los que fueron sustancialmente superados con el uso de bastones", explican los científicos.

Este mal se suma a la malaria trópica que padeció el joven faraón, según los análisis genéticos a su momia: el caso más antiguo de esta enfermedad documentado hasta ahora, afirman los expertos.

Esta enfermedad causa la destrucción de los glóbulos rojos de la sangre, encargados de transportar el oxígeno a los tejidos del cuerpo. Un cuadro que se habría aprovechado de la debilidad en que quedó el rey tras sufrir una fractura en una de sus piernas. Todo eso -creen los científicos- agravó el cuadro de necrosis ósea del rey Tut, provocando su temprano deceso.

Su linaje

El estudio también incluyó el examen de otras de 16 momias, lo que permitió a los científicos reconstruir el árbol genealógico más próximo al rey. Así reconocer los cuerpos de sus bisabuelos, sus abuelos y de su padre, el faraón Akenatón, casado con Nefertiti. Hasta ahora su madre ha sido identificada como Kija, integrante del harén de Akenatón, sin embargo, este estudio indica que ambos progenitores eran en realidad parientes.

Todos los antepasados identificados exhibieron problemas óseos como pie plano y deformaciones en los pies, lo que sugiere que las dolencias que aquejaban sus extremidades tenían origen hereditario.

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