Exhiben colección de Braulio Arenas, con obras de Magritte y Breton
<P>Desde el 21 de marzo se expondrán las piezas que el poeta donó al Museo de Bellas Artes. </P>
Era 1966 y Braulio Arenas aterrizaba en París. Tras pasar décadas fantaseando con la ciudad que había acogido a la bohemia artística de los años 20, el poeta serenense al fin estaba allí. Sin pensarlo dos veces llamó por teléfono a la casa de André Breton, el maestro con el que se había carteado por años y por el que decidió fundar el grupo surrealista La Mandrágora. Ya era tarde: Breton había muerto semanas antes. Le contestó su viuda, la chilena Elisa Bindhoff. "En Chile no hay surrealistas", le dijo y cortó.
Una respuesta dura y tajante. ¿Realmente no había surrealismo en Chile? Tal vez para entonces ya no tenían protagonismo, pero durante un tiempo el grupo que formó Arenas con los poetas Teófilo Cid, Enrique Gómez-Correa y Jorge Cáceres en 1938, animó la escena literaria. Seguidores de Vicente Huidobro, prometieron buscar lo desconocido, huir del oficialismo y de Neruda. Detractores del vate, en 1940 interrumpieron un homenaje que le daba la Universidad de Chile al autor de Canto general. "Este señor no tiene solvencia moral, no ha dado cuenta de dineros de colectas para refugiados españoles", irrumpió Arenas, le quitó el discurso al poeta y lo hizo añicos. Se ganó enemigos, pero sobrevivió.
Más allá de la polémica, editaron siete revistas, se contactaron con los surrealistas de París y recibieron la bendición de André Breton. La prueba más fehaciente de esa relación fue la colección que Arenas formó con 50 dibujos de artistas surrealistas, entre ellos, René Magritte, Jean Arp, Wifredo Lam, Leonora Carrington y Breton.
Las obras saldrán a la luz por primera vez en la exposición Papeles surrealistas que el Museo de Bellas Artes inaugura el 21 de marzo. "Hay 68 obras, pero no vamos a exhibirlas todas, haremos una selección de unas 30. La mayoría son de pequeño formato, sirvieron para ilustrar libros. La figura de Arenas es vital, pero también la de Jorge Cáceres, que vivía en París, y Enrique Gómez-Correa, que era diplomático, probablemente ellos ayudaron a formar la colección", cuenta la curadora de la muestra Soledad Novoa.
El autor de La mujer mnemotécnica donó la colección en 1974 a la pinacoteca nacional. "En todo caso ninguna de estas obras documentales tiene un valor apreciable, y hasta me atrevería a asegurar que carecen de toda tasación comercial, pero sí contienen un importante valor emocional para mí…", escribió en una nota que conserva el museo. Las obras fueron restauradas y serán exhibidas con cuatro pinturas surrealistas del Bellas Artes: de Wifredo Lam, Victor Brauner, Ives Tanguy y Roberto Matta.
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