Ex superiora de las Ursulinas revisa textos de la congregación en monasterio alemán
<P>Isabel Lagos llegó en noviembre a una jornada en Niederalteich, pero permaneció en el lugar.</P>
Al principio, a las monjas del monasterio de Niederalteich les llamó la atención que la madre Paula se quedara en Baviera en lugar de regresar a su país, como las demás ursulinas que habían asistido a la cita anual de superioras de la congregación.
Niederalteich es el monasterio más nuevo de la orden. Fue construido en 1979 y cuenta con instalaciones modernas, pero los paisajes congelados (con temperaturas de hasta 20 grados bajo cero) lo convertían en una elección inusual para pasar el invierno. Más tarde, las religiosas entenderían que la permanencia de la ursulina chilena no era optativa.
Entre los días 4 y 9 de noviembre del año pasado, Isabel Margarita Lagos Droguett (66), la madre Paula, asistió al encuentro Kapitel der Föderation (federación de capítulos).
La acompañaba sor Angela, directora del colegio de Vitacura, quien, tras terminar las jornadas de intercambio de experiencias, volvió al país. En Chile, sor Angela sería nombrada tres meses después cabeza provisoria de la orden, luego de que en marzo se conocieran los verdaderos motivos de la prolongada estadía en Europa de la madre Paula. La religiosa había sido removida tras 26 años como superiora de la orden. El argumento del Vaticano fue un "ilegítimo ejercicio como superiora religiosa de la hermana (...) que se ha extendido más allá de lo establecido por sus constituciones". Así quedó refrendado en la carta enviada por monseñor Ricardo Ezzati a la comunidad escolar, la que recoge la decisión de la investigación iniciada en Roma contra la religiosa, a mediados de 2010.
Textos históricos
Tras la partida de sor Angela, la madre Paula se quedó en el monasterio. Personas ligadas a la orden en Alemania cuentan que, si bien hablaba alemán, su manejo del idioma no era suficientemente fluido y en el convento pasaba el tiempo sin mucha compañía.
Tenía un cuarto independiente con una salita de estar, donde pasaba las horas escribiendo y leyendo. Las fuentes cuentan que la religiosa mostró inquietud por revisar los archivos antiguos de las Ursulinas: en particular, documentos que contienen informaciones sobre las monjas que emigraron a Chile huyendo de los nazis.
Si bien pasaba muchas horas leyendo, participaba de la vida de las religiosas de la comunidad: rezaba con ellas las vísperas, cantaba en las misas y llamaba mucho la atención por su buena voz. También desayunaba y almorzaba con las otras madres.
Fuentes ligadas a las religiosas relatan que se la veía con frecuencia en la oficina de la superiora, donde realizaba llamadas telefónicas a Chile y dedicaba muchas horas a navegar por internet.
Tras pasar varias semanas en el monasterio, la madre Paula anunció que en enero partiría a recorrer Europa. Voló a París, Londres y otras ciudades, lo que fue visto con admiración por las demás religiosas, debido a las bajas temperaturas en ese continente. En esos días regresó por última vez a Chile, relatan fuentes de la comunidad en el país.
Regresó en febrero al monasterio y, según estas fuentes, las otras religiosas observaron que tenía buen aspecto, pese al cáncer que sufre.
Nuevo monasterio
En marzo recibieron oficialmente la noticia de que la madre Paula permanecería un año en Alemania y se dedicaría a la vida contemplativa junto a las hermanas del convento ursulino en Baja Sajonia. Para este proceso se le asignó una monja como guía espiritual.
Personas que supieron de esos eventos explicaron que la monja chilena habría reconocido ante las religiosas alemanas que no regresaría a sus labores como superiora en Santiago.
Las fuentes añaden que en ese país se desconocerían las indagaciones por abusos que desarrolla en Chile la fiscalía (ver nota superior).
Hace unas semanas, Droguett partió a su nueva residencia, en Duderstadt, a unas cuatro horas en auto desde Berlín. Este monasterio fue fundado en 1700 y es una casona antigua de estilo Fachwerkhaus: con paredes blancas y listones gruesos de madera de roble, que sobresalen en la fachada.
Allí, las religiosas se dedican al trabajo social y educativo, junto con la oración. Se trata de un lugar abierto para viajeros espirituales: por 50 euros diarios (unos $ 34 mil), los peregrinos reciben alojamiento, comida y pueden sumarse a la rutinas diarias: la misa y el rezo de las vísperas, además de desayunar, almorzar y comer con ellas.
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