Estudio dice que adolescentes también sufren fatiga crónica
<P>Aunque su prevalencia es menor que en adultos, los menores que lo sufren pueden llegar a un 50% de ausentismo escolar.</P>
Ni una noche completa de sueño, ni un día completo sin actividades son suficientes para que las personas que sufren fatiga crónica puedan reponerse. Este síndrome se caracteriza por una sensación de cansancio permanente, dolores musculares y en las articulaciones, cefalea e inflamación de los ganglios linfáticos.
Hasta ahora se pensaba que este síndrome afectaba solamente a los adultos, sin embargo, un nuevo estudio, conducido por investigadores daneses, mostró que los adolescentes también pueden sufrirlo. Los autores aplicaron un cuestionario a más de 300 médicos generales y, además, tomaron los datos de las notificaciones de casos de fatiga crónica de 103 medicamentos en Dinamarca.
Así pudieron establecer que la prevalencia del síndrome es de 111 casos por cada 100 mil adolescentes, es decir, afecta al 0,11% de este grupo etáreo, una proporción muy baja en comparación con el 2,5% de los adultos que sufren este problema, según el Centro de Control de Enfermedades de EE.UU.
El estudio, publicado en la revista Pediatrics, también mostró que esta condición de salud no es detectada por los doctores que atienden a adolescentes. En el 75% de los casos, el diagnóstico no lo hizo un médico general, sino un pediatra u otro especialista de salud. Y es que apenas la mitad de los médicos generales acepta que la fatiga crónica como un diagnóstico definido puede ser aplicada a pacientes adolescentes. "Deseamos crear conciencia entre los médicos generales y respaldar la idea de que los adolescentes con fatiga grave deben ser remitidos a un pediatra", dice Sanne Nijhof, autor del estudio.
La principal consecuencia de la fatiga crónica en estos menores es el ausentismo escolar. Además del malestar corporal que les impide salir de sus casas, el síndrome también les produce falta de memoria, confusión, problemas para concentrarse e irritabilidad. Todo esto se traduce en que el 90% de los adolescentes diagnosticados con este problema han perdido entre un 15% y un 50% de su año escolar. Un 45% de los pacientes afirmó que su ausentismo en la escuela superó el 50% en los últimos seis meses.
Hasta ahora se desconoce la causa que da origen a este síndrome, aunque algunos investigadores plantean que podría ser causado por un virus como el de Epstein-Barr (VEB) o el del herpes humano tipo 6 (HHV-6). En el estudio de los daneses, sólo un 11% de los adolescentes con el problema de salud afirmó que se presentó durante o después de una infección con VEB, mientras el 68% de los menores enfermos afirmó que el cuadro se presentó de manera paulatina, a lo largo de varias semanas o meses.
Según Nijhof, si un joven queda muy cansado tras hacer deporte y cuando lo hace nuevamente se siente realmente mal, puede ser señal de que sufre fatiga crónica y que es momento de visitar a un médico, de preferencia a un pediatra.
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