Ex socios de Robinson Crusoe amplían apuesta en la Patagonia
<P>Dos meses lleva operando el <I>lodge </I>de Villa O'Higgins y ya planean ampliarlo y construir un camping de lujo. También quieren adquirir un segundo barco para turismo.</P>
En noviembre pasado, los ex socios de la conservera Robinson Crusoe empezaron a ver materializada una de las etapas centrales del proyecto turístico que juntos desarrollan en Aysén: el lodge Robinson Crusoe, ubicado en Villa O'Higgins.
La iniciativa es parte de una apuesta mayor, que comenzó en 2005 Fabio Stingo. Ese año, el empresario empezó a recorrer el lago O'Higgins, a bordo de una embarcación llamada Quetru, y tres años después sumó a su aventura a Helmut Stehr, Claudio González, Gustavo Langerfeldt y Arnoldo y Alejandro Macaya, ex dueños de la procesadora de alimentos.
Arnoldo Macaya, gerente general de la empresa, cuenta que el año pasado atendieron a 2.000 visitantes, pero que la meta es multiplicar por cuatro esa cifra de aquí a 2015. Para eso, tienen diseñado un plan que contempla inversiones por US$ 5 millones, para consolidar lo que ya han hecho y seguir creciendo.
El ejecutivo estima que hay muchos factores a favor del proyecto. Entre ellos, el interés de los turistas europeos y locales de alto patrimonio por visitar zonas inexploradas y también, el auge que vive el negocio turístico en la otra ribera del lago, en Calafate, Argentina. Según explica, esa zona atiende al año a unos 300 mil turistas, un "megamercado", como lo define, en el que Robinson Crusoe quiere tener presencia.
Una de las dificultades que han encontrado en el camino es la escasez de trabajadores, por lo que ha sido un gran desafío armar los equipos para que atiendan a los grupos que visitan el lugar. Esto tiene que ver con la ubicación de la iniciativa: una zona sin infraestructura y servicios, donde los socios están partiendo de cero, con el concepto de Deep Patagonia ("Patagonia profunda"), dice.
"Este lugar tiene un potencial turístico inmenso. Campos de Hielo es una cosa única en Chile. Nunca vamos a poder vender nuestras playas, pero ese lugar es único y puede convertirse en un segundo Torres del Paine", describe el empresario.
Según señala, los primeros visitantes que llegaron fueron mochileros, pero luego se sumaron turistas que requieren otro tipo de prestaciones. Ahí surgió el nicho que están abordando. Y si al comienzo sólo ofrecían los paseos en la embarcación, que tiene capacidad para 60 pasajeros, ahora se ampliaron hacia la hotelería.
En noviembre abrieron un lodge de 12 habitaciones, que de inmediato tuvo ocupación completa, pese a que comenzó a promocionarse recién en octubre.
Según Macaya, una de las fortalezas de la empresa es su nombre, Robinson Crusoe, marca que tras la venta mantuvieron para actividades que no se relacionaran con conservas y salmones.
Los socios de la compañía se encuentran ahora en una etapa de fuertes inversiones y asumen que un proyecto turístico como el que están desarrollando puede tardar unos cinco años en consolidarse y empezar a entregar retornos.
Partiendo de esa convicción, quieren tener probada la fórmula antes de expandirse demasiado. El primer paso que darán será ampliar el lodge de Villa O'Hi-ggins, duplicando su capacidad a 24 habitaciones. También van a habilitar un restaurante en el lugar, lo que les exigirá tener solucionados temas logísticos que en la zona no son sencillos, como el abastecimiento de alimentos.
Asimismo, seguirán desarrollando programas para los turistas, como los que hoy ofrecen, ya sea partiendo desde Puerto Montt, Balmaceda o Villa 0'Higgins, con distintos recorridos y duraciones.
Luego, construirán lo que Macaya denomina un "luxury camp" en la zona de los glaciares. Para ello, usarán un terreno que poseen frente al llamado Glaciar Chico, donde instalarán domos para ofrecer programas turísticos all inclusive. "Queremos desarrollar algo similar a lo que existe en las Torres del Paine. Con alojamiento y circuitos por los gla- ciares, que comercializaremos a través de las agencias a partir de la temporada 2013-2014", explica.
Además, quieren crecer en el área de transportes. Para eso, comprarán una nueva embarcación, que duplicará el tamaño de la actual, Quetru, y que estará en funcionamiento también en las vacaciones de 2013-2014. Así, asegura Macaya, podrán navegar en condiciones climáticas complejas -que ahora les impiden zarpar algunos días- y trasladar a un total de 130 turistas, en lugar de los 60 que embarcan actualmente.
Agrega que en la zona se requiere apoyo del Estado para impulsar la actividad, por ejemplo, fomentando la instalación de cajeros automáticos y mejoras en la conectividad. Además de los turistas extranjeros, el foco del grupo está en el segmento empresarial, que habitualmente realiza viajes de liderazgo y planificación. Una de las ventajas para explotar este nicho, precisa Macaya, es que en Villa O'Higgins hay un aeródromo donde llegan vuelos de Aerocardal.
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