Ex líder de Pavement habla sobre su retorno a Chile

<P>Stephen Malkmus adelanta su show de este domingo: dice que tocará temas de su próximo álbum y de su emblemática banda.</P>




Ni el blanco de la cordillera ni la gastronómica con origen en el mar. Cuando el cantante estadounidense Stephen Malkmus (46) rememora su primera y única vez en el país, en un ruidoso show de abril de 2002 en el Teatro Novedades, sus recuerdos giran hacia las diferencias que por esos días latían entre Chile y una Argentina derrotada por una crisis social y económica. "Los bancos norteamericanos metieron a Argentina en problemas, pero me alegro que hoy estén bien y casi a la par de Chile. Ambos son excelentes países para visitar, con una cultura interesante, y veo que cada vez más amigos", teoriza, al teléfono desde Brasil, y como parte de un detallado análisis que dispara dardos hacia la injerencia de las políticas estadounidenses en el sur.

Pero uno de los emblemas del rock alternativo de principios de los 90, líder de los esenciales Pavement y encarnación de un sonido descuidado y carente de pulcritud, también invierte tiempo para explayarse en torno a un trance mucho más propio: la plena consolidación en la última década de una carrera solista secundada por la banda The Jicks y que tiene su mejor resultado en Mirror traffic (2011), su última entrega. La misma producida por su coetáneo Beck y que lo traerá de vuelta a la capital para el show de este domingo en el centro de eventos Cerro Bellavista (ex Oz).

"Vamos a tocar temas de nuestros álbumes, pero también algo del disco nuevo que grabamos en Bélgica y que saldrá pronto. Y, bueno, también una o dos canciones de Pavement al final, en el típico momento en que la gente se vuelve loca, porque nunca ven mucha diferencia entre mi ex grupo y The Jicks. Los entendemos, sobre todo en lugares como Chile, donde Pavement nunca tocó. Pero haremos lo que sabemos: he envejecido, pero aún me encanta sonar sin demasiado profesionalismo o sofisticación", cuenta Malkmus.

Aunque siempre trata de mantener la distancia con su banda madre -hábito característico en sus conciertos y entrevistas-, 2010 marcó un punto de quiebre: durante esa temporada, Pavement volvió a la ruta tras casi 10 años y encabezó festivales como Coachella y Roskilde. "Fue muy divertido vernos de nuevo, pero me parece bien que estos reencuentros sucedan sólo tras mucho tiempo, o sino se convierte en algo aburridísimo. Podríamos volver a hacerlo, no lo descarto. Fuimos importantes para mucha gente, porque conectamos con un gran cambio en la música a inicios de los 90. No sonábamos perfecto, no le teníamos miedo a la crítica ni ambicionábamos con salir en MTV. Es probable que ahora hubiésemos tenido más atención, pero hicimos buenos discos y aprendimos sobre la marcha de lo que estaba pasando", remata.

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