Estudio muestra por qué la gente miente en las encuestas
<P>Investigación británica señala que las personas no son honestas porque responden pensando en lo que otras contestarán.</P>
Preferencias políticas, consumo de alcohol, satisfacción en la vida. Los tópicos que las encuestas abordan son múltiples. Pero todas tienen un elemento en común: no siempre son fiel reflejo de lo que las personas piensan o hacen. Un nuevo estudio constató cómo un alto porcentaje de personas suelen mentir al ser encuestadas. Investigadores del University College de Londres analizaron datos de venta de bebidas alcohólicas con cifras del Ministerio de Hacienda y Aduanas de Gran Bretaña, y los compararon con dos encuestas de autoinforme de consumo de alcohol realizadas en 2008, que incluían a más de 20 mil personas. Los resultados muestran que lo que las personas dicen consumir representa sólo el 60% de lo que realmente se vende en alcohol en ese país.
¿La razón para mentir? Los investigadores dicen que se encuentra en un comportamiento denominado sesgo de deseabilidad social, o el tratar de hacer lo que el resto de la sociedad hace. En este caso, la preocupación de mantener una cierta imagen de sí mismo es más importante que la salud al momento de responder honestamente.
"Los resultados muestran que la brecha entre lo que se ve en las encuestas y las ventas potencialmente tiene enormes implicaciones para la salud pública en Inglaterra", comenta Sadie Bonifacio, autor principal del estudio en el European Journal of Public Health.
Y ese engaño respecto al consumo de alcohol también se presenta en otro tipo de sondeos, en que se mide la cantidad de ejercicio que se realiza, el consumo de comida chatarra o el sexo. "En un gran número de estas encuestas, la gente infla con qué frecuencia tienen relaciones sexuales. Están convencidos de la idea de que el buen sexo se mide por la frecuencia", dijo a la BBC Petra Boynton, del University College de Londres.
Kate Fox, antropóloga social del Social Issues Research Centre de Oxford, indicó a la BBC que la gente responde a las encuestas en la forma en que piensan que los otros responderán. "Piensan que otras personas beben mucho menos, hacen más ejercicio y tienen muchas más relaciones sexuales, y cambian su visión de su comportamiento", explicó.
El conflicto entre lo que viven y lo definido socialmente como esperable sería el origen de esta distorsión de respuestas. "Esa brecha entre la percepción y la realidad hace que la gente tenga expectativas poco realistas acerca de lo que los otros están haciendo", agregó.
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