Estudio revela factores que dificultan el trabajo en altura
<P>Sobrepeso, colesterol, triglicéridos y presión arterial determinan la adaptación sobre el nivel del mar.</P>
Si usted ha estado a una altura superior a los tres mil metros por sobre el nivel del mar es posible que haya sentido molestias como dolor de cabeza, mareos, somnolencia o insomnio.
Esto es parte de un cuadro conocido como "puna" o el mal agudo de montaña, un conjunto de síntomas que ha sido estudiado por años en turistas o en personas que viven en localidades altas.
En Chile, a pesar de que existe una intensa actividad laboral en estas condiciones, nunca se habían estudiado los factores que pueden gatillar o empeorar este mal en los individuos que trabajan realizando turnos en altura. Eso hasta ahora.
Un reciente estudio realizado por la Universidad Arturo Prat acaba de revelar los factores clave que predicen qué trabajadores no lograrán aclimatarse durante los primeros días de su turno.
"Desde 1996 es muy común que los mineros, por ejemplo, trabajen siete días sobre los tres mil metros para descansar cuatro, a nivel del mar. Imagínate trabajar 15 años con este sistema sintiéndote mal el primer día de tu semana sin saber cuál es el problema. Son pocos los que soportan", dice a La Tercera Patricia Siques, una de las investigadoras principales de este estudio.
Gracias a esta investigación financiada por Conicyt a través de su programa Fonis, ahora es posible identificar qué personas corren más riesgo al subir a la altura gracias a la creación de una tabla predictora, y más importante aún, se podrá determinar qué factores se pueden modificar para impedir que la puna los afecte.
Las variables
De acuerdo con este estudio, las principales variables que determinan la aclimatación de una persona a la altura son cuatro: primero, el sobrepeso de una persona. Pero no cualquiera, porque la atención está centrada en el perímetro de cintura elevado por una acumulación de grasa.
Segundo, los triglicéridos elevados, un tipo de grasa presente en la sangre y en el tejido adiposo, que en exceso, contribuye generalmente al endurecimiento de las arterias.
El tercer factor son los niveles elevados de colesterol VLDL, y el cuarto, personas que tienen la presión arterial más elevada de lo normal para su edad, pero sin que ello signifique hipertensión.
Lo positivo del estudio es que ninguno de estos factores es invalidante. "Todos estos factores son modificables, no hay que discriminar a estas personas. Con cambios a la hora de comer, más actividad física o menos azúcar, las personas pueden evitar los síntomas del mal de altura", dice Siques.
Para identificar estos factores los investigadores examinaron por seis meses a más de 100 conscriptos del Regimiento Putre ubicado a más de 3.500 metros. Todo eran "vírgenes de altura", es decir, provenían del sur de Chile y nunca habían estado a gran altitud y menos bajo un régimen de turno de este tipo.
Todos ellos fueron sometidos a exámenes para determinar aclimatación, saturación de oxígeno, presión de arteria pulmonar y enfermedad aguda de montaña.
El proyecto liderado por la Universidad Arturo Prat con colaboración de la U. de Hamburgo de Alemania, la U. Autónoma de Madrid y la U. Peruana Cayetano Heredia puede ser aplicada a otras actividades "Esta información puede ser útil no sólo para los trabajadores mineros, sino que también para carabineros, personal de servicios públicos o profesores que trabajan comúnmente con estos sistemas", concluye Siques.








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