Estudio identifica las zonas del cerebro que controlan la sociabilidad

<P>Científicos de la Universidad de Cambridge comprobaron que una personalidad empática y gentil está relacionada con una mayor concentración de sustancia gris en dos zonas del cerebro: el cuerpo estriado y la corteza orbitofrontal. Mediante el hallazgo, los autores esperan encontrar terapias contra la esquizofrenia y el autismo. </P>




Las mismas regiones del cerebro relacionadas con el deseo de la comida, las cosas dulces o el sexo están implicadas en la capacidad para ser más o menos sociables, según un reciente estudio de la Universidad de Cambridge (Inglaterra).

Se trata de la corteza orbitofrontal y el cuerpo estriado central, estructuras que presentan mayor concentración de sustancia gris en las personas que son más cálidas y gentiles con las demás.

Los científicos llegaron a esta conclusión tras observar los cerebros de 41 hombres mediante resonancias magnéticas. Los participantes habían sido sometidos a un cuestionario para evaluar cuán fácilmente se relacionaban con la gente, si les gustaba agradar a las personas y cómo mostraban sus emociones. Así concluyeron que quienes tenían una personalidad sociable presentaban más densidad de materia gris en la corteza orbitofrontal, estructura que se encuentra en la parte del frente del cerebro, sobre los ojos, y cuerpo estriado central, ubicado en el centro profundo de este órgano.

"La sociabilidad y calidez emocional son características muy complejas de nuestra personalidad. Este estudio nos ayuda a expresar en un nivel biológico por qué la gente difiere en los grados en que expresan estos rasgos", explica Graham Murray, líder del equipo médico.

Esta mayor cantidad de tejido neuronal en la corteza orbitofrontal y el cuerpo estriado se debería a que estas zonas "están comprometidas con la capacidad de percibir lo que los demás sienten o piensan", facultad indispensable para socializar con las personas, explica Archiobaldo Donoso, neurólogo del Hospital Clínico de la Universidad de Chile.

"Estudios anteriores han demostrado que un incremento del volumen o densidad de la materia gris en regiones específicas está asociado a una mejor cognición o función conductual", afirman los neurocientistas en su trabajo, donde indican que las mismas conexiones desarrolladas entre estas dos zonas funcionarían protegiendo a las neuronas ubicadas en ellas.

Es sabido que estas dos zonas están relacionadas

también con el procesamiento cerebral de estímulos mucho más simples, como el apetito sexual o el hambre. Según los autores, esto se explica porque estas zonas han evolucionado desde estas sencillas funciones a otras complejas, propias del cerebro humano.

Contra la esquizofrenia

Un daño en la corteza orbitofrontal -debido a una lesión, tumor, accidente vascular o un cuadro tipo parkinson- tiene serias consecuencias en la interacción social y la empatía. "Los pacientes pueden mostrarse indiferentes a los roles familiares que deben cumplir o tener iniciativas incovenientes o desajustadas al contexto social", explica Donoso.

En este sentido, los expertos de Cambridge buscan desarrollar terapias para mejorar desórdenes

siquiátricos que tienen relación con la degeneración de las funciones sociales, como el autismo y la esquizofrenia. "El estudio ayudaría a desarrollar terapias como drogas o tratamientos sicológicos prolongados, que funcionarían gracias a que conocemos los efectos de estos circuitos cerebrales", explica Graham Murray a La Tercera. "Así podríamos mejorar la concentración de tejidos cerebrales en áreas claves".

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