Ex Presidente Ricardo Lagos: "Se le informó a Bush que la Armada estaba para defender el paralelo"




El periodo del ex Presidente Ricardo Lagos registró varios hechos de tensión con Perú por el tema marítimo. A su juicio, el más grave ocurrió en 2005, cuando el Parlamento peruano aprobó las nuevas Líneas de Base.

¿Cómo recuerda ese momento?

El día que el Congreso peruano aprobó las nuevas Líneas de Base, me preocupó enormemente que pudiera producirse una situación de hecho grave. Entonces, en virtud del acuerdo que había suscrito Chile con la UE -en ese momento, el presidente de la Unión Europea era del Reino Unido-, cité al embajador inglés a las 7.30 de la noche en mi despacho y le informé que Chile había ordenado defender el paralelo a la Armada. Y cité a las ocho de la noche al embajador norteamericano. Le dije que lo citaba en función del Tratado del 29, y él le informó al Presidente Bush que la Armada de Chile estaba para defender el paralelo. Le indiqué que se habían actualizado las normas de entrada en conflicto, de manera de asegurarnos de que no hubiere ninguna equivocación. Y en el caso del embajador Kelly, me permití decirle: "Aquí tengo el mapa que quiero que usted vea". Un mapa grande que estaba en un escritorio del Salón Azul. Era una carta náutica de los Estados Unidos, del Departamento de Estado, donde aparecía el paralelo.

Afortunadamente, no ocurrió nada. Y después enviamos a un par de personeros a informar a países amigos. Fueron personas de alto nivel. En el caso de Brasil, fue el que había sido embajador y que en ese entonces era el vocero, Osvaldo Puccio.

Otro momento difícil ocurrió con el traslado de una caseta de la Armada en la frontera, en 2001, que generó la protesta limeña.

Fue un episodio poco feliz. Yo fui informado de aquello en medio de una cena que di en La Moneda, con motivo de una reunión de cancilleres de Europa y América Latina. Al término de la cena, se me acercó el comandante en jefe subrogante (Arancibia estaba de viaje fuera de Chile) para informar que se había procedido a trasladar una caseta. "¡Esto es muy grave! Hablemos mañana", le dije. Arancibia llegó al día siguiente. El me indicó que el resguardo de las playas en Chile corresponde a la Armada. Yo le dije que sí, pero no las que están en el límite fronterizo. Eso le corresponde al Presidente. Me molesté mucho. Le dije: "Usted, porque acaba de llegar la protesta peruana, va a restituir esto de inmediato hasta el punto en que estaba. ¿Cuándo lo va a hacer?". Y me dice que debe tomar algunas medidas. "¡No, señor, lo hace esta misma noche!", respondí. Fue una discusión muy fuerte. Le dije: "Haga lo que quiera entre Reñaca y Concón. Esas playas cuídelas todas. Pero el control limítrofe no". Fue muy desagradable. En la tarde me indicó que estaban todas las medidas adoptadas. Le dije que me informara del resultado. "Tendría que despertarlo", me dijo. "Bueno, me despierta entonces". Y a las 5.00 me llamó para decirme que estaba todo listo. Pero eso fue un daño al país. La nota que llegó del Perú estaba cuidadosamente redactada. No protestaba contra el gobierno, sino contra la Armada. Después vino Javier Pérez de Cuéllar y durante una conversación se refirió a este tema. Me dijo: "Fuimos muy cuidadosos en redactarla. Sabíamos que el gobierno de Chile no había participado". Esa frase me sonó humillante.

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