Estudio dice que bebidas energéticas aumentan riesgo de dependencia de alcohol
<P>Quienes consumen estos productos beben más frecuentemente y en mayores cantidades.</P>
No es extraño ver que las cartas de muchos bares y discotecas del país ofrecen combinados de pisco, ron o vodka con estas bebidas. Una verdadera amenaza de acuerdo con un nuevo estudio elaborado por las universidades Johns Hopkins y de Maryland, el cual sostiene que el consumo de estas bebidas energéticas elevan el riesgo de desarrollar dependencia al alcohol.
Los investigadores entrevistaron 1.097 estudiantes universitarios acerca de la recurrencia con que bebieron estos productos en los últimos 12 meses. Estos jóvenes son el principal público objetivo de estas bebidas, pues las usan para poder estudiar hasta el amanecer y también para afrontar con más energía una noche de carrete.
Los resultados mostraron que el 34,5% de los estudiantes nunca tomó bebidas energéticas en el último año. Un 52,6% fue catalogado como "consumidores de baja frecuencia", agrupa a quienes bebieron estos productos entre una y 51 veces en el último año. El restante 13% fue calificado como "consumidores de alta frecuencia", quienes llegaron a consumir 370 veces este producto en un año.
En el último año, los consumidores de alta frecuencia de bebidas energéticas bebieron alcohol en 141 días, mientras quienes lo hicieron en baja frecuencia lo hicieron en 103 días. Además, el primer grupo bebió un 32% más alcohol en cada ocasión que el segundo.
Según el estudio, las personas que consumían altas cantidades de bebidas energéticas también experimentaron más frecuentemente pérdida de conciencia, ausentismo a clases debido a la resaca y limitaciones en sus actividades cotidianas tras una noche de alcohol. "Los presentes hallazgos respaldan que los consumidores de bebidas energéticas tienen un mayor riesgo de tener problemas de abuso de sustancias", plantean los científicos en su estudio publicado en la revista Alcoholism: Clinical & Experimental Research.
Las razones
Según los investigadores, son varios los mecanismos que podrían explicar la relación entre consumo de bebidas energéticas y abuso de alcohol. Estudios previos indican que el alto contenido de cafeína de estos productos retarda la llegada del sueño en las personas, lo que "podría prolongar los episodios en que se bebe e incrementando el consumo total de alcohol", explican los científicos.
Una segunda explicación a este fenómeno plantea que la cafeína inhibe el transporte de la adenosina al interior de las células, promoviendo el desarrollo de tolerancia al alcohol. Estudios en animales han demostrado que la cafeína y otras sustancias que funcionan como antagonistas de la adenosina, aumentan el consumo de alcohol.
Por otro lado, estudios realizados en el año 2006 demostraron que la cafeína reduce la percepción de embriaguez en las personas. Uno de estos trabajos, realizado por la Universidad de Kentucky, mostró que las personas que tomaban vodka con bebidas energéticas se sentían menos borrachas, aunque en realidad mostraban problemas de reacción y de coordinación motora.
Como cuarta explicación, los autores plantean que el fuerte sabor dulce de estas bebidas "camuflaría" a los licores de alta graduación, haciéndolos más agradables al paladar, lo cual llevaría a estas personas a perder el control en el consumo de estas bebidas.
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